México D.F. Lunes 9 de febrero de 2004
Atribuye ataques en su contra a grupos partidistas
que se sienten amenazados por ella
Robles exige "copia oficial" de la auditoría
sobre su gestión en el PRD
Demanda que se le permita "desahogar observaciones"
sobre presuntas irregularidades
Navarrete debería "tener pantalones" para reconocer
el crecimiento de la deuda, reclama
MIREYA CUELLAR
Centro
del debate en el PRD por exceder los límites de endeudamiento y
presunto desorden administrativo durante su gestión al frente de
ese partido, Rosario Robles demandó ayer al dirigente perredista,
Leonel Godoy, que se le otorgue derecho de audiencia para "desahogar observaciones"
y se concluya cuando antes la auditoría externa en marcha, porque
si hay "irregularidades graves yo misma lo acompañaré a presentar
las denuncias respectivas", pero si se comprueba que no son ciertas las
acusaciones que se le han hecho "exijo una disculpa pública".
La ex presidenta del PRD ofreció ayer una conferencia
de prensa para aclarar que tiene "la conciencia tranquila", que la decisión
de endeudar al partido fue tomada en función de alcanzar mayor presencia
política y que Carlos Navarrete, secretario general del sol azteca
cuando ella era presidenta (sigue en el mismo cargo con Godoy), debería
"tener los pantalones" para reconocer que estuvo enterado y avaló
el crecimiento del débito.
Mostró documentos en los que Navarrete -miembro
de la corriente Nueva Izquierda, la más beligerante a la hora de
exigir que se finquen responsabilidades a Robles- pide que se destine medio
millón de pesos más para la campaña del estado de
Guerrero, en el entendido de que se sumará al endeudamiento que
está adquiriendo el partido y que será solventado posteriormente.
Robles responsabilizó ayer a ciertas corrientes
de su partido de orquestarle una campaña de "descalificación",
grupos "que se sienten amenazados con mi presencia"; a los que, dijo, no
les gustó que ella llevara al partido a tener 97 diputados federales
en 2003 cuando en 2000 apenas tenía 52, y que hubieran preferido
que el partido mantuviera "su tendencia a la baja", apuntó.
"Jamás he rehuido la responsabilidad de que asumimos
una mayor deuda para el PRD. Lo hicimos porque era necesario desde el punto
de vista político. Lo hicimos también porque sabíamos
que una mayor presencia legislativa se traduciría, adicionalmente
y sin ser lo más importante, en más recursos para partido.
Estoy convencida, además, de que nuestro partido puede hacerle frente
a esta situación con las cuotas de muchos funcionarios y legisladores
que hoy ocupan cargos gracias al PRD.
"Como resultado del proceso electoral del 2000, conducido
por la dirección anterior (a la suya, la de Amalia García),
el PRD perdió más de 70 diputados y también casi 200
millones de pesos en prerrogativas distribuidas en 2001, 2002 y 2003. Las
elecciones de 2003 nos permitieron aumentar el número de diputados
y la suma de prerrogativas en más de 200 millones de pesos, pero
también conseguimos más presidencias municipales: pasamos
de 13 a 30 en Guerrero..."
Así que la deuda "no es de Rosario Robles; es del
PRD, porque yo no utilicé ni un solo peso de esos recursos para
mi beneficio personal y no podrán demostrar lo contrario. Todo fue
invertido en las campañas electorales". Entonces, apuntó,
"¿de qué se nos acusa, si dejamos un partido mejor ubicado
políticamente? ¿Por qué la saña y la intención
de desprestigiar políticamente? ¿Qué debí haber
hecho? ¿Debí haber actuado de manera conservadora, perder
diputados -como sucedió en 2000-, o mantener la cifra de 52 para
que mis detractores estuvieran contentos y no sintieran amenazados sus
intereses?"
Por todo esto dijo ser la más interesada en que
concluya la auditoría para que se llegue "hasta las últimas
consecuencias", porque "a mí en lo personal, al partido y al país
nos conviene que no quede la menor duda de que los criterios son técnicos
y contables, y no políticos, como lamentablemente he llegado a pensar".
Explicó que gran parte del sobrejercicio presupuestal
fue porque las tarifas de los medios de comunicación, sobre todo
los electrónicos, subieron 70 por ciento en relación con
la campaña de 2000 y las proyecciones se dispararon. "De todo ello
estuvo enterado el secretario general en reuniones del Comité Ejecutivo
Nacional; inclusive se acordó que nuestros candidatos a gobernadores
consiguieran recursos, aunque fueran prestados", añadió.
Robles sostuvo su dicho de julio de 2003, cuando afirmó
que la deuda que entregó al PRD fue de 258 millones de pesos -de
los cuales 108 le habían sido "heredados"-, porque, explicó,
ella no contabilizó como débito el costo del edificio comprado
para albergar la nueva sede partidista, sino como "inversión", y
tampoco cuantificó los 40 millones de impuestos que la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público le está reclamando al
sol azteca, dado que todavía está abierto el litigio ante
el Tribunal Fiscal de la Federación, "y espero que lo ganemos".
De los 40 millones de pesos que Hacienda está requiriendo,
precisó, no todo corresponde a su administración, porque
desde presidencias anteriores a la suya se dejaron de pagar el impuesto
sobre la renta y otros gravámenes. Explicó que cuando ella
llegó a la dirección del PRD los Recibos para apoyo a las
actividades políticas (Repaps) eran usados "indiscriminadamente",
al grado de que algunos funcionarios del CEN "no sólo cobraban ingresos
por la vía nominal, sino que aparecían firmando recibos mediante
estos procedimientos".
El IFE determinó que cuando los partidos dieran
apoyos económicos a sus militantes por la vía de dichos recibos
no se pagaría el impuesto sobre la renta, pero, como el argumento
de Hacienda es que en realidad los usó para los salarios, está
demandando el gravamen correspondiente.
Ante los medios de comunicación, la ex jefa de
Gobierno del Distrito Federal presentó también un avalúo
de la Comisión Nacional de Bienes Nacionales en el que se señala
que el edificio que ella adquirió -en la glorieta del Metro Insurgentes-
en 53 millones de pesos casi ha duplicado su valor, porque hoy podría
venderse en 105 millones.
Explicó que se pidió un préstamo
por 70 millones de pesos para adquirir dicho inmueble y que entre escrituración
y avalúos previos, además del pago de 4 millones por concepto
de amortización, se gastaron casi 60 millones en la adquisición
de ese inmueble y, efectivamente, el resto del dinero del préstamo
fue usado para enfrentar gastos de campaña.
Insistió en que la empresa auditora nunca la ha
requerido para aportar datos o información necesaria en el proceso
y exigió "un documento oficial reconocido por la empresa auditora
(Galaz, Yamasaki y Ruiz Urquiza) con su firma, logotipo y con carácter
concluyente para poder aportar nuestras pruebas y nuestros puntos de vista,
porque nos hemos enterado una vez más a través de los medios
de comunicación de una serie de aseveraciones que con todo dolo
se han pretendido presentar como las conclusiones del despacho de referencia".
En el documento que Carlos Payán leyó durante
el Consejo Nacional en nombre del Organo Central de Fiscalización
del partido se plantea que "en reiteradas ocasiones" se demandó
información a Robles, a la ex secretaría de Finanzas María
Eugenia López y al ex coordinador de esa área José
Ramón Zebadúa.
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