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México D.F. Domingo 8 de febrero de 2004
José Antonio Rojas Nieto /II
El precio del gas natural, a debate
Los riesgos de que, una vez más, el precio del gas natural se eleve abruptamente no se han superado. Se anuncia un nuevo frente frío y, con él, la elevación del consumo en Estados Unidos. Esto, evidentemente, afecta radicalmente los precios en ese país, en Canadá y en México. Sí, la dinámica de los precios internos del gas natural está vinculada a la evolución de lo que ya se denomina hoy mercado norteamericano de gas natural: Canadá, Estados Unidos y México. Las interconexiones existentes y planeadas entre estos tres países lo confirman. Gracias al enorme consumo estadunidense, que por sí mismo representa más de 25 por ciento en el mundo, el consumo diario de gas natural en América del Norte concentra un tercio del consumo mundial. Incluso, en algunos inviernos se supera esa participación. Y en tanto persista la complejidad técnica para el transporte intercontinental de gas natural (licuefacción, transporte y regasificación), la parte dura del abasto de gas natural a Canadá, Estados Unidos y México dependerá en lo fundamental de recursos propios. Pero, como dice un buen amigo, šlástima! Sí, lástima, porque en América del Norte sólo se encuentra 5 por ciento de las reservas probadas de gas natural del mundo: Canadá cuenta con 1.1 por ciento, Estados Unidos con 3.3 por ciento y México con mucho menos de uno por ciento. Y aunque consideremos las probables y las potenciales, y el porcentaje se eleve, no resuelve el tremendo problema de la asimetría entre recursos y consumo.
ƑQué significa esto? Pues algo muy simple. Que más pronto que tarde se dependerá fuertemente de recursos ajenos a la parte norte de nuestro continente. La muestra es Estados Unidos, que ya depende en más de 15 por ciento de Canadá, sobre todo en el periodo invernal, en que consume más de 80 mil millones de pies cúbicos al día, y que también ya importa gas natural licuado, asunto que merecerá especial atención cuando, un domingo de éstos, profundicemos un poco en este gas natural licuado, que actualmente se comercializa en el mundo en un volumen cercano a los 20 mil millones de pies cúbicos al día (150 millones de toneladas al año), de los cuales Japón concentra la mayor parte, aunque menos de la mitad. Pues bien, nuestros vecinos ya compran cerca de 2 mil millones de pies cúbicos al día de gas natural licuado, primordialmente por la costa del Atlántico porque, como también lo indica Adrián Lajous en su ensayo de octubre pasado (Seguridad en el suministro del gas natural en México, Congreso de la AMEE 2003), en California no se ha podido construir una sola unidad de regasificación a pesar de los múltiples proyectos de suministro que están surgiendo en Australia, Bolivia, Perú y Sakhalin. (Este último, por cierto, se refiere a la isla Sakhalin -Karafuto en japonés-, situada en el lejano oriente ruso, al norte de Japón, en la que ya se realiza el controvertido gran proyecto de gas natural licuado de Prigordnoye -población visitada por Chejov en 1890- que suministrará a una de las más importantes compañías compradoras de gas natural del Japón -Tokio Gas-, cerca de 140 millones de cúbicos al día, y al que se oponen muchos pobladores de la isla por el daño que está causando a la ballena gris, dado que, precisamente en la zona de alimentación de los cetáceos se construye un enorme gasoducto.) En parte esto explica el controvertido proyecto planeado para la costa cercana a nuestra Tijuana, que, a decir del mismísimo Departamento de Energía de Estados Unidos, pudiera llegar a suministrar entre 2 mil millones y 3 mil millones de pies cúbicos al día de gas natural, por el abasto anual de 15 a 20 millones de toneladas de gas natural licuado.
Por desgracia, nosotros también dependeremos, al menos a corto plazo, de las importaciones. El año pasado compramos a los estadunidenses un promedio mensual de 756.7 millones de pies cúbicos diarios. En junio la compra casi alcanzó mil millones de pies cúbicos y, probablemente, uno de estos meses se superará. Y es que no estamos preparados para ese consumo de casi 5 mil millones de pies cúbicos diarios que, se estima, pudiéramos alcanza en dos o tres años más, incluso sin contar el de Pemex. Bueno, pero todo este paseo por algunos datos del gas natural para señalar que en la medida que lo importemos, el precio interno dependerá más de la cotización externa. ƑPor qué? Pues porque será muy difícil mantener un precio diferencial para las diversas zonas del país: alto en el norte, donde el consumo dependería de importaciones y, aparentemente, bajo en el sur, pues su precio dependería de un costo de producción que, según los datos de la Secretaría de Hacienda en el regresivo y fallido proyecto de Ley de Derechos para 2004, no sería mayor a 1.50 dólares por millón de BTU (unidad térmica británica), prácticamente equivalente a mil pies cúbicos de gas natural.
Algo está fuera de duda en el caso del gas natural. Vivimos una altísima vulnerabilidad. ƑCuál es o cuál debiera ser nuestro proyecto estratégico para superarla? šLa discusión está abierta y deberemos abordarla! Pero una advertencia. Merced a ella, ya podemos identificar decenas de mercenarios del gas que rondan nuestras calles, casas, empresas y oficinas públicas, en busca de jugosos negocios. ƑCómo fue que llegamos a ello? [email protected]
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