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México D.F. Miércoles 11 de febrero de 2004

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Motivo de orgullo, el reclamo soez del cínico

SIEMPRE RESULTA motivo de orgullo que el cínico critique la labor del periodista; siempre será un orgullo recibir, de quien busca en la política el manto de la impunidad, el reclamo soez, grosero, muy poco inteligente, y este espacio hoy se siente muy orgulloso. Ahí les cuento después por qué.

POR LO PRONTO, ahí está el espacio para que hagan de él lo que les plazca.

Miguel Ramírez Bautista

Me refiero a la crónica que titulaste "Un caso más de corrupción y abuso policiaco", y que yo llamo "El caso (para algún émulo de Sherlock Holmes) de la guarapeta descomunal y el coche perdido". En el relato que haces se infieren algunos detalles inquietantes: tu cuate del alma, Enrique, se puso un cuete de padre y señor mío: era un día laborable, "principio de semana", hora de trabajo, "por ahí de mediodía", y tu gran amigo "se quedó dormido (no se le ocurrió echarse una siesta normal) dentro de su automóvil", como cualquier "ciudadano" que ha "ingerido alcohol"; en "una calle", en cualquier calle, "de la colonia Narvarte".

Hasta aquí el relato de la odisea de tu buen amigo Enrique no tiene ningún ingrediente anormal. Si acaso se omite la referencia de la manera en que el vehículo estaba aparcado; es decir, en lugar permitido (sin obstruir accesos de casas de esa populosa colonia), perfectamente estacionado y con las portezuelas cerradas y sin que los ronquidos de don Enrique perturbaran la paz del vecindario.

De pronto, he aquí que aparecen "los azules" corruptos, abusivos, para extorsionar al pacífico ciudadano y marearlo a vueltas de "una a otra parte de la ciudad", interrogándolo con preguntas herméticas (tales como su nombre, su domicilio, sus pertenencias y capital, pienso yo). Claro que el buen ciudadano se mantuvo dócil, no insultó a la autoridad, no amenazó a nadie ni atemorizó a los oficiales del orden con publicar el maltrato que le daban, como cualquier crudo en una borrachera de fin de semana, y más: se mantuvo dócil y, como todo ebrio listo que es "secuestrado", recurrió al viejo truco (muy conocido por toda damisela de la noche que se respete): se escondió billetes en los calcetines para lo que pudiera ofrecerse, y los usó para corromper a la autoridad.

Ya sin ebriedad, casi a medianoche, lo dejaron ir, previo pago de multa sin delito... según él. Y vino la bueno: no encontró su auto donde juraba que lo había dejado (antes del palimpsesto alcohólico), y, en fin, que "el caso de la guarapeta descomunal" no es para Sherlock Holmes, sino un caso para Alcohólicos Anónimos.

En serio, Miguel Angel, nada le ayuda a tu gran amigo que denuncies los atropellos (?) de las huestes de Ebrard; si de verdad lo quieres ayudar mejor dale un autodiagnóstico de AA y tú, de paso, le das una mirada, porque algo te traes cuando tanto te irritas por el alcoholímetro, que tiende a proteger a los viandantes de los cafres briagos.

El Informante

Aprovecho para decirte mi opinión sobre un artículo reciente. El nombramiento de Joel Ortega creo que se debe más a una grilla de Marcelo Ebrard con López Obrador para tener más poder en las acciones de la procuraduría que para mantener orden en ésta y en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) no va al ritmo que necesita Marcelo; bien dices que Marcelo tiene prisa por hacerse notar, pero en los recorridos que hace por los sectores de la policía el discurso de siempre es la poca colaboración de la procuraduría para coadyuvar contra la delincuencia, y la queja repetida de que en esa dependencia se caen las puestas a disposición ante el Ministerio Público y los delincuentes asegurados por la SSP salen sin dificultades. Joel Ortega es del equipo de Marcelo Ebrard, indudablemente; algunas pruebas: cuando Manuel Camacho Solís era el regente y Marcelo el secretario de Gobierno, Joel Ortega era director general regional norte de la Secretaría de Gobierno, bajo el mando de Ebrard. Joel Ortega fue nombrado director general de Autotransporte Urbano (hoy Dirección General de Transporte) en un cambio acordado con Camacho para tener control desde la Secretaría de Gobierno en la de Transporte y Vialidad del DF, ocupando la dirección general más importante de esa secretaría, hoy seccionada en varias direcciones generales por el mismo Ortega, cuando fue secretario de Transporte con Cárdenas.

Creo que los análisis, estudios y evaluaciones que entregará Ortega al jefe de Gobierno van a ir en el sentido de señalar las deficiencias de la PGJDF y no exponer a Ebrard como el autor intelectual; las presiones hacia la PGJDF serán magnificadas y las observaciones hacia la SSP serán las que todos sabemos. Veremos.

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