México D.F. Martes 27 de enero de 2004
El contacto fue "un error, pero no voy a dimitir",
dice Josep Lluís Carod-Rovira
Escándalo político en España;
líder nacionalista catalán se reúne con ETA
Aznar exige su renuncia y que el PSOE rompa el pacto
de gobierno en Cataluña
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 26 de enero. El máximo líder
de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC, separatistas y republicanos)
y nuevo conseller en cap del gobierno autonómico catalán,
Josep Lluís Carod Rovira, se reunió en recientes semanas
con la cúpula de la organización armada vasca ETA, en un
encuentro furtivo y al margen de sus socios parlamentarios en la Generalitat
de Cataluña, el Partido Socialista de Cataluña (PSC) e Iniciativa
per Catalunya-Els Verds (IC-EV).
El "contacto", dado a conocer por el diario conservador
ABC, provocó una tormenta política en el país,
una vez que el presidente del gobierno español, José María
Aznar, y el Partido Popular (PP, en el poder) exigieron su dimisión,
al acusarlo de "delinquir" y de "falta de decencia".
A menos de dos meses de las elecciones generales y en
medio de una crispada precampaña proselitista, el ABC difundió
la noticia del encuentro entre Carod-Rovira y algunos dirigentes de ETA,
entre ellos Mikel Albizu, Mikel Antxa, considerado por la policía
española como número uno de la organización,
con quienes, según el rotativo, habría llegado a un "acuerdo"
para que la organización radical no realizara acciones violentas
en territorio catalán.
El
propio Carod-Rovira compareció hoy ante los medios de comunicación
para confirmar la versión, y señaló que la reunión
tuvo lugar en días recientes, cuando ya había sido nombrado
conseller en cap, una especie de primer ministro del gobierno de
Cataluña, presidido por el socialista Pasqual Maragall.
Sin embargo, el dirigente de ERC negó que hubiera
acudido al encuentro como representante del gobierno catalán; resaltó
que en ningún caso suscribió algún tipo de acuerdo
con ETA, y dijo que sólo intentó convencer a la organización
armada de que asumiera como propio el diálogo y las vías
políticas para resolver el histórico conflicto del País
Vasco.
Carod-Rovira reconoció que el "contacto" con ETA
fue un "error" o "una ingeniudad", pero subrayó que en ningún
caso piensa dimitir a su cargo público, ya que "esto lo hice en
representación de un partido y que por tanto no se debe involucrar
a un gobierno.
"No voy a dimitir... cómo voy a dimitir por defender
una situación de paz, además no recuerdo que ningún
miembro del gobierno del PP haya dimitido por mantener contactos con ETA,
como lo hizo en 1999 en Suiza", subrayó.
Defiende los motivos
Ante el acoso mediático y político, Carod-Rovira
concedió una entrevista a la Cadena Ser, en la que tras reconocer
su "error" también defendió su motivación: "Sé
perfectamente que este contacto va a ser utilizado contra ERC, contra el
gobierno tripartito catalán y contra el PSOE (Partido Socialista
Obrero Español) a nivel de Estado. Pero en fin, más allá
de lamentar que haya sucedido esto y que haya ofrecido disculpas por lo
que pueda tener de vinculación gubernamental hacia otras fuerzas
políticas, yo siempre defenderé las palabras del presidente
Tarradellas, que decía que para terminar con la violencia era preciso
hablar con ETA. Lo importante es que los conflictos políticos puedan
debatirse políticamente, pero aquí además de matar
al mensajero quieren matar el mensaje".
No obstante las palabras conciliadoras del dirigente catalán,
el presidente del gobierno español, el conservador José María
Aznar, ofreció una breve rueda de prensa en la que exigió
al PSOE que rompa su pacto de gobierno en Cataluña ante un hecho
que calificó de "gravedad extraordinaria", ya que, según
Aznar, no es "una anécdota ni una rareza, sino una toma de posición
muy grave, que consiste en enseñarle a una banda terrorista a quién
puede matar y a quién no debe matar".
El presidente del gobierno español calificó
esa reunión como "una falta de decencia y dignidad", al tiempo que
exigió a Carod-Rovira que informe a la policía española
de "todos los datos que puedan ser útiles en la lucha contra el
terrorismo, como quiénes le ayudaron a establecer ese contacto,
cómo llegó a esa situación y con quiénes se
entrevistó", ya que "cada día se agrava y aumenta la responsablidad
de este señor".
El candidato del PP a la presidencia, Mariano Rajoy, añadió
que el político catalán "delinquió" y vulneró
la Ley de Partidos Políticos, creada ad hoc para proscribir
a Batasuna, la coalición nacionalista vasca considerada brazo político
del grupo armado.
El principal afectado por la crisis, el candidato socialista
José Luis Rodríguez Zapatero, indicó que su formación
también "condena" el encuentro, pero que al mismo tiempo respeta
la autonomía del gobierno catalán para que desde ese ámbito
se tomen medidas al respecto. El líder socialista admitió
en un comunicado que su postura ante la crisis es que Maragall acepte la
dimisión de Carod-Rovira como conseller en cap, una medida
que se decidirá en los próximos días y que podría
derivar en una crisis de gobierno en Cataluña.
El dirigente de Izquierda Unida (IU, tercera fuerza en
votos), Gaspar Llamazares, consideró que Carod-Rovira actuó
de "buena fe", pero que el encuentro con ETA fue "un error político,
ya que ocurrió sin que la banda haya cesado la violencia y sin consultar
al resto de los miembros del gobierno catalán".
El vocero en el Congreso español del Partido Nacionalista
Vasco (PNV, en el gobierno regional), Iñaki Anasagasti, advirtió
que el encuentro le parece "en principio, bien, al ser un paso más
para consolidar una tregua de ETA y poner fin a los atentados". El diputado
vasco atribuyó la filtración de la noticia a los responsables
del sistema de espionaje español, integrado en el denominado Centro
Nacional de Inteligencia (CNI), controlado por el gobierno de Aznar.
El dirigente y vocero del partido vasco Aralar, Patxi
Zabaleta, señaló por su parte que "el diálogo nunca
es antidemocrático ni aunque se realice con organizaciones que están
fuera de la ley, una vez que uno de los exponentes de la profundidad democrática
es precisamente la capacidad de no poner exclusivas al diálogo".
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