México D.F. Miércoles 11 de febrero de 2004
Con la muestra sobre el creador holandés,
el museo Tamayo inicia su programa de 2004
La leyenda del artista conceptual Bas Jan Ader llega
a México
En busca de lo milagroso incluye 25 piezas entre
fotografía, video, películas e instalación
En sus obras, muchas protagonizadas por él, se
aprecia la carga emotiva del romanticismo
MERRY MAC MASTERS
El artista holandés Bas Jan Ader (1942-1975) se
convirtió en leyenda cuando emprendió lo que sería
su último proyecto En busca de lo milagroso.
La
primera parte consistió en una exposición en la galería
Clair Copley, en Los Angeles, California, donde radicó desde 1963
y también, entre otras cosas, un coro interpretó canciones
de los marineros.
Para la segunda parte, una travesía marítima,
Ader zarpó en un pequeño barco de la costa este de Estados
Unidos con el propósito de llegar a Falmouth, Inglaterra.
La tercera y última parte sería una exposición
en el Museo Groninger, en Holanda, con documentación del viaje,
en un intento de establecer un puente entre Estados Unidos y Europa.
Ader jamás llegó, pero su barco fue hallado
10 meses después volcado frente a las costas de Irlanda. Su cuerpo
nunca se recuperó.
Vínculos con California
Desde 1974, Ader era docente de la Universidad de California,
en Irvine, y tuvo estudiantes que siempre sostuvieron que el proyecto era
falso, como un teatro, y que ahora su maestro vive en otro lado.
Lo anterior lo afirma Tobias Ostrander, curador de la
exposición Bas Jan Ader, de 25 obras, entre fotografía,
video, película e instalación, del artista conceptual, que
mañana será inaugurada a las 20 horas en el Museo Tamayo
Arte Contemporáneo.
Las piezas proceden de la galería Patrick Painter
Editions, en Vancouver, Canadá, encargada de organizar su archivo.
Figura de culto
Con la muestra, el Tamayo, inicia su programa de exhibiciones
para 2004. Además, cumple con presentar ''artistas poco conocidos
en su país, pero que fueron relevantes para el desarrollo del arte
contemporáneo en tiempos posteriores", apunta el director del museo,
Ramiro Martínez.
Esa deducción se basó en el sentido de humor
y lo teatral siempre inherentes en sus trabajos. La leyenda de Ader, para
entonces una figura de culto, se acrecentó a partir de los años
90 cuando el interés recayó en el arte californiano. Hoy,
apunta Ostrander, hay muchos artistas en California cuyas obras contienen
referencias a la del holandés.
Vivir en California permitió a Ader reflexionar,
mediante su obra, sobre las cambiantes tradiciones artísticas de
Europa, así como los efectos de la industria cinematográfica
de Hollywood y la cultura de masas.
Ader suele protagonizar sus obras y en muchas de ellas
su cuerpo cae. El, señala el curador, trabajó en los años
70 cuando muchos artistas impugnaban el papel del objeto de arte y del
propio artista concebido como ''genio" o ''héroe".
Eran los tiempos de la guerra en Vietnam. La metáfora
del cuerpo que cae es su ''fracaso o inhabilidad de balancear el peso del
pasado". Era un artista ''frágil" que llora como en Estoy demasiado
triste para contarte (1970).
Aparte de caer ante grandes árboles o en un río,
se le aprecia parado frente al mar con toda la carga emotiva del romanticismo
europeo del siglo XIX.
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