México D.F. Martes 3 de febrero de 2004
Movimientos sociales y sindicales, a la defensa
de una importante reserva de agua
Preparan frente contra una eventual militarización
en la Triple Frontera
El proyecto de Washington apunta también al Amazonas
y la red de ríos de América
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 2 de febrero. Delegados de diversos
movimientos y organizaciones sociales acordaron enfrentar cualquier intento
de militarización de la Triple Frontera, que integran el triángulo
de Puerto Iguazú en Misiones, Foz Iguazú en el sur de Brasil
y Ciudad del Este en Paraguay, durante la reunión preparatoria del
Foro Social de la Triple Frontera, previsto para junio próximo en
Puerto Iguazú.
Al encuentro concurrieron delegados de diversos movimientos
y organizaciones sociales y sindicales de los países involucrados
y otros de América Latina, que cuentan con apoyo internacional.
La iniciativa apareció como respuesta a la visita
del coordinador para Antiterrorismo del Departamento de Estado estadunidense,
Cofer Black, quien busca apoyo para el proyecto de Washington de militarización
de esa zona estratégica y con un recurso natural como la reserva
de agua dulce del Acuífero Guaraní en su subsuelo.
Fueron importantes las delegaciones que asistieron a la
reunión en una zona de más de 400 mil habitantes, con una
mayoría de 270 mil en la parte brasileña, poco más
de 30 mil en la que corresponde a Argentina y unos 170 mil a Paraguay.
Pero
la reunión atrajo a delegados de otros países, que ven en
los pretextos buscados por Estados Unidos para instalarse en el lugar la
continuidad del proyecto militar para toda la región, donde la zona
de la Triple Frontera es básica en el diseño del Plan
Colombia y la iniciativa Andina o América, entre otras que conforman
un cerrojo de militarización para América Latina.
Por esta razón es importante señalar que
no es solamente el control de los recursos del Acuífero Guaraní,
o la biodiversidad, como simplifican muchos analistas. Se trata también
de una llave abierta hacia el Amazonas, encerrar a Brasil entre bases estadunidenses,
o a Paraguay, Uruguay y Argentina (en este caso con lo avanzado ya en Tolhuin,
Tierra del Fuego), y también de la red de ríos que teje el
proyecto estadunidense, desde el extremo norte de América hasta
el extremo sur.
Asimismo, en este proyecto el establecimiento en zonas
fronterizas forma parte del extenso plan militar, ya que esto les permite
la rápida movilización entre un país y otro, dentro
del específico esquema que propone el diseño de operaciones
rápidas de la guerra de baja intensidad.
Durante la reunión se sentaron las bases para un
trabajo a nivel mundial dentro de las propuestas de resistencia a este
proyecto estadunidense, que ha tomado mayor auge en los últimos
tiempos. En este año la sede será Puerto Iguazú, en
Argentina, y en 2005 Foz de Iguazú, en Brasil. Asistieron delegados
de unas 50 organizaciones como el Comité de Movilización
del Foro Social Mundial de Argentina y Paraguay, la Central de Trabajadores
Argentinos de Misiones, que estará encargada de la coordinación
del acto de junio; representantes de Asambleas de Buenos Aires y Trabajadores
Desocupados, movimientos sociales de toda la región, delegados de
Chile, Colombia, Bolivia y también del Departamento de Antropología
de la Universidad de Birghamton, Estados Unidos, además de sectores
independientes y personalidades que apoyaron desde otras partes del mundo.
Recuerdos de la dictadura
En tanto, se conocieron aquí denuncias de los familiares
de ciudadanos alemanes desaparecidos en Argentina durante la pasada dictadura
(1976-1983) con base en las cuales la embajada de Alemania en Buenos Aires
ignoró y encubrió los reclamos que estos le hicieron sin
ayudar a las desesperadas familias.
Estas lo atribuyen a los fuertes lazos comerciales de
los gobiernos de Alemania en su momento con la dictadura militar argentina.
Ellen Marx es una de las madres que buscan justicia para su hija Leonor,
secuestrada en agosto de 1978. Ella golpeó todas las puertas sin
encontrar respuestas y, como otros familiares de los 95 alemanes desaparecidos
aquí, creyó que la embajada de Alemania los iba a ayudar.
Pero nada de esto sucedió.
No sólo no hubo respuestas, sino que incluso funcionarios
diplomáticos los derivaban a supuestos militares bien informados,
que resultaron ser integrantes del Batallón de Inteligencia 601,
clave en la dictadura, en la Operación Cóndor y también
en las acciones de militares argentinos en Honduras y Nicaragua, bajo dirección
de la CIA en contra del gobierno sandinista en los años 80.
"Alemania es responsable, ya que nada hizo por sus ciudadanos",
acusa Luisa Wettengel, quien tiene un hermano desaparecido y secuestrado
en 1976. Incluso algunos denunciaron respuestas duras de los funcionarios
diplomáticos. A este y otros casos como el del estudiante Klaus
Ziescahnk, secuestrado por los militares a pocos días del golpe
y casi enseguida de llegar a Argentina para hacer una práctica en
su carrera en 1976, escribió el periódico alemán Deutsche
Welle, informó Madres de Plaza de Mayo a La Jornada.
Incluso se comenta que la madre del joven, ya fallecida, recibió
una respuesta terrible de la Oficina de Asuntos Exteriores de Alemania
recomendándole que guardara silencio sobre la desaparición
de su hijo.
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