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México D.F. Domingo 15 de febrero de 2004
José Antonio Rojas Nieto / III
El precio del gas natural a debate
Cerca de 70 por ciento del gas natural mexicano se produce asociado al crudo. También cerca de 70 por ciento se genera en el sur del país. Apenas la tercera parte es gas no asociado. Y también apenas la tercera parte se produce en el norte. Diversos especialistas en exploración y explotación calculan que el costo de producción del gas natural es bajo, no mayor a un dólar por millón de BTU (british thermal unit), lo que equivale a no más de un dólar por mil pies cúbicos o, en moneda nacional, a no más de 40 centavos por metro cúbico de poco más de 9 mil kilocalorías, con un tipo de cambio de 11 pesos por dólar.
Estos pocos números significan que producir un volumen de gas natural que nos proporcione el mismo poder calorífico que un barril de petróleo nos cuesta un poco menos de cinco dólares, pero un poco más de lo que nos cuesta producir un barril de crudo. Esto es algo importante a considerar ahora que importamos más gas natural. Pero también debemos considerar que la bondadosa fertilidad natural de nuestros yacimientos no es ilimitada, lo que nos exige impedir -asunto nada simple- que se deteriore o incluso se pierda por su sobrexplotación o extinción, lo que lamentablemente ya acontece. Prueba evidente de ello es el deterioro crónico de nuestras reservas. Por ello es de máxima prioridad lograr un ritmo adecuado de explotación de yacimientos y expandir al máximo posible los trabajos de prospección para ampliar, también al máximo posible y en el menor tiempo, nuestras reservas de gas natural.
De ser válidos todos estos datos -como creo que lo son- debemos reflexionar a fondo sobre la fiscalidad del gas natural y, evidentemente, sobre la determinación de su precio interno. Si este precio interno continúa fijándose como hasta ahora, con base en el referente del sur de Texas y los costos de producción siguen en el nivel que he señalado (aunque por la sobrexplotación es muy probable que tiendan a elevarse), su consumo permitirá la consolidación de un excedente o renta del gas natural que, también de seguir las cosas como hasta ahora, concentrará totalmente la Secretaría de Hacienda. Pero por ser crecientemente importadores este hecho se limitará, también crecientemente. Hagamos unos números sobre esta fiscalidad de hoy. Aun considerando un precio medio interno relativamente bajo, del orden de 3.50 dólares por millón de BTU, Hacienda obtendría no menos de mil 400 millones de dólares al año por la venta de lo producido internamente, aunque en realidad sería un poco más (cerca de 2 mil millones de dólares) dado ese menor costo de producción.
De inmediato estos números nos conducen a varias preguntas. La primera es muy evidente: Ƒel gas natural producido internamente debe seguir vendiéndose a ese referente internacional, como se hace desde 1991, sobre la base de considerar los costos alternativos de suministro? Si la respuesta es afirmativa, inmediatamente surge una segunda pregunta. ƑTodo el excedente o renta del gas que se recoge con ese mecanismo de fijación de precios debe seguir siendo concentrado por la Secretaría de Hacienda? De nuevo, si la respuesta es afirmativa, se impone una tercera pregunta: Ƒla renta del gas natural concentrada en Hacienda debe ser utilizada en el Presupuesto de Egresos de la misma forma que los recursos captados por otras vías como, por ejemplo, el impuesto sobre la renta, el impuesto al valor agregado, el impuesto especial sobre producción y servicios, por sólo señalar los más importantes? Por provenir de un recurso limitado, Ƒno debiera reservarse un parte sustantiva de esa renta (también en el caso del petróleo) para prospección y exploración que amplíen reservas y para fortalecimiento de yacimientos? Un dato breve: este año se recaudaron 23 mil 388 millones de dólares por derechos de hidrocarburos, el máximo en toda nuestra historia petrolera.
Bueno, pero regresando a nuestra reflexión: en caso de que la respuesta a la primera pregunta fuera negativa también se abre una discusión muy importante que nos lleva a nuevas preguntas: Ƒcómo debiera fijarse un precio interno cuando se tiene que importar, a precios internacionales, 20, 30 por ciento o incluso más del gas natural que se consumirá en México? ƑCon base en qué criterios se beneficiaría a algunos consumidores con precios inferiores a los de referencia internacional? Y, al menos, otra más: Ƒcómo evitar la manipulación política de este precio interno y, sin duda, el dispendio? A este respecto Adrián Lajous da opiniones muy interesantes que abren una interesante discusión. En su ensayo Seguridad en el suministro del gas natural en México, Congreso de la AMEE 2003 considera que el actual esquema de precios permite construir un mercado regulado. Y obliga a Pemex y a todos a realizar los esfuerzos requeridos para sustentar la competitividad con bases firmes y permanentes. Sin duda, pero Ƒcómo eludir o enfrentar las dinámicas especulativas y rentistas -la del invierno de 2000 es un claro ejemplo- de un mercado en el cual los márgenes de disponibilidad y consumo de gas natural son cada vez más estrechos? Una vez planteado el problema, discutámoslo. Lo antes posible.
NB. ƑPor qué se empecinan tanto las autoridades laborales en contra del Sindicato de Trabajadores de Euzkadi en El Salto de Juanacatlán, Jalisco? ƑPor qué?
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