México D.F. Martes 3 de febrero de 2004
Juezas al servicio de la negligencia médica
Fallos absurdos contra una profesora a la que le perforaron la vejiga
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Hace casi cinco años que la profesora Sol Elisa Casas Moreno perdió su tranquilidad y su vida normal. Una operación quirúrgica mal practicada en el Hospital Tlalpan no sólo la postró ocho meses en cama, sino que dañó de por vida su organismo. Cuando procedió legalmente contra los responsables, María del Carmen Peraza Briones y Seguros Génesis, y presentó dictámenes y opiniones técnicas de instituciones reconocidas que concluyeron que la cirujana actuó con "negligencia" e "impericia", el fallo de la jueza séptima civil, María de los Angeles Riojano, fue inverosímil: absolvió a la médica y a la empresa y condenó a Sol Elisa a pagar 160 mil pesos para cubrir los gastos del largo juicio civil.
La afectada recurrió también a la vía penal y ahí la jueza 31, Marcela Angeles Arrieta, le impuso a Peraza Briones una multa de 964 pesos con 60 centavos, una ''amonestación pública'' y la obligó a reparar los daños causados a la profesora Sol Elisa, por lo que debería pagarle 2 mil 876 pesos con 79 centavos.
Sol Elisa y su esposo Tomás Hernández decidieron acudir a La Jornada después de conocer el caso aquí presentado de la jueza cuarta de lo familiar, María de Jesús Jacaranda Solís, quien llevaba un proceso de divorcio, en el cual ella sostenía una estrecha relación con una de las partes.
Sol Elisa Casas Moreno considera que su situación es similar: contubernio de las impartidoras de justicia, ya que favorecieron a la doctora, quien por "negligencia" le perforó la vejiga.
Relata que como profesora de la UAM-Xochimilco dispone de un seguro de gastos médicos mayores con Seguros Génesis. A fines de 1998 acudió al Hospital Tlalpan para una revisión de rutina. En el nosocomio la atendió María del Carmen Peraza Briones, ''quien me dijo que me había detectado un quiste de ovario y que tenía que operarme de urgencia, pues si no lo hacía peligraba mi vida".
Sol Elisa accedió a practicarse la operación en mayo de 1999, "pues decían que en ese hospital tenían muy buenos especialistas. Lo que me llamó la atención fue que nunca hubo un estudio previo ni un diagnóstico, pero en bien de mi salud accedí a la intervención quirúrgica".
Durante la operación, ''la doctora mandó llamar a mi esposo a la puerta del quirófano y, muy titubeante, nerviosa, con los guantes y la bata empapados de sangre, le comunicó la necesidad de llevar a cabo una operación distinta a la programada, pues habían surgido complicaciones".
La profesora de la UAM salió en silla de ruedas del nosocomio y ahí empezó su "martirio": inflamación del vientre, imposibilidad para caminar, dolor agudo en las piernas y numerosas molestias, "pero lo más grave era que ya no controlaba la salida de orina. Era a todas horas, en todos los lugares". La doctora Peraza consideró que se trataba de una infección y le recetó medicamentos. Como no sanaba, acudió a otros especialistas, quienes diagnosticaron una fístula urétero vaginal posquirúrgica; es decir, perforación de la vejiga.
Ante esa situación presentó dos denuncias, una penal y otra civil, en contra de la cirujana y Seguros Génesis. Durante ambos juicios se presentaron los dictámenes emitidos por peritos de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, de la Secretaría de Salud capitalina, del Hospital General de México y del Servicio Médico Forense.
En el primero de éstos, mediante la Coordinación General de Servicios Periciales, se concluyó -después de analizar todos los elementos del caso- que la doctora María del Carmen Peraza Briones "actuó con negligencia" y con "impericia" tanto en el diagnóstico como en el tratamiento quirúrgico, además de que no se apegó a la norma técnica para la elaboración de un expediente clínico.
La Secretaría de Salud, por conducto de la Dirección General de Servicios Médicos, concluyó que con base en los hechos presentados, la cirujana "incurrió en negligencia médica desde el inicio del manejo y tratamiento de la paciente". La Conamed -en su resolución CNAN/230 /2724/00- también precisó que la inculpada "produjo lesión inadvertida de vejiga al realizar histerectomía".
La principal prueba que Sol Elisa mostró en el juicio es un informe del 6 de noviembre de 1999 presentado por la la cirujana a la instancia judicial, donde reconoce que hubo "un incidente sobre la vejiga..." durante la operación que practicó.
Con todo y esos elementos, en octubre de 2001 la jueza séptima de lo civil, María de los Angeles Rojano, absuelve a la doctora María del Carmen Peraza de cualquier delito, declara improcedente la demanda contra Seguros Génesis y condena a Sol Elisa a pagar el costo del juicio por el cual la enfrentó, cuya suma asciende a 160 mil pesos. "Es dinero que no tengo, porque me afectaron en mi trabajo, en mi vida y en mi relación de pareja".
Por la vía penal, la jueza 31 de paz penal determinó que la cirujana obtuviera la libertad bajo fianza al pagar mil pesos y reparar el daño a la profesora universitaria con el desembolso de dos mil 876 pesos, además de que se le suspendió su derecho a ejercer la profesión por seis meses.
La afectada reclama hoy que se revise la actuación de las juzgadoras, pues a pesar de las pruebas entregadas los fallos le fueron contrarios, y su vida prácticamente está destrozada.
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