México D.F. Sábado 7 de febrero de 2004
Desde hace 12 años se mantiene ocupado
en el proyecto denominado Génesis
Sebastião Salgado cumple 60 años y prepara
un homenaje a la naturaleza
Busca llamar la atención sobre los males generados
por la ''civilización urbana'', dice
Legiones de personas marginadas pueblan las fotografías
del fotógrafo brasileño
DPA
Rio de Janeiro, 6 de febrero. Después de
décadas dedicadas a fotografiar a los desposeídos, el artista
brasileño Sebastião Salgado cumple 60 años este domingo
empeñado en concluir un nuevo proyecto, denominado Génesis,
que define como ''un homenaje al planeta".
''He trabajado en temas sociales toda mi vida, pero desde
hace 12 años estoy ocupado en un proyecto ambiental en Brasil, y
eso me llevó a un acercamiento muy fuerte con la naturaleza", dijo
recientemente Salgado, quien desea llamar la atención de la humanidad
sobre los males generados por la ''civilización urbana".
''Quiero volver a presentar el planeta, otro planeta,
y en blanco y negro. Eso es lo que busco al reproducir el paisaje y también
los animales.
''En realidad, estoy buscando acercarme a algunos animales
en una forma que nosotros, los humanos, entendemos, mediante nuestra dignidad,
su dignidad", expresó.
Obsesión por despertar conciencias
La búsqueda de despertar conciencias por medio
de imágenes es una obsesión en la vida de Sebastião
Ribeiro Salgado, quien nació el 8 de febrero de 1944 en la pequeña
ciudad de Aimors, estado de Minas Gerais.
Luego
de graduarse como economista en la Universidad de Sao Paulo, Salgado se
trasladó a Francia, donde en 1971 se recibió de doctor en
economía por la Universidad de París y después se
fue a trabajar en la Organización Internacional del Café.
Su vida cambió de manera drástica en 1973,
cuando, durante un viaje a Africa, se encantó con la cámara
Leica de su esposa arquitecta Llia -quien hoy es la productora gráfica
de sus trabajos- y pasó a dedicarse a la fotografía, sobre
todo la de los temas sociales, que eran los que le interesaban.
Desde entonces trabajó en prestigiosas agencias
fotográficas -Sygma, Gamma y Magnum- y al mismo tiempo trató
de recorrer el mundo para captar imágenes de pueblos indígenas
de Latinoamérica, éxodos de refugiados, trabajadores explotados,
en fin, de las legiones de seres humanos marginados por la política
y la economía contemporáneas.
''No puedo decir que haya sido un fotógrafo de
actualidad, que haya trabajado en periodismo puro y duro.
''Siempre trabajo con historias que se van uniendo unas
a otras, formando asimismo la manera de vivir del fotógrafo", afirmó
Sebastião Salgado en una entrevista reciente.
De sus viajes con su inseparable cámara Leica a
países de los cinco continentes -de Zaire a Hong-Kong, de Guatemala
a Tanzania- han resultado exitosas exposiciones y bellos libros, el primero
de ellos Otras Américas, dedicado a los pobres latinoamericanos,
fue lanzado en 1986.
Ese mismo año publicó Sahel: el fin del
camino, preparado durante 15 meses de trabajo en cooperación
con la organización Médicos Sin Fronteras para ayudar a las
víctimas de la sequía que castigó la región
septentrional de Africa.
Entre 1993 y 1999 se dedicó a elaborar dos de sus
trabajos más conocidos, Migrations (Migraciones) y
The children (Los niños), en los que trató
de exhibir a los ojos del mundo el drama de las personas desplazadas por
las guerras o por el hambre.
Individualismo y catástrofe
No obstante, Salgado no considera que su trabajo sea ''revolucionario".
''Una foto, sola, no es nada", suele afirmar.
Por esta razón, el artista colabora activamente
con organismos internacionales como la Organización de las Naciones
Unidas para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud, Amnistía
Internacional y Médicos sin Fronteras, a los que autoriza el uso
gratuito de su trabajo en campañas humanitarias.
Mediante sus imágenes, Sebastião Salgado
busca provocar una reflexión colectiva sobre la situación
de los desposeídos, convencido de la necesidad de crear ''un nuevo
régimen de coexistencia", ya que, según considera, ''el individualismo
es la causa de la catástrofe.
''La fotografía es un espejo de la sociedad. Cuando
miramos una foto, nos vemos adentro de ella", suele afirmar el artista.
Por ello, su mayor ambición es que ''cada persona
que entra a ver una de mis exposiciones sea, al salir, una persona diferente".
|