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El teólogo
de la pornografía
Antonio Contreras
En la celebración del amor y el erotismo,
ningún escritor mexicano más autorizado que Juan García
Ponce. Nacido en Mérida, Yucatán, en 1932, el autor de más
de 50 títulos falleció el pasado 27 de diciembre, 36 años
después de que le vaticinaran seis meses de vida a consecuencia
de una esclerosis múltiple. Calificado como teólogo de la
pornografía, García Ponce convoca a la participación
de los lectores en sus narraciones. No basta que sus personajes o él
mismo sean vouyers profesionales; sus novelas y cuentos, más
que de lectores, requieren de observadores a los cuales perturbar.
Para García Ponce el ejercicio del sexo en cualquiera
de sus variantes es tan natural como comer o dormir. En sus páginas
lo mismo se pueden disfrutar escenas lésbicas que menages a trois
o francas orgías, sin dejar de lado las simples relaciones sexuales
de pareja. No es por ello gratuito que apele a una nueva moral porque,
como dijo uno de sus escritores favoritos, Robert Musil, a quien dio a
conocer en México, "con la vieja moral no llegamos a ninguna parte."
"Producto total de los hermanos maristas", como él
mismo dice, García Ponce perdió la fe a temprana edad, pese
a que era obligado a asistir a misa y a confesarse. De sus clases de historia
sagrada y moral no hacía "mucho caso", además de que siempre
se manifestó contra todo lo establecido, según relata en
Personajes, lugares y anexas. A estas alturas de la vida, tal vez
a algunos lectores, sobre todo a los más jóvenes, les parezcan
costumbristas los relatos de García Ponce; sin embargo, no deja
de asombrar la naturalidad con que comparte sus obsesiones sexuales. Una
buena oportunidad para acercarse a él son sus Obras reunidas,
cuya publicación inició el año pasado el Fondo de
Cultura Económica con el volumen Cuentos. En marzo próximo
publicará el segundo, Novelas. El 9 de enero se abrió
el sitio www.garciaponce.com, recomendable para todo el que quiera conocer
más de su obra. |