México D.F. Sábado 7 de febrero de 2004
Adolfo Pérez Esquivel
Cuba, entre el amor y el odio de los intelectuales
No se cómo definir a los intelectuales, siempre tuve problemas, tal vez porque nunca me consideré parte de esa especie privilegiada.
Sí, comprendo que toda persona, intelectual o no, debe tener "sentido común", ese sentido que ha terminado siendo "el menos común de los sentidos", que te advierte cuando se toman caminos errados del pensamiento y las acciones y detectar el uso y abuso de las mismas.
Creo que hay intelectuales que han perdido la sabiduría, tal vez nunca la encontraron y desarrollaron el pensamiento sin sentimiento; una de las grandes tragedias de nuestro tiempo. Una cosa es ver y otra saber mirar. Para saber mirar es necesaria la mirada del corazón.
Cuba es siempre un desafío al pensamiento y los sentimientos; es un proceso revolucionario que ha generado tensiones y resistencia entre el amor y el odio. Cualquier acto, cualquier cosa que Cuba haga, buenas o de las otras, provocará reacciones en favor y en contra.
Fidel acaba de denunciar públicamente en el Encuentro Hemisférico contra el Area de Libre Comercio de las Américas, realizado en La Habana, que el emperador George W. Bush quiere destruir a Cuba y asesinarlo.
Destruir la Revolución que tanto ha costado al pueblo cubano y que están dispuestos a defender y dar la vida por la libertad y la soberanía.
Cinco intelectuales argentinos han divulgado una misiva en contra de Cuba titulada Carta de reconocimiento al movimiento cívico cubano. Entre los firmantes se encuentra Marcos Aguinis, escritor prestigioso y reconocido intelectual, quien se ha manifestado con agresividad contra la Revolución Cubana.
Lógicamente que esos hechos no son asépticos, están dirigidos a provocar reacciones en cadena, a ser utilizados por aquellos que quieren someter a Cuba al imperio, pero alegan que defienden la democracia, la libertad, los derechos humanos, las libertades cívicas, entre otras muchas otras, donde las palabras están vacías de contenido.
Inmediata fue la respuesta de muchos intelectuales, organizaciones y gente con sentido común, que luchan y trabajan por ideales de sociedades más justas y fraternas para todos; como el pueblo cubano que busca preservar y profundizar los logros alcanzados en más de 40 años de Revolución y luchas contra el bloqueo y la agresión del imperio, y ha logrado sobrevivir y alcanzar objetivos sociales, culturales y políticos que muchos de nuestros países están lejos de lograr.
Es importante que un intelectual como Marcos Aguinis se preocupe por los pueblos, pero llama la atención que no condena las agresiones y matanzas en Irak y Afganistán por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña; menos aún, la política de agresión y expansionismo de Israel contra el pueblo palestino, no condena el muro de la infamia que día a día se extiende para separar a los palestinos, la política de agresión de Sharon. Los ejecutados a muerte en Estados Unidos en la silla eléctrica, inclusive menores de edad. šCuántos silencios cómplices guardan las palabras!
Muchos levantamos nuestra voz en contra de la pena de muerte en Cuba, en Estados Unidos y en todos los países que tienen en sus leyes la aplicación de la misma, y seguiremos bregando para que sea eliminada en todo el mundo; inclusive la pena de muerte no legislada, que condena por día a más de 35 mil niños a la muerte por hambre y enfermedades evitables. Los atentados terroristas, provengan de quien provengan.
Marcos Aguinis pretende establecer un paralelo entre la Revolución Cubana y la dictadura militar que asoló Argentina con 30 mil desaparecidos y muertos. Nada más erróneo o mal intencionado que esa afirmación. La revolución cubana fue para liberar y dignificar un pueblo, es necesario reconocer los avances y logros para la vida del pueblo cubano. Revolución con grandes aciertos y sus errores que trata de superar y construir nuevos paradigmas de vida y afirmar sus conquistas.
La dictadura militar fue para someter y destruir al pueblo argentino y a toda América Latina; hasta el día de hoy estamos sufriendo las consecuencias de la doctrina de la seguridad nacional impuesta desde Washington.
El imperio continuará su campaña de agresión y utilizando a quienes le convengan contra Cuba.
Es bueno que comiencen a tener un poco de "sentido común" y conciencia crítica sobre los valores de la Revolución Cubana, de sus aciertos y ayudar a corregir los errores. No existen sociedades perfectas, toda sociedad es perfectible y dispuesta al cambio. Cuba es un ejemplo para los pueblos de todo el continente y el mundo. Es necesario que tengamos el coraje de apoyar al pueblo cubano, es una luz en los desafíos de nuestro continente.
Marcos Aguinis conoce muy bien la historia bíblica de David y Goliat. David tuvo que aprender y encontrar la sabiduría para servir a su pueblo. Es un largo camino a recorrer, lleno de sobresaltos, de caídas y levantadas para seguir construyendo.
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