México D.F. Domingo 8 de febrero de 2004
Reporte de 2003 de la publicación Multinational
Monitor incluye también a Halliburton
Bayer, Boeing y Merrill Lynch, entre las firmas con
menor ética
Fraudes, conflicto de intereses y uso de humanos
como conejillos de indias, algunas anomalías
Brighthouse, Clear Channel, Diebold, HealthSouth, Inamed
y Safeway están en la misma lista
DAVID ZUÑIGA
Bayer, Boeing, Merrill Lynch y Halliburton aparecen en
la lista de empresas de peor comportamiento ético en 2003, elaborada
por la publicación Multinational Monitor. Esas firmas, señala,
han perpetrado desde fraudes y conflicto de intereses hasta uso de humanos
como conejillos de indias para estudiar la manera en que responden las
personas a comerciales de televisión.
Para Robert Weisman y Rusell Mokhiber, que dan seguimiento
a las actividades de las trasnacionales y elaboran este top ten
corporativo, hacer la lista de 2003 no fue fácil debido a la variedad,
el alcance y la complejidad de los fraudes, escándalos e ilícitos
cometidos. El recuento se presenta en orden alfabético.
Bayer. 2003 podrá ser recordado como el
año del dolor de cabeza para este gigante farmacéutico. En
mayo pasado aceptó cargos que le hicieron y pagó más
de 250 millones de dólares para resolver una demanda por haberse
negado a aplicar los descuentos del programa Medicaid, que garantiza asistencia
médica a los pobres en Estados Unidos. Además, la firma se
vio envuelta en disputas legales por su fármaco Baycol, para combatir
el colesterol alto. Bayer retiró esa medicina del mercado luego
de que se le relacionó con problemas musculares que en algunos casos
podían provocar la muerte y actualmente enfrenta demandas de pacientes
que afirman haber sido afectados.
En junio, The New York Times reveló la existencia
de memoranda interna que al parecer muestran que la compañía
siguió promoviendo el Baycol a pesar de haber comprobado que era
riesgoso.
Boeing.
En una de las más grandes tretas corporativas de que se tenga memoria,
Boeing diseñó un acuerdo por medio del cual arrendó
al Pentágono aviones nodriza tipo 767 para abastecer de combustible
a aviones de combate en el aire. Este programa, que costó 27 mil
600 millones de dólares, resultó mucho más caro que
si el Pentágono hubiera comprado las aeronaves. El negocio quedó
al descubierto porque en noviembre la compañía despidió
a su jefa de finanzas, quien resultó ser una ex empleada del Pentágono
y fue contratada poco después de que se hizo la transacción.
Brighthouse. Esta compañía, dedicada
a la consultoría y la publicidad, maneja el Instituto de Neuroestrategia,
que hace investigaciones sobre cómo responde el cerebro humano a
los mensajes publicitarios. En un esfuerzo por llevar la mercadotecnia
a niveles nunca vistos, el instituto utiliza aparatos de resonancia magnética
para monitorear la actividad cerebral estimulada por los anuncios.
Clear Channel. El gigante de la radio Clear Channel
se especializa en absorber o aplastar a radioemisoras locales, en imponer
listas homogéneas de música en estaciones que alguna vez
fueron interesantes y en ofrecer apoyo mediático a las aventuras
imperiales del gobierno de Estados Unidos. También tiene un largo
historial de violaciones a normas sobre publicidad engañosa y por
transmitir conversaciones sin permiso de las personas involucradas. En
los tres años anteriores lo ha hecho en 36 ocasiones.
Diebold. Esta compañía, con sede
en North Canton, Ohio, es uno de los principales fabricantes de las controvertidas
máquinas para votar en Estados Unidos. Su presidente ejecutivo fue
uno de los principales recolectores de fondos para la campaña del
presidente de ese país, George W. Bush. Diversos expertos en computación
han revelado que la tecnología utilizada en el sistema electoral
estadunidense presenta fallas graves, y organizaciones activistas han señalado
en Internet el poco cuidado con que Diebold maneja la información
confidencial, ante lo cual la compañía ha amenazado con demandarlos.
Halliburton. Durante el go-bierno de George Bush
padre, esta compañía hizo planes para privatizar diversas
áreas y actividades del ejército de Estados Unidos. En ese
entonces el secretario de Defensa era el ahora vicepresidente Dick Cheney,
quien, coincidentemente, fue presidente ejecutivo de Halliburton. En la
actualidad la compañía obtiene ganancias multimillonarias
como contratista en Irak, donde ofrece servicios que van desde abastecimiento
de combustible a precios exorbitantes hasta suministro de alimentos a las
tropas de ocupación.
HealthSouth. Quince de sus principales ejecutivos
fueron declarados culpables de un fraude multimillonario por haber falseado
información sobre los estados financieros de la empresa, en perjuicio
de inversionistas, contribuyentes y autoridades de Estados Unidos. Richard
Scushy, fundador y presidente de la empresa, quien maneja una red de clínicas
de cirugía ambulatoria, diagnóstico y rehabilitación,
sigue peleando en los juzgados. Podría ganar con la ayuda de Bob
Bennett, abogado famoso por defender a implicados en crímenes de
cuello blanco.
Inamed. Esta compañía, con sede en
California, buscó que la Administración de Fármacos
y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobara
sus implantes de silicón a pesar de que no pudo demostrar que eran
seguros a largo plazo. Esta fue precisamente la razón por la cual
la FDA restringió la venta de implantes de silicón hace una
década.
Debido a que aún se conoce muy poco sobre los efectos
de los implantes de senos (endurecimiento, deformaciones y ruptura), en
enero pasado la FDA negó a Inamed permiso para comercializar sus
productos.
Merrill Lynch. Esta firma de correduría
debió pagar una multa de 100 millones de dólares por el presunto
manejo de información privilegiada sobre la compraventa de acciones,
en perjuicio de los inversionistas. Además, tres de sus ex ejecutivos
fueron acusados de tratos turbios con Enron, el gigante del sector energético
quebrado de manera fraudulenta. No obstante, la compañía
se las arregló para evitar sanciones, mediante un acuerdo de vigilancia
sobre sus operaciones.
Safeway. Es una de las principales cadenas de tiendas
de abarrotes de Estados Unidos y enfrenta demandas por maltrato a sus trabajadores
en el sur de California. Junto con Albertsons and Ralphs (de la cadena
Kroger's), las tiendas Vons and Pavilion, de Safeway, están pidiendo
a sus trabajadores que paguen una mayor porción de su seguro social.
Si las empresas se salen con la suya, los trabajadores y sus familias sufrirán
una merma de entre 4 mil y 6 mil dólares anuales en sus ingresos.
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