México D.F. Domingo 1 de febrero de 2004
El engaño es motivo para proceder a la
destitución de Bush, dice Los Angeles Times
La inexistencia de armas en Irak, el escándalo
más grande en la historia de EU
Las opciones del presidente para aminorar la crisis,
riesgosas para su relección: NY Times
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York y Washington, 31 de enero. Esta semana
se anunció por todos los medios lo que gran parte del mundo ya sabía:
que la razón principal del presidente George W. Bush para invadir
a Irak, con saldo hasta la fecha más de 500 soldados estadunidenses
muertos, miles de heridos y un número aparentemente desconocido
de bajas civiles, carecía de algo de verdad.
No
hay armamentos de destrucción masiva en Irak. David Kay, inspector
de armas de la Casa Blanca y la CIA, quien acaba de re-nunciar, afirmó
ante el Senado que "casi todos estábamos equivocados" en torno a
la existencia de esa amenaza.
Aunque dijo que fue resultado de un grave problema de
los servicios de inteligencia y descartó que fuera una maniobra
política, es una bomba para el gobierno de Bush, particularmente
al comienzo de un año electoral.
Para el columnista Robert Scheer, de Los Angeles Times,
este engaño al Congreso y al público estadunidense del presidente
representa un hecho que merece ser motivo para proceder a la destitución
de Bush. Las declaraciones de Kay, escribió, "confirman el hecho
de que el gobierno es cómplice, argumentablemente, en el escándalo
más grande de la historia de Estados Unidos".
El New York Times analizó que las opciones
de Bush son todas políticamente riesgosas. Podría aceptar
la recomendación de Kay e investigar las faltas de los servicios
de inteligencia estadunidense, pero eso podría am-pliarse y provocar
aún más interrogantes a lo largo del año electoral,
y podría aceptar de una vez que se cometió un grave error
o intentar cambiar el enfoque del asunto.
Esto último, por el momento, es aparentemente la
opción que se ha escogido. La Casa Blanca está haciendo todo
lo posible para insistir que el mundo está mejor sin Saddam Hussein,
que hizo un noble y generoso acto en favor del pueblo de Irak y sus vecinos
al deshacerse del tirano, y que esto tuvo que ver con los "derechos humanos"
y "la libertad".
A la vez, están preparando el terreno para que
en el caso probable de que se compruebe que no existen esas armas de destrucción
masiva, no se asigne la culpa al presidente, sino a errores y faltas de
los servicios de inteligencia estadunidenses.
Pero esto ocurrió a sólo unos cuantos días
de que Bush, en su informe anual al Congreso y al pueblo estadunidense,
reafirmó que "si hubiésemos fallado en actuar, los programas
de armas de destrucción masiva del dictador hubieran continuado
hasta hoy".
Mientras tanto, el vicepresidente Dick Cheney continúa
defendiendo la guerra y sus justificaciones, a pesar de la falta de pruebas
y las crecientes dudas.
La preocupación de la cúpula política
se intensifica cada día. El Times cita que una fuente republicana
de alto nivel comentó que la Casa Blanca "ha creado un lío
de todo esto. Tejió esta gigantesca historia, basada en evaluaciones
de inteligencia. Viendo hacia atrás, parece que estábamos
equivocados".
Es un escándalo que, potencialmente, pue-de alcanzar
proporciones gigantescas, pero tal vez lo peor es que hasta el momento
el pueblo estadunidense y sus políticos permitan que quede impune.
Las encuestas no muestran aún una grave reducción
de apoyo al presidente, y analistas como Scheer señalan que la razón
por la cual no hay una investigación oficial nacional sobre la actuación
de Bush es simplemente porque los republicanos controlan ambas cámaras
del Congreso.
De lo contrario, advirtió, lo afirmado por Kay
podría haber sido el "vestido azul" de Monica Lewinsky en el escándalo
que casi destituyó a Bill Clinton. Pero la "guerra" permanente declarada
por Bush después de los atentados del 11 de septiembre continúa
como la justificación y motivo de todo. Hendrik Hertzberg, columnista
político de la revista The New Yorker, reporta que en su
discurso del estado de la nación, Bush utilizó la palabra
"guerra en 12 ocasiones, y 20 veces la palabra "terror", más que
cualquier otro término (ni una sola vez mencionó "desempleo",
"sida" o "medio ambiente").
Pero, señala Hertzberg, "el apoyo público
y congresional para la guerra (...) fue obtenido falsamente y, hasta un
grado aún desconocido, deshonestamente". Agrega que el presidente
declaró, una vez más, que "para que la diplomacia sea efectiva,
las palabras tienen que ser creíbles, y ahora nadie puede dudar
de la palabra de Estados Unidos".
Y esto es precisamente, dice Hertzberg, lo que se acaba
de anular al reconocerse que no era cierto el argumento del gobierno de
Estados Unidos ante su pueblo y otros países. "La palabra de Estados
Unidos -por lo menos la de este gobierno- de hecho ha quedado en la duda
más profunda, y esa es una de las razones por las cuales su diplomacia
no ha sido efectiva", concluye el columnista.
Dicen que el presidente no lee periódicos (de hecho
hay un cómico televisivo, Bill Maher, que todas las semanas se dedica
a leerle el periódico al presidente). Tal vez con ello evita tener
que leer sobre las discrepancias entre sus declaraciones y los hechos.
Lo que sí lee es la Biblia, la cual, sostiene,
es su libro favorito. Hay un capítulo que trata de las reglas enviadas
por Dios a Moisés, y entre los 10 puntos hay uno que tiene que ver
directamente con eso.
Mientras, más madres preparan a sus hijos para
viajar a Irak a cumplir con su servicio militar, y otras en Irak esperan
noticias de que sus hijos no estén entre los muertos y heridos que
nadie cuenta. ¿Quién decía que la verdad es la primera
víctima de la guerra?
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