Muestra al alimón en el Museo Nacional de la Estampa

Hendrix y Blanco hacen del paisaje un tema recurrente

Después de su estancia en México, Botánica irá a España

MERRY MAC MASTERS

El paisaje es un tema recurrente en los lenguajes de Jan Hendrix (1949), artista holandés avecindado en México, y el español Miguel Angel Blanco (1958). Ambos, además, han formado colecciones de obra propia: el primero mediante su archivo de imágenes y el segundo al conformar la Biblioteca del Bosque, planeada hace ocho años en los bosques de la sierra de Guadarrama, en Madrid, la cual refleja sus experiencias en diferentes lugares del mundo; de ella hizo el libro 900.

Hendrix y Blanco se conocieron ''a finales del siglo pasado" y ahora exhiben al alimón Botánica en el Museo Nacional de la Estampa (avenida Hidalgo 39, Centro Histórico), exposición que posteriormente viajará a España.

Para Hendrix la muestra tiene la particularidad de presentar ''los dos extremos del campo de la gráfica", pues mientras él presenta obra de gran formato, que es poco común, Blanco ha seleccionado 38 de sus libros trabajados con estampaciones y técnicas muy diferentes. Entre las piezas que exhibe Hendrix hay una obra de gran formato conformada por mil 200 pequeños trabajos, número que no cesa de aumentar. En ambos casos se trata de piezas creadas durante la reciente década.

Respecto de esa exhibición sobre ''arte y naturaleza", Hendrix señala haber detectado ''una serie de paralelos que cada quien resolvió de forma diferente". De entrada, establece una diferencia en cuanto a ''nuestra larga tradición paisajista desde el siglo XV, aproximadamente, cuando aparecen las ventanitas de los cuadros de los hermanos Van Eyck. Ese primer paisaje poco a poco ocupó un primer plano. Ahora Miguel Angel y yo estamos viendo qué sucede por dentro de ese paisaje. Si el paisajista del siglo XIX se portaba como dueño del paisaje, Miguel Angel y yo compartimos el hecho de llegar a ser con mucha suerte guardabosques de ese mismo paisaje".

Atracción por el mundo del papel

Si Hendrix se dice ''más apegado a la botánica últimamente", Blanco aclara que su obra no sólo es de elementos vegetales, sino también incluye materiales pertenecientes a los reinos mineral -hizo una expedición a los bosques de Transilvania, en Rumania, en busca de un mineral que sólo hay en los Cárpatos- y cósmico (entiéndase meteoritos). En cuanto a su biblioteca, el artista madrileño señala que son libros únicos, de los cuales procura no desprenderse, ya que en un futuro espera que se cree ''un pequeño museo en los bosques donde ha nacido, que albergue la biblioteca en su conjunto".

En Botánica Blanco exhibe sobre todo los libros surgidos de su experiencia en México, ya que ha trabajado primero en la zona de Oaxaca y después en Zacatecas y la selva Lacandona. Se trata de ''técnicas de estampación heterodoxas y salvajes, por ejemplo, directamente con la huella de la cáscara del eucalipto como lenguaje cifrado o secreto existente en la naturaleza". Apasionado del mundo del papel, ya que se deriva del árbol, Blanco, al igual que Hendrix, busca papeles por diferentes lugares de la planeta.

Aunque Hendrix interpreta el paisaje de manera ''más plana, más gráfica", y Blanco de un modo ''más escultórico", ''el espíritu, el alma, es decir, las múltiples dimensiones que tiene la naturaleza circulan por las venas de ambos".