México D.F. Martes 3 de febrero de 2004
Luis Hernández Navarro
La estadista
La violencia de la dirección nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) contra el magisterio democrático alcanzó en estos días el nivel más alto de los últimos 15 años. Las agresiones institucionales contra la disidencia durante la preparación del próximo Congreso Nacional Extraordinario del gremio alcanzaron niveles alarmantes.
El saldo provisional de estas jornadas es grave: cerca de un centenar de educadores golpeados -17 hospitalizados- por grupos de choque en Guerrero, Michoacán y Tabasco, tres maestros secuestrados, amenazas contra la integridad física de mentores, nombramiento de autoridades sindicales espurias, congresos no realizados y uso faccioso de las conquistas sindicales.
La violencia no ha sido gratuita ni accidental, sino un recurso de Elba Esther Gordillo para controlar al gremio. En un alarde de arrogancia, la maestra abrió simultáneamente varios frentes de lucha: el cambio de 31 de las 55 secciones sindicales, la "renovación" de la dirección nacional y el cambio de estatutos. La situación se le complicó mucho más de lo que esperaba. Debilitada dentro del PRI, amenazada por algunos gobernadores y desbordada por el malestar de las bases, echó mano de las prácticas sindicales más arcaicas para mantenerse al frente del SNTE.
Para evitar sorpresas desagradables, la fecha y el lugar de realización del congreso sindical se mantuvo en secreto durante semanas. La profesora quiere cambiar una vez más los estatutos (lo hizo en 1992, cuando se religió ilegalmente) para garantizar su dominio en el organismo gremial. Necesita mantener bajo su hegemonía en el ISSSTE y quiere extender su influencia al Fovissste. Requerida de cobertura política, hizo coincidir la movilización preparatoria del evento sindical con la realización del Consejo Político Nacional del PRI para tener una fuerza de presión que evitara su salida como secretaria general del partido.
No le importó lastimar aún más la imagen del sindicato. Aunque formalmente el SNTE es un organismo plural e independiente de cualquier partido político, en los hechos ha sido utilizado reiteradamente como instrumento de presión dentro del PRI. Cuando Gordillo cayó en desagracia en la Cámara de Diputados, sus empleados gremiales presionaron infructuosamente al instituto político para mantener a su líder moral como coordinadora de la fracción parlamentaria.
Ante las dificultades de la maestra, al igual que sucedió en diciembre del año pasado, acudió en su apoyo el mismo Presidente de la República. El 30 de enero Vicente Fox envió un saludo "cariñosísimo" a los maestros y directores de escuelas públicas, a "quienes no vemos en las calles haciendo manifestaciones con temas que poco o nada tienen que ver con el magisterio o con la educación".
Equiparando sus intereses con los de la nación, la lideresa moral del magisterio ha vendido al gobierno federal la idea de que detrás de la disidencia se encuentran grupos radicales que son un peligro para la estabilidad del país, y que es necesario detenerlos como sea. De avanzar esas fuerzas dentro del sindicato, asegura, pondrían en riesgo la seguridad nacional. Según ella, al intentar frenarlas no defiende su particular coto de poder, sino que le hace un favor al gobierno: contiene a los subversivos. Los medios utilizados (violencia, ilegalidad, corrupción) son un mal menor para atacar un mal mayor.
El recurso no es original. Lo utilizó hace 25 años Carlos Jonguitud. La maestra copia las enseñanzas de su hacedor. Entre 1979 y 1989 Vanguardia Revolucionaria -en la que Elba Esther era dirigente del más alto nivel- agredió violentamente a los maestros democráticos mientras los señalaba de ser un instrumento de los partidos de izquierda. En 2004 los acusa en privado de ser subversivos. El gobierno bisoño se ha comprado la especie.
Irónicamente, los principales operadores políticos de Elba Esther Gordillo no provienen del sindicato magisterial. Francisco Yáñez y Fernando Elías Calles se formaron fuera de las filas del gremio y aun en contra de éste. Ellos han sido claves en el manejo de la actual crisis.
Antiguo director general del Fideicomiso de Vivienda para el Sector Magisterial (Vima) -la caja chica de la dirigencia del magisterio-, investigado por el presunto delito de fraude por más de un millón 400 mil pesos, oficial mayor de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados con Elba Esther -conocido también como El hombre del maletín-, fracasado candidato a diputado plurinominal por el Partido Verde en los pasados comicios, Yáñez organizó dentro del sindicato un aparato de inteligencia y los grupos de choque con los que la dirigencia elbista enfrentó a la disidencia estos últimos días.
Como autoridad educativa, Fernando Elías Calles estuvo desde 1979 en la primera línea de negociación con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Acusado por la dirección nacional del sindicato de querer desmembrarlo por su responsabilidad en la descentralización educativa, el sonorense hizo carrera después como subsecretario de Educación Pública y funcionario de la secretaría de Gobernación con Manuel Bartlett. Apenas hace un par de meses varios priístas denunciaron indignados que Elba Esther le pagaba como su asesor un salario de 200 mil pesos mensuales a cuenta de la nómina del PRI en la Cámara. Elías Calles es el responsable del trato con la clase política.
Analistas interesados han dicho que la maestra es una verdadera estadista, una reformadora del sistema. Los hechos acontecidos dentro del SNTE muestran otra cosa. A los dirigentes sindicales, como ella, antes se les decía charros. Eso es, sin ambages, Elba Esther Gordillo.
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