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México D.F. Sábado 24 de enero de 2004
Se inicia la consulta nacional para modificar el sistema de procuración de justicia
Apremian al Congreso a presentar una iniciativa de reformas a la Ley de Amparo
JOSE GALAN
El investigador emérito Héctor Fix Zamudio llamó al Congreso de la Unión y al Poder Ejecutivo federal a presentar una iniciativa de reformas a la Ley de Amparo. "Ya se tardaron", dijo en referencia a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no puede enviar iniciativas a las cámaras, por lo que solicitó a los otros poderes retomar el proyecto de reformas del supremo tribunal para comenzar su discusión y legislar al respecto.
Por su parte, el presidente de la SCJN, Mariano Azuela Huitrón, llamó a la sociedad a superar diferencias y enfrentamientos y a buscar la unidad, así como a aceptar la crítica, aun cuando ésta "caiga en la ofensa". Ambos juristas hablaron en el contexto de la consulta nacional para la reforma integral del sistema de procuración de justicia.
Reconocido maestro y teórico del derecho, Fix Zamudio sostuvo que en México "realmente no ha habido debate sobre la Ley de Amparo en el órgano que debe albergarlo: el Congreso de la Unión. Ha habido doctrinales, y siempre he sostenido que es necesario que el proyecto de la Ley de Amparo (de la Suprema Corte de Justicia de la Nación) se debata ahí, pero no hay una iniciativa todavía".
Entre los puntos importantes de la reforma, consideró la necesidad de "extender la legitimación a los intereses legítimos (sic), lo cual brindaría posibilidad a los intereses indirectos, por ejemplo, de los sectores llamados desorganizados o difusos; es decir, personas que no tienen representación porque no están organizadas y que corporativamente puedan acudir a la ley de amparo por medio del interés legítimo".
Rechazó que el amparo sea elitista. "Lo que pasa es que el amparo es muchas cosas. Hay que entender, por ejemplo, lo que es la protección a la libertad personal o el habeas corpus, la protección de los derechos fundamentales, la impugnación de las resoluciones judiciales. No todos tienen las mismas características", añadió. "El problema no es, pues, cuestión de elitismo de la misma ley, sino que requiere del asesoramiento jurídico, y entonces aquí viene el acceso a la justicia. Por ello, hay que hacer reformas para convertir la defensoría pública en un sistema realmente efectivo. Se requiere avanzar en ese sentido para que las personas de escasos recursos puedan tener acceso al amparo".
Por otra parte, consideró importante que el Congreso de la Unión tome el debate sobre la Ley de Amparo, aunque reconoció que las reformas al sistema de impartición de justicia en el país deben hacerse progresivamente, "de manera paulatina, pero, claro, los problemas que se mencionan son comunes en casi todos los países, como es el caso del rezago" del sistema judicial, incluyendo además lo relativo a la transparencia del propio sistema y las modificaciones de los sistemas escritos a los orales.
"El sistema de la oralidad -es decir, juicios al estilo estadunidense, con jurados- parece sencillo de implantar pero no es así, porque requiere infraestructura y preparación de jueces y abogados para que sepan cómo actuar en un sistema oral, que consiste en que se reciben las pruebas de manera contradictoria". Por otra parte, mencionó que el problema de la "inmediación" también depende de problemas de infraestructura, "porque se requiere un número de jueces muy amplio para que puedan presidir las audiencias. De otra manera, se seguiría el sistema actual de varias audiencias al mismo tiempo".
Por su parte, en el discurso inaugural de la consulta, el magistrado presidente de la SCJN, Mariano Azuela, reflexionó sobre la presencia de los símbolos patrios en actos republicanos, pero "cuántas veces esto queda exclusivamente como acto intrascendente de efectos emotivos, pasajeros". Pero son en estos símbolos, agregó, donde se encuentra la posibilidad de superar las diferencias que surgen dentro de un pluralismo que "normalmente puede desembocar en grandes enfrentamientos. La experiencia demuestra que para conseguir el bien de las comunidades es indispensable superar enfrentamientos, diferencias y buscar la unidad".
Más adelante, rechazó el nacionalismo "que busca defender lo que hay en nuestra patria de manera ciega, considerando que no hay errores y defectos", pero insistió en la necesidad de un nacionalismo "equilibrado" que acepte errores y defectos, pero que con la racionalidad busca encontrarles soluciones adecuadas, "no soluciones efímeras".
Dicho nacionalismo supone rechazar cualquier actitud imperialista que tienda a "disminuir a los mexicanos", pero debe estar atento a todo lo provechoso del extranjero.
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