México D.F. Sábado 7 de febrero de 2004
Silencio oficial ante el caso
Negocian en Miami la permanencia de balseros del Buick
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 6 de febrero. Una gestión judicial para lograr que los 11 cubanos que se lanzaron al mar a bordo de un Buick 1959 sean acogidos por Estados Unidos corría hoy de manera paralela al procedimiento migratorio oficial que decidirá la suerte del grupo, dijeron aquí sus familiares.
Cuatro días después de que tres parejas con sus cinco hijos intentaran emigrar a Estados Unidos en el viejo automóvil de uno de ellos, un grupo anticastrista en Miami pedía a un juez federal que impida la repatriación inmediata de los carronautas, para darles oportunidad de solicitar a una corte su permanencia en ese país.
Los familiares en Cuba sólo sabían hoy que la gestión estaba en marcha y que los navegantes seguían a disposición de las autoridades migratorias estadunidenses, que determinarán el destino de los seis adultos y los cinco menores.
Los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba mantienen silencio sobre el caso, uno más de emigración ilegal entre estos dos países, que se ha singularizado por el ingenioso medio de navegación y porque dos de las parejas involucradas ya habían intentado el mismo viaje hace siete meses, entonces en un camión Chevrolet de 1951.
El camión fue hundido en el mar por la Guardia Costera estadunidense, que lo consideró un peligro para la navegación en el Estrecho de Florida. Familiares de Luis Grass, uno de los balseros del Buick, dicen tener informes de que la misma suerte corrió este segundo vehículo adaptado.
Los 12 ocupantes del camión fueron repatriados. Bajo los acuerdos migratorios bilaterales, los 11 del auto también tendrían que ser devueltos a Cuba.
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