México D.F. Sábado 24 de enero de 2004
Enrique Calderón
Falta de empleo, falta de trabajo
El 2003, el peor año para el empleo desde 1998, reportó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en días pasados, de acuerdo con uno de los titulares publicado por La Jornada el jueves pasado, haciendo referencia al problema que hoy como hace 100 años enfrentamos los mexicanos. La gravedad de este problema debiera ser el principal motivo de preocupación del gobierno actual, reflejada en acciones precisas de búsqueda de soluciones.
Según las cifras del INEGI, el desempleo alcanza 3.3 por ciento de la población económicamente activa, pero en realidad se trata de una falacia, pues de acuerdo con sus criterios, se incluye como personal ocupado a los vendedores ambulantes, a los peones asalariados, que cada día se acercan a lugares donde posiblemente les den una chambita que pueda durar varias horas o algunos días a lo más, incluye igualmente a quienes "ponen un changarro para ver si la hacen", a las madrinas de los judiciales y de otros servidores públicos, e inclusive a las prostitutas y a los malabaristas que obligados por el hambre intentan resolver así su problema de subsistencia; si los criterios utilizados por el INEGI correspondieran a los aplicados por las naciones europeas con las que a veces nos queremos comparar ƑCuál sería nuestra tasa de desempleo?
Pero el problema es aún más grave; si en lugar de empleos pensamos en trabajo. ƑCuál es el trabajo de un mesero o cocinero en un restaurante en el que ocasionalmente cae algún comensal, ante la escasez de dinero, y que sólo esperan el día en que el negocio va a ser cerrado?
ƑCuáles son las posibilidades de trabajo de los campesinos, ante la ausencia total de créditos y de condiciones de mercado favorables para sus productos?
ƑEn qué consiste el trabajo de un artesano que no puede vender sus productos, porque no hay dinero para que alguien se los compre, o porque las artesanías mexicanas made in china han desplazado sus productos? ƑCuál es el trabajo de un empresario y de sus trabajadores, cuando la producción de la empresa está parada por falta de créditos, de contratos y de ventas? ƑCuál es el trabajo de los empleados públicos en cientos de oficinas que poco o nada tienen que hacer?
Considero que dos condiciones esenciales que debe tener un empleo es que implique un trabajo digno y se realice en condiciones dignas, la otra condición es que ofrezca seguridad para hoy y esperanza de mejora y progreso para el mañana. Sé que esto es difícil e imposible de medir, por lo cual INEGI nunca nos lo podría contabilizar, pero esto es en esencia lo que el país requiere y lo que debiera definir los objetivos prioritarios del gobierno. De alguna manera es el mandato constitucional hoy olvidado.
Los resultados de que hoy parece ufanarse el gobierno son otros muy distintos, ante su incapacidad y falta de voluntad para responder a las necesidades reales del país en materia económica: buscar que los mexicanos que emigran ante la falta de oportunidades aquí puedan obtener un trabajo en Estados Unidos. Dar facilidades a medias para que algunos desempleados pongan sus changarros para que se entretengan mientras sea posible.
El país necesita hoy enfrentar el problema como una emergencia nacional, posponiendo y negociando otros aspectos que resultan secundarios: reactivar la economía debiera ser la prioridad número uno del gobierno, establecer defensas que permitan detener la llegada de objetos que se puedan producir en México, otorgar créditos de verdad a las empresas pequeñas y medianas (no de papel, como ha sido hasta ahora), posponer pagos a la deuda con los bancos, para incrementar la inversión pública federal y estatal. Utilizar la capacidad y necesidad de compra gubernamental, para adquirir bienes y servicios de empresas mexicanas. Eliminar las exenciones fiscales de que hoy día gozan muchas grandes empresas para fortalecer las finanzas públicas, y al mismo tiempo reducir los pagos y las prebendas que hoy gozan los funcionarios gubernamentales.
No establecer un programa de este tipo es continuar caminando hacia el desastre del país, que cada vez se aleja más del país de fantasía del que suele hablar el Presidente.
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