Es un "grado de locura inimaginable", afirma el ministro del Interior, Alberto Fernández

Califica Kirchner de actos deleznables las torturas a soldados argentinos

Se agudiza el conflicto diplomático entre Buenos Aires y Montevideo por casos de desaparecidos

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 16 de enero. El gobierno del presidente Néstor Kirchner or-denó una investigación "profunda" sobre la denuncia que adelantó ayer junto con organismos humanitarios sobre entrenamientos a co-mandos de fuerzas especiales del ejército que incluyeron torturas y que habrían continuado realizándose en periodos democráticos, hasta los años 1994 o 1996.

Es de un "grado de locura inimaginable la inclusión de prácticas de tortura" en esos entrenamientos castrenses, afirmó por su parte el ministro del Interior, Alberto Fernández.

Kirchner ordenó un informe inmediato de estos "actos deleznables", ocurridos en una sede del ejército argentino en Quebrada de la Cancha, provincia de Córdoba.

Se estima que el responsable de esos métodos de entrenamiento militar era el general Roberto Bandini, y que las imágenes fueron captadas en 1986.

Fernández sostuvo que no existía "mucha diferencia entre quien es capaz de soportar por propia voluntad una tortura y quien después es capaz de utilizarla (...) es una tortura en el contexto de la democracia y es un grado de locura inimaginable".

Por su parte, el ex presidente Carlos Menem afirmó que no tenía conocimiento de este tipo de cursos, en tanto que el general Martín Balza, jefe del ejército durante el menemismo, confirmó que esos entrenamientos habían finalizado entre 1990 y 1991, pero admitió su existencia.

Kirchner ordenó al ministro de Defensa, José Pampuro, investigar los hechos en forma urgente.

Mientras, el ex presidente Raúl Alfonsín firmó un comunicado enviado por su partido, la Unión Cívica Radical, que exige una investigación, aunque también rechaza lo que considera mala intención de "quienes pretenden utilizar esas denuncias para instalar en la sociedad una falsa idea acerca de lo que fue la gestión radical" en los años 80.

Guerras no convencionales

El Centro de Estudios Legales y Sociales ha denunciado que estos cursos transcurrieron entre 1990 y 1994 en el contexto de enseñanzas "para guerras no convencionales" -en realidad contrainsurgencia-, y exigió el paso a retiro de todos los oficiales que estuvieron involucrados en ese tipo de adiestramiento militar y a quienes permitieron esos hechos, además de las acciones penales necesarias.

En ámbitos cercanos a los militares hay quienes toman como "natural" ese tipo de entrenamiento desde años atrás, especialmente a contar de las enseñanzas recibidas en cursos en la Escuela de las Américas, en el Comando Sur del ejército de Estados Unidos en la zona del canal de Panamá.

Esta escuela continúa abierta en Estados Unidos, tras haber sido cerrada en Panamá en 1983, en acatamiento de los Tratados Torrijos-Carter de finales de los años 70, que devolvió esa vía transoceánica a la soberanía panameña.

En realidad el hecho se denunció en los años 70. La organización Madres Fundadoras de Plaza de Mayo recuerda las denuncias sobre estos entrenamientos brutales, de militares jóvenes, como Jorge Urién Berri, quien, como otros en su momento, renunciaron al ejército o fueron dados de baja.

También en una pasada entrevista con este periódico, el ahora fallecido capitán José Luis D'Andrea Mohr y sus compañeros del Centro de Militares Democráticos hablaron de este tema y las consecuencias que tuvieron en las fuerzas armadas locales los entrenamientos impartidos por Estados Unidos en bases como Fort Bragg (Carolina del Norte) Fort Gordon (Georgia), la Escuela de las Américas y en más de 140 instalaciones en territorio estadunidense.

El adiestramiento de comandos se evidenció también durante los intentos de golpes de Estado contra el gobierno de Alfonsín, en los años 80, cuando los carapintadas glorificaban esos cursos.

Pero donde se vio realmente lo que significaron fue en la Guerra de las Malvinas, en 1982, cuando Leopoldo Fortunato Galtieri, en el derrumbe de la dictadura militar, decidió retomar el territorio de esas islas, ocupadas colonialmente por Gran Bretaña desde el siglo XIX.

En estos días se terminó de filmar la película Iluminados por el fuego, con base en el libro de Edgardo Esteban, periodista que entonces estaba en el servicio militar obligatorio y fue llevado con otros jóvenes a esa guerra.

Allí, Esteban escribió un diario en que relata los terribles padecimientos de los soldados, los famosos "bailes", castigos corporales, privados de alimento.

Muchos de los oficiales que participaban en dicha acción militar pertenecían a esos comandos, que pese al famoso entrenamiento resultaron mucho más crueles con los soldados que tenían que dirigir que con el enemigo, y además mostraron que ese tipo de "bestialización" no los hacía más resistentes frente al adversario que vestía uniforme británico.

Por otra parte, se agudiza el conflicto diplomático entre Argentina y Uruguay, luego que el presidente de la nación vecina, Jorge Batlle, exigió investigar las desapariciones de 80 uruguayos.

Batlle tuvo duras frases de re-chazo a la insistencia del gobierno argentino en conocer el paradero de los restos de la joven María Claudia García de Gelman.

La respuesta del mandatario uruguayo surge después que Argentina interpuso una querella judicial para demandar respuesta sobre el lugar donde están los restos de la joven nuera del poeta Juan Gelman, secuestrada embarazada en Buenos Aires y trasladada a Uruguay por la dictadura argentina.

En Uruguay dio a luz una niña, en una sede de los servicios de inteligencia, de la que se apropiaron militares de ese país.

La cancillería argentina criticó en un comunicado que Uruguay haya manifestado no tener "información alguna sobre ninguna de las personas que desaparecieron en ese país, ni cómo, ni cuándo, ni de qué manera", y recuerda que nunca ha dejado de investigar las desapariciones forzosas ni de identificar restos humanos.

"No influye que sean 80 o un desaparecido, ya que cada vida es única y valiosa, y su violación no puede ni debe quedar impune", señaló la cancillería.

El comunicado enfatizó también que no son 80 sino 152 los desaparecidos uruguayos en territorio argentino, y que Buenos Aires, "a pesar de la vigencia de las leyes de impunidad y de indulto", siempre buscó caminos para llegar a la verdad en estos casos.