México D.F. Sábado 24 de enero de 2004
Se distribuye de manera gratuita como suplemento
de la revista Remolino de luz
Nace Baúl rústico para difundir
la riqueza de la lengua zapoteca desde Tehuantepec
CESAR GÜEMES
La lengua zapoteca no subsistirá más de
20 años, temen los investigadores Víctor Cata y Roselia Orozco,
fundadores del suplemento Baúl rústico, dedicado al
rescate y preservación de esa lengua, publicación que se
presentó anoche en el Museo Nacional de Culturas Populares.
El
problema central del zapoteco, considerado ya idioma en extinción,
se centra en dos aspectos: sus hablantes, al menos en cuanto al Istmo de
Tehuantepec se refiere, son personas mayores de 80 años, y salvo
la nueva publicación, entre otras pocas instancias, no existe interés
de las autoridades de la región por impedir que se pierda.
Baúl rústico comienza a distribuirse,
de forma gratuita, como suplemento de la revista Remolino de luz,
dirigida por Roselia Orozco.
Dar voz a los ancianos
El historiador Víctor Cata, quien se desempeña
en la Dirección de Lingüística en el Museo Nacional
de Antropología, explica:
''El problema de la difusión y preservación
de la cultura regional es muy serio en el área, y los trabajos para
mantenerla prácticamente no existen."
En torno de esa idea, narra Roselia Orozco: ''En el Istmo,
y específicamente en Juchitán, no había una publicación
en la cual los interesados por la cultura pudieran dar a conocer sus inquietudes.
''Conforme fuimos avanzando con la revista Remolino
de luz nos percatamos de que requeríamos otro espacio más
para el rescate de las tradiciones de los zapotecos. Así surgió
Baúl rústico."
Añade Víctor Cata: ''Remolino de luz
fue un espacio alternativo luego de que dejó de editarse la revista
Iguana rajada, que dirigía Víctor de la Cruz.
''Claro, Remolino... está más dedicada
a la creación de los jóvenes en general que al rescate de
la lengua zapoteca, mientras que Baúl rústico busca
dar voz a los ancianos, en particular en los pueblos en los que se está
perdiendo el zapoteco.
''Decidimos comenzar en Tehuantepec, el sitio de mayor
importancia para los zapotecos en el Istmo, históricamente hablando.
La lengua, para desgracia de las comunidades, está en proceso de
extinción.''
Trabajo de campo
-¿Cuánto tiempo más consideran que
pueda preservarse el zapoteco en la región?
Víctor Cata es categórico: ''No más
de 20 años. Y no es una afirmación caprichosa: corroboramos
que quienes lo hablan son personas de avanzada edad, de 80 años
en adelante''.
Confirma Orozco: ''No vaticinamos la ausencia de la lengua
zapoteca sin base, al contrario, el trabajo de campo que realizamos arroja
ese resultado".
La labor de rescate de Cata y Orozco implicó pasar
considerables temporadas en el área para hacer contacto, por ejemplo,
con la señora Herminia Pin Gallegos, quien les proporcionó
amplios datos sobre proverbios, supersticiones y cuentos expresados en
zapoteco, algunos de ellos recogidos en los números iniciales de
Baúl rústico.
De la fecha que los investigadores entrevistaron a Pin
Gallegos y el momento actual, apenas unos meses más tarde, la afirmación
de que la lengua zapoteca se acaba en el Istmo se convierte en realidad,
expresa Cata:
''La señora Pin Gallegos falleció hace poco
y con ella se murieron grandes conocimientos de la cultura regional que
abarcaban no sólo asuntos del idioma, sino normas de conducta. Ella
era gran conocedora de los usos y costumbres del área."
Con tiraje de mil ejemplares, Baúl rústico
ha comenzado su presencia de forma gratuita. Al respecto, Roselia Orozco
manifiesta:
''El suplemento se regala lo mismo en las escuelas del
Istmo que en las casas de cultura y desde luego las universidades."
''El objetivo de rescatar la lengua y divulgarla -abunda
Cata- se complementa con el de registrar la historia oral de los pueblos
en los que trabajamos.''
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