México D.F. Martes 13 de enero de 2004
El fotógrafo captó a personajes
claves en la historia del rock; la muestra, en el Auditorio
Inauguran retrospectiva de Baron Wolman, fundador de
Rolling Stone
El rock, tequila de la música; la fotografía,
una forma de explorar el mundo, define
A los productores de conciertos actuales sólo
les interesa el dinero, no el arte, afirma
ARTURO CRUZ BARCENAS
"En Estados Unidos no ha habido una exposición
como la que se inaugurará este martes en el Auditorio Nacional;
es un honor estar en este sitio con una selección de las fotografías
que hacen referencia a los años en que el rock estuvo en su clímax,
cuando era una explosión en el mundo en tanto que paz y amor", expresó
en entrevista Baron Wolman, originario de Ohio, emblemático artista
de la lente del periodo 1967-1969, la cima sonora de uno de los movimientos
mundiales que marcaron un parteaguas entre los jóvenes.
Con el título de Vi la música-Baron Wolman,
el fotógrafo fundador de la revista Rolling Stone instalará
52 de sus obras, testimonio de la juventud creativa y rebelde de personajes
como Janis Joplin, Frank Zappa, Jimi Hendrix, Mick Jagger, y otros con
los que el entonces muchacho subía a los escenarios del mundo a
ocupar sitios privilegiados, negados a mortales comunes y corrientes; a
veces convivía tras bambalinas, viendo a las groupies, las
eternas enamoradas de sus stars, besar y coger, en el sueño
eterno de ser músico.
Llegó a la entrevista a una cantina de la Condesa
con su inseparable mochila, donde atesora cuadernos y álbumes con
algunas de sus obras. Recuerda esos días del 67-69, los roqueros
eran jóvenes, cada uno con su carácter, pero él estaba
en lo suyo, buscando el mejor ángulo en un concierto, o poniendo
las luces en un estudio, esperando pacientemente esa mirada que era la
esencia de, por ejemplo, Jim Morrison.
No
escuchaba la música, la veía. A distancia de años,
dice que ahora sí se concentra para oír la música
de aquellos a quienes admiró, pero a los que no veía como
seres de otro mundo, sino de carne y hueso, como cualquier ser humano.
"Cuando escuchas True, de Jeff Beck, regresas a la experiencia de
esos días."
-¿Cómo se reía Janis Joplin?
-Dependía del whisky que se hubiera metido en ese
momento. Cuando le tomaba una foto, sonreía. Daba el sorbo al whisky
y estallaba en carcajadas, pero así también era en el escenario.
Salía y se carcajeaba, pero eso era porque ya había estado
tomando.
-¿A usted nunca le compartieron una groupie?
-Quizá. También había groupies
para fotógrafos. Hay groupies donde hay concentración,
centros de poder.
-¿Alguna vez lo agredió algún músico?
-A veces no disfrutaban que les tomaran fotos. Siempre
traté de hablar con ellos acerca de la vida. Se relajaban y se convencían
de que yo no era un mal muchacho.
-¿Qué es lo que no le gustaba de los músicos?
-Al principio eran buenos muchachos, pero siempre el ego
era un problema. Mientras más famosos son, su ego crece y crece.
Con Steve Miller hubo cosas en común, como la fotografía.
Muchos no tenían educación universitaria.
-¿Cuál tenía más talento o
inteligencia?
-No sé qué tan inteligente era Pete Townshend,
pero era coherente. De Jim Morrison me gustaba su poesía, que, según
él, era muy difícil de entender. Expresaba mucho el sufrimiento,
los problemas.
-¿Sicoanalizaba al músico antes de fotografiarlo?
-Me gustaba informarme acerca del sujeto. Les gusta hablar
mucho de sí mismos. Hendrix era muy introvertido y era difícil
que hablara de él. Cuando lo hacía pronunciaba susurros,
pero como músico era brillante.
"En 1967 fotografié por primera vez a grandes iconos
como Janis Joplin, The Who, Pink Floyd, pero para mí el año
decisivo fue el 69. Era muy difícil que tomara una mala fotografía.
