México D.F. Sábado 17 de enero de 2004
Fue escrito por el enviado de La Jornada
en Chiapas y el cineasta Alberto Cortés
Premio a Hermann Bellinghausen por el guión
Corazón del tiempo
La historia cuenta la génesis del zapatismo,
la resistencia y autonomía de las comunidades indígenas
El plan es que los habitantes de esos pueblos participen en la película,
adelanta
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Contar el proceso del zapatismo en Chiapas, la resistencia
y las repercusiones en la vida política y cotidiana de las comunidades
indígenas desde una perspectiva humana es el objetivo de Corazón
del tiempo, ganador del premio al mejor guión cinematográfico
del Banco de Guiones.
Se trata del texto coescrito por Hemann Bellinghausen,
enviado permanente de La Jornada en la zona de conflicto, y el cineasta
Alberto Cortés, quien recientemente participó en el documental
colectivo El fuego la palabra para conmemorar el aniversario del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Además de Corazón del tiempo se premió
también los guiones Rencor vivo, de Gerardo Lara, y Chicuarote,
de Augusto César Mendoza.
Dotado con 25 mil pesos, el premio es convocado por la
Sociedad General de Escritores de México (Sogem), el Sindicato de
Trabajadores de la Producción Cinematográfica, la Asociación
Cultural Matilde Landeta y la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores
de Obras Audiovisuales, y busca promover los guiones premiados entre las
productoras.
Dimensión fantástica, onírica
Nuestro
guión, explica Bellinghausen en entrevista, ''es una ficción
que se desarrolla en una comunidad zapatista de la selva Lacandona, que
mezcla una historia de amor entre una muchacha de una comunidad insurgente
del EZLN, episodios de la resistencia de la guerra zapatista y una dimensión
más o menos fantástica, onírica".
Los personajes principales de este proyecto fílmico
son cuatro mujeres: una niña, cuyo papel está basado en Alicia
a través del espejo, de Lewis Carroll; su hermana mayor, protagonista
de la historia de amor; la madre, una mujer más en las convenciones
de la vida campesina, y la abuela, que rememora mediante la historia de
su nieta su propia vivencia como fundadora de una comunidad de la selva.
De la idea al proyecto terminado pasaron tres años,
en los cuales el guión fue revisado en uno de los talleres de Sundance
por guionistas hollywoodenses, y la intención es que, después
de encontrar productor, se filme en una de las comunidades indígenas
y que sus habitantes participen como actores o dentro de la producción,
al estilo del director chino Yimou Zhang (Ni uno menos, Camino
a casa).
''Ese es el plan para Corazón del tiempo,
que el pueblo o a lo mejor más de una comunidad, participen de manera
directa en la película. Inclusive el guión ha sido leído
y comentado con gente de las comunidades.
''Algunos de los episodios se debieron cambiar porque
nos señalaron que las cosas no eran así, aunque tenían
que entrar en el juego de una ficción, queríamos que fuera
una ficción verosímil para ellos, con situaciones que les
podían pasar y la solución que se les daba tenía que
ser la que era predecible, es decir, las cosas como suceden en la comunidad",
añadió Hermann.
No es la primera vez que Bellinghausen y Cortés
(ganador de dos Arieles por su documental La tierra de los tepehuas
y su opera prima Amor a la vuelta de la esquina) trabajan juntos.
Su primer trabajo fue en el largometraje Ciudad de ciegos (1990)
y ahora tienen en mente una nueva historia con temática urbana.
Respeto al lenguaje
El guión de Corazón del tiempo, explica
Bellinghausen, ''es una ficción en sentido estricto, pero está
basado en gran cantidad de hechos reales, históricos y de tipo comunitario.
Se busca también respetar mucho el lenguaje que se habla en las
comunidades y surge como una idea de contar una historia que aunque tiene
un contenido político importante no es éste el tema de la
película".
Se ven ''desde la dimensión humana los cambios
de las nuevas generaciones que han crecido en situación de guerra,
resistencia, autonomía y libertad en la selva.
''La historia ocurre en una comunidad que, como muchas
de la selva, ya era libre; se funda por indios libres hace unos 30 años
y con el tiempo tienen actividad política y una definición
social muy particular.
''Empezaron rompiendo sus cadenas y todos estos años
han hecho mucho, incluida la guerra, como expresión de su libertad
adquirida antes, y aquí lo que sucede es la historia de una mujer
que decide llevar esa situación de libertad un poco más allá
de los límites tradicionales y confronta las tradiciones comunitarias
y los usos de la organización zapatista; de cómo entra en
crisis todo eso a partir de una historia de amor que sucede en un contexto
de guerra, de presión militar, de confrontación con el Ejército",
agrega el articulista de La Jornada y director del suplemento Ojarasca.
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