México D.F. Martes 13 de enero de 2004
Intelectuales hacen un balance de 10 años
de la rebelión
Zapatismo, opción ante la "resignación
silenciosa" mundial
Otro planeta es posible, se dijo en el acto que
culminó la campaña 20/10 El fuego y la palabra
KARINA AVILES Y ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Las enseñanzas del fuego y la palabra zapatista,
a 10 años del levantamiento indígena, han dejado huella indeleble:
A los pueblos indios, que eran como pueblos muertos, los
hizo renacer y les enseñó a perder el miedo. Al intelectual
le mostró que tenía mucho que aprender. Al músico,
al actor, al cantante les abrieron los ojos a la realidad. Al militar crítico
lo hizo tomar conciencia. Al ciudadano en general le señaló
el camino de la rebeldía, de la dignidad y de la solidaridad. Y
al mundo le enseñó que otro mundo es posible.
Todo lo anterior se hizo patente en el acto culminante
de la campaña 20 y 10: EZLN, el fuego y la palabra, organizada
por la revista Rebeldía, iniciada hace dos meses para conmemorar
los veinte años del nacimiento y diez de la insurrec-
ción del grupo rebelde. Anoche, en el Museo de
la Ciudad de México, se dieron cita representantes de prácticamente
todos los sectores de la sociedad civil, quienes hicieron en conjunto un
balance de los logros zapatistas y de las lecciones que éstos han
dado a México y a la comunidad internacional.
Pablo
González Casanova, ex rector de la UNAM, comenzó su intervención
con una anécdota. Contó la vez que se encontró con
el subcomandante Marcos en Chiapas y éste le dijo: "tenemos
un examen pendiente". González Casanova le respondió: "Sí,
y no me vaya a reprobar".
El EZLN -expresó el científico social- planteó
un "proyecto de organización social que atendía a la convivencia
de las más distintas culturas, naciones y pueblos" e hizo mucho
más para el camino de la humanidad: organizó el primer movimiento
mundial de los pueblos indios por un mundo mejor "en que prive la democracia,
la justicia y la libertad".
Otra aportación también de carácter
internacional es la de los caracoles, por medio de la cual "esbozó
la práctica de un gobierno que es potencialmente mucho más
que regional, mucho más que nacional o continental".
El académico destacó: "Tanta grandeza nació
de una civilización oprimida, la maya, que se hizo universal en
diálogo con los hombres y mujeres venidos de las más distintas
culturas y civilizaciones. Hoy celebramos el principio de una nueva historia,
y en homenaje fraterno a sus mártires y sus héroes, repetiremos
una y miles de veces que la lucha de los zapatistas es nuestra lucha".
Juan Bañuelos habló de dos silencios: el
de los zapatistas, que ha sido "una respuesta a la estrategia de guerra",
porque "quien se mantiene en silencio es ingobernable"; y el del gobierno
foxista: "La verdadera ofensiva es una guerra contra los pueblos indígenas
rebeldes y una guerra fría y de silencio contra la sociedad mexicana
que intente defender a los indios y sus derechos humanos".
El poeta chiapaneco añadió que "después
de los 15 minutos de Vicente Fox para solucionar el conflicto de Chiapas,
así como de la contrarreforma vergonzosa de los poderes Legislativo,
Judicial y Ejecutivo impuesta a los acuerdos de San Andrés, el silencio
indígena ha sido una de las respuestas a la estrategia de guerra
del gobierno".
Advirtió que si crecen las tensiones en la región
y a nivel internacional, no debe extrañar la influencia de militares
estadunidenses en la acción del Ejército Mexicano: "No vaya
a ser que los indígenas mayenses sean convertido en terroristas".
Por eso exhortó a la sociedad civil a transformar su acción
en luchas de liberación nacional combatiendo las acciones totalitarias
de George W. Bush "y de sus limpiabotas" en América Latina.
El escritor Carlos Monsiváis afirmó que
en 10 años el EZLN y el subcomandante Marcos "han contribuido
vastamente a que se capte la vida indígena como algo siempre integrado
a la nación y a que se considere a la nación como la entidad
cerrada que sólo se abre a golpes de protesta, de sobrevivencia
y de lucidez histórica, como la mostrada en la marcha de 2001".
Consideró que también en esta década
"el EZLN ha podido y ha querido aprender de la sociedad civil, de las organizaciones,
las personas, los grupos extranjeros y nacionales".
El autor de Entrada libre: crónicas de la sociedad
que se organiza concluyó: "Lo ocurrido y lo vivido y lo pensado
y lo aprendido en estos 10 años es demasiado para hacerlo caber
en un saludo doble: al EZLN y a la sociedad civil nacional e internacional.
Por eso mismo, en esta doble celebración me queda claro que asistimos
al aniversario de un intercambio desigual pero solidario de pedagogías.
Al finalizar recurro y modifico el apólogo clásico: a la
pregunta, ¿qué te llevarías de una casa en llamas?
toca responder ahora: el fuego y la palabra".