Desde entonces no me he sentido igual."
-Ahora piden acreditarse para un concierto de rock. ¿Cómo
era en sus días?
-A los productores de conciertos de la actualidad sólo
les interesa el dinero. No hay respeto para la gente alrededor, como son
los fotógrafos. Se debe tener respeto por el trabajo del fotógrafo,
que está haciendo arte, así como el roquero está haciendo
música.
-¿El mejor sitio para tomar una foto en un concierto?
-El frente es el peor lugar. Se cruza el micrófono.
Los mejores lugares son a los lados, en las laterales.
-¿Se le llegó a ir la foto?
-No, pero se trata de saber, de antemano, qué es
lo que se quiere.
-¿Ha cambiado la estética visual? ¿Qué
queda?
-Ha habido grandes cambios. Mucha gente toma hoy fotografías,
pero todo mundo sobre el mismo ángulo. La misma foto se repite una
y otra vez, aunque sean diferentes caras.
-¿Por la comercialización?
-Hay muchas más bandas y fotógrafos, más
medios. Los grandes cambios se deben a que no hay acceso ni oportunidades
para estar íntimamente ligados a un músico. Se necesita tiempo
para hacer una buena foto. A nivel visual es una cosa. Me hace llorar ver
gente vieja tocando música joven.
-¿Se necesita ser joven para tomar fotos de músicos
jóvenes?
-No necesariamente, pero un fotógrafo joven tiene
más elementos para identificarse con lo que hacen.
-¿Por qué le gusta el rock?
-El rock me hace sentir lleno de vida. Hay una canción
de Tom Petty que me hace sentir muy bien, tranquilo.
-¿Con la fotografía detecta a un roquero
farsante?
-Siento simpatía por esos farsantes porque están
tratando de hacer algo por su vida. La gente talentosa de verdad es una
especie de mago. Le dan color a su propia vida.
-Sus fotos tienen profundidad. Se ven las personas que
están hasta el fondo de un estadio.
-En un gran concierto la gente de hasta atrás no
tiene conexión con el músico. Ven una pantalla, sólo
eso.
-¿Le hizo daño al oído estar en tantos
conciertos?
-Mi escucha ya no es la misma. Recuerdo un concierto de
Hendrix, en el que estaba tan ruidoso que sentía como si me encajaran
un cuchillo en los oídos. Dejé de escuchar durante dos días.
A partir de entonces me protegí como pude, a veces colocándome
bolitas de Kleenex en las orejas.
-¿De sus ojos cómo está?
-Nada es igual, nada es como fue -con el índice
se señala los ojos, el corazón y el pene.
-¿Está feliz por lo que hizo?
-Sí. Presencié momentos claves en la historia
de la música. No me considero un artista; tan sólo tuve la
oportunidad de tener una cámara frente a los músicos. Creo
que sí tenía talento, pero no me sentía artista.
Nadie se interesa por su obra
-¿Qué pasará con su obra?
-Nadie muestra interés por mi trabajo. Ni gente
de mi familia.
-¿Pensó en la importancia testimonial que
tendrían sus fotos?
-No tenía idea. Los 60 eran los Beatles, los jipis,
la sicodelia, flores en el pelo.
-¿Morrison era tan cachondo como se cree?
-Vestía esos pantalones de cuero apretados, sobre
todo en las partes nobles; se podía ver todo.
-¿Son caras sus fotos?
-Depende quién las compre.
-¿Fernando Aceves -quien colaboró con él
en la selección de las fotos- es el Wolman mexicano?
-Correcto. Tenemos un proyecto para presentar nuestros
trabajos. El hecho de que tanta gente vaya a ver mis fotografías
va más allá de mi propia imaginación. Quisiera montar
una exposición en el Zócalo. Sería increíble.
No para vender, sino para ver, sólo ver.
-¿Su definición personal del rock?
-Es el tequila de la música.
-¿Qué es la fotografía?
-Es un arte diferente para cada persona. Permite organizar
el momento; es una manera de explorar el mundo.
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