México D.F. Domingo 8 de febrero de 2004
Informe preliminar señala que en ese
tiempo se "exacerbó" el desorden administrativo
Con Rosario Robles la deuda del PRD se incrementó
289 millones de pesos
El OCF demanda "normas claras" para permitir el fincamiento
de responsabilidades
RENATO DAVALOS Y MIREYA CUELLAR
Durante la gestión de Rosario Robles al frente
del Partido de la Revolución Democrática (PRD) la deuda creció
289 millones de pesos en medio de un "desorden" administrativo que requiere
una "investigación a fondo" para determinar "posibles actos de corrupción".
Se contrataron pasivos por "personas sin autorización estatutaria"
y se "sustrajeron" 20 millones de pesos que debieron destinarse a la remodelación
del edificio que sería nueva sede partidista.
El informe preliminar del Organo Central de Fiscalización
(OCF) perredista llegó a esas conclusiones con base en la auditoría
que el despacho Deloitte & Touche practica al PRD. Leído por
Carlos Payán Velver, uno de los tres integrantes del órgano
y en el prólogo de un áspero debate de los consejeros, el
documento ejemplificó que tan sólo en dos operaciones hubo
irregularidades por 25 millones de pesos.
Ante esas circunstancias, el OCF incluyó en sus
recomendaciones que se establezcan "normas claras" para permitir el fincamiento
de responsabilidades, corrigiendo la situación de "impunidad" que
se da frente a la inexistencia de "sanciones eficaces".
El titular del OCF, Ricardo García Sainz, dijo
en entrevista que "hasta el momento" no hay evidencia de desviación
de recursos o malversación de fondos, pero tampoco "podemos descartar"
que ello "pudiera haber ocurrido" porque la auditoría sigue en marcha
y en los niveles de "toma de decisión podríamos encontrar
alguna irregularidad".
Los datos "no cambiarán"
Incluso
después de la legión de oradores de una y otra expresiones
que habló ante los consejeros perredistas y frente al argumento
de que se trataba de un "informe preliminar" y que había que esperar
al término de la auditoría, García Sainz pidió
la palabra para aclarar que "no se adelantaron vísperas" y anticipó
que los datos "no cambiarán". El informe "condiciona" al PRD a una
restricción presupuestal. Hay que "reconstruir" financieramente
el partido con la venta de activos y sugurió que las auditorías
se conviertan en una "rutina partidista".
Desde la tribuna, Payán Velver leyó el informe
-que aprobó el consejo-, en el que se establece que el órgano
expresó en "reiteradas ocasiones" a la presidenta del partido, a
la secretaria de Finanzas -María Eugenia López Brun- y al
coordinador de Finanzas -José Ramón Zebadúa- la necesidad
de proveer información suficiente y veraz sobre el gasto que se
estaba realizando y la estructura de endeudamiento ante la dinámica
que "empezaba a manifestarse".
El informe, con corte al 31 de julio de 2003, revela que
hubo "deficiencias importantes" en la ejecución y control de actividades
financieras. Se detectó, por ejemplo, la compra de playeras por
10 millones de pesos, sin que se encontrara constancia de haber solicitado
cotizaciones y en la que el precio por unidad fue más alto que el
existente en el mercado. La operación fue ejecutada por la empresa
comercializadora Jumen, que "al parecer fungió como intermediaria".
También hubo contratación de intermediarios
para supervisión sin que constara el "verdadero servicio" y sin
determinar si era el más conveniente, por el que se pagaron 15 millones
de pesos. Además, hubo "falta de normas, ausencia de políticas
para el control de gasto, procedimientos y controles en las áreas
administrativas, desorden en la contratación de prestadores de servicios,
proveedores y en la propia adquisición del edificio de Insurgentes".
En su discurso de renuncia, el 9 de agosto pasado, Robles
informó que la deuda era de 258 millones de pesos, "108 millones
más que en la gestión anterior". El informe presentado ayer
señala que el monto asciende en realidad a 409 millones de pesos,
integrados por 202 millones correspondientes a créditos bancarios;
167 millones a proveedores y 40 millones de impuestos.
"Al inicio de su gestión los pasivos eran de 120
millones, de los que 74 millones eran créditos bancarios, 5 millones
por servicio de deuda, 27 millones de proveedores y 14 millones de impuestos",
externó Payán. Conforme a las cifras ofrecidas por Robles,
la deuda que recibió fue de 150 millones.
"El origen del endeudamiento de 289 millones se debe a
la adquisición del edificio por 50 millones, al gasto de 60 millones
en el ejercicio de 2002 y de 128 millones en 2003, financiado con endeudamiento,
más 40 millones que corresponden a 12 millones de pasivos de las
brigadas de la esperanza y a impuestos pendientes de pago", añade
el documento.
Las conclusiones del informe indican que durante la gestión
Robles se "exacerbó" el desorden administrativo y contable partidista.
La situación imperante impone severas restricciones al presupuesto
del presente ejercicio y al de los años siguientes.
Todo el pasivo contraído por la compra del edificio
debió ser pagado con recursos extraordinarios, pero ello no se logró
en "ningún momento". No se han obtenido recursos suficientes para
pagar las obligaciones por el crédito inicial con que se adquirió
el edificio y, además, se "sustrajeron 20 millones de pesos que
debieron ser usados en la remodelación y adecuación del edificio,
lo que determinó que la inversión quedara totalmente inmovilizada".
Adicionalmente, existe un incremento de gastos "fuera
de proporción", en los que resalta la basificación de personal
a un nivel "más alto" que el del mercado del trabajo y a un "incremento
excesivo" del número de trabajadores en el área de administración
y finanzas.
El desorden -resume el informe- propicia "prácticas
contrarias a la ética" que deben ser desechadas de cualquier organización
y más aún en un partido que "reclama al exterior y al interior
transparencia y uso adecuado de recursos". La decisión de tener
mayores fondos a los presupuestados "pudo deberse a la necesidad de aplicarlos
en las campañas", lo que debe alertar al PRD en el futuro. Los riesgos
de este tipo de acciones se reducen sensiblemente cuando la toma de decisiones
"se comparte con los órganos colegiados".
Entre las recomendaciones del informe, figura el establecimiento
de normas que den consistencia a las prácticas administrativas y
un sistema de registros contables. Se requiere también un sistema
de control y supervisión que detecte con oportunidad las desviaciones
en que pudiera incurrirse y establecer una "clara política laboral"
que corrija los desajustes en los tabuladores.
Después de este debate el PRD aprobó el
presupuesto para 2004 que, frente a las circunstancias planteadas por la
deuda heredada, prevé una disposición de 341 millones de
pesos, de los que 44 por ciento se destinará al pago de pasivos
derivados de la deuda. Para los 14 procesos electorales se aplicarán
apenas 63 millones y para el plan nacional de organización 13 millones.
Habrá una nueva reducción del personal y
de los salarios, que incluye 10 por ciento del gasto en personal político
y de 10 por ciento en las percepciones de todo el comité ejecutivo
nacional. Se venderá en 50 millones de pesos el nuevo edificio y
se recabarán de aportaciones 34 millones.
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