Por su parte, el general retirado Francisco Gallardo afirmó
que los rifles de madera cargados con proyectiles de razón hirieron
al sistema mexicano. Para que se diera el levantamiento zapatista, añadió,
se conjuntaron la herencia de la guerrilla de los años 70 y la resistencia
indígena chiapaneca que se mantiene desde el siglo XVI.
Por otro lado, reveló que 20 militares iban a ser
condecorados en 1994 por haber muerto en combate en Chiapas, lo cual se
haría en un acto presidido por el entonces presidente Carlos Salinas;
sin embargo, después de análisis e investigaciones, Gallardo
llegó a la conclusión de que los "soldados caídos"
supuestamente en enfrentamiento con el EZLN en realidad habían muerto
en un combate entre dos batallones de infantería. Esto, denunció,
fue planeado y provocado.
En su turno, Carlos Montemayor señaló que
a la negativa del Estado, los zapatistas respondieron con el establecimiento
de las juntas de buen gobierno, que son un proyecto para siempre y una
señal de fuerza y contundencia.
Dichas juntas, añadió el intelectual, "son
el ejemplo didáctico para entender un mecanismo de organización
social, política y económica".
El autor de Guerra en el paraíso destacó
que la fortaleza del movimiento zapatista "queda contundentemente demostrada"
mediante este ejercicio autónomo cotidiano. Por eso, acotó,
el EZLN está "más vivo, más centrado e inteligente
que nunca".
El obispo emérito de San Cristóbal de las
Casas, Samuel Ruiz, consideró que a pesar de que el conflicto no
está resuelto, el esfuerzo de los indígenas rebeldes por
construir la paz, la justicia y la dignidad ha tenido avances y logros
muy importantes. Puso como ejemplo el reto que aplicó a la sociedad
política de buscar caminos nuevos; hizo más visibles las
necesidades de transformación de las relaciones sociales y económicas;
cuestionó a la Iglesia sobre su disposición en la búsqueda
de justicia; denunció las consecuencias del sistema neoliberal.
Emotiva y entusiasta, Rosario Ibarra de Piedra dijo que
ante el levantamiento del EZLN las madres de desaparecidos políticos
vieron prolongarse en los zapatistas la acción de sus hijos: "Todos
parecieran ser producto de la misma tierra". También les enseñó
que es posible "internacionalizar la esperanza". Al final, con el puño
en alto, sostuvo: "Los zapatistas han levantado el estandarte no sólo
de los indios, sino de todos los pueblos pobres del mundo".
Nosotros -añadió- "quisiéramos muchos
primeros de enero pero sin sangre... ¡Quiero luchar con optimismo
como hacen los zapatistas que han sufrido muchísimo tiempo, mucho
más que nosotros!"
José Carrillo de la Cruz, que llegó representando
cuatro centros ceremoniales del pueblo huichol en la región norte
de Jalisco, relató que antes de enero de 1994 los indios eran "pueblos
muertos", que no se atrevían a salir de las comunidades por miedo.
Pero "hoy hemos recuperado poco a poco nuestro territorio, nos han encendido
una luz del sur hacia el norte. Nosotros -agregó-, que apenas estamos
renaciendo, nos falta mucho por aprender pero aquí estamos, aún
seguimos vivos después de 500 años de resistencia".
El filósofo Luis Villoro hizo llegar a la conmemoración
un texto en el que señaló: "La clave que distingue al zapatismo
de cualquier otro movimiento rebelde es el rechazo radical de todo afán
de poder. Su mensaje más profundo es la negación del poder
para sí". Al no quererlo "desgaja de cuajo la voluntad de dominación.
El poder que postula es el de los hombres y mujeres en comunidades concretas;
es el que reside en la sociedad real".
Luis Hernández Navarro, coordinador de opinión
de este diario, contó una historia, Café con sabor a rebeldía,
que ejemplifica la lucha zapatista: "Como se sabe, el café no sólo
quita el sueño, sino que también lo estimula; sirve para
no dormir, pero no necesariamente para dejar de soñar. Detrás
de una humeante taza de aromático se pueden imaginar los más
audaces planes, los más atrevidos sueños". Y los caficultores
zapatistas, contra toda lógica del mercado, "han tenido victorias
como la de crear su propia marca de café, gourmet y orgánico,
que se vende no sólo en México, sino también en países
de Europa y Estados Unidos. Es un grano nacido de la rebeldía".
Los actores Bruno Bichir y Angélica Aragón,
así como el vocalista de La Maldita Vecindad, Roco, se unieron a
la celebración. Bichir hizo notar que hace falta una participación
mayor de la sociedad civil. La actriz dijo que el EZLN ha sido un movimiento
de orientación, cohesión, de hermanamiento de la sociedad
en momentos en que el mundo es víctima de un golpe aniquilador de
las costumbres y las tradiciones de los pueblos.
También dejaron oír sus voces y su reconocimiento
John Holloway, Horacio Labastida, Gilberto López y Rivas, Lorenzo
Meyer, Juan Brom, Víctor Flores Olea, Paulina Fernández,
Ricardo Robles y la especialista en el tema Magdalena Gómez.
|