Ojarsaca 82 febrero de 2004

El movimiento indígena ecuatoriano

en la mira

Quito, Ecuador, con información de la corresponsalía de Ojarasca. El primero de febrero, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leónidas Iza, fue víctima de un atentado cuando se dirigía con su esposa a la sede de su organización, al regreso de un viaje a Cuba donde fungió como lector de la declaración final del III Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA, celebrado del 26 al 29 de enero, en La Habana.

Los sicarios los siguieron desde el aeropuerto y no les dieron tiempo de ingresar al local donde se encontraban su hermano, hijo y sobrino. "Bajaron de un auto color rojo y mostraron sus armas gritándole a Iza te vamos a matar hijueputa e intentaron ingresar a la sede de Conaie a la fuerza. Los familiares forcejearon para cerrar la puerta, pero les dispararon sin cesar sus armas a través de la puerta de metal. Las balas de 9 milímetros hirieron al hijo de Leónidas Iza, Javier, de 23 años y lesionaron gravemente su hígado, páncreas y colon. Rodrigo Iza, de 32 años y Daniel Tixe, de 19 años, recibieron balas en las piernas y los pies. A la esposa de Leónidas --quien se encontraba con su bebé de dos años a la espalda-- la golpearon con el arma en la cara. El presidente de Conaie salió ileso gracias a que fue arrojado al suelo por uno de sus familiares para que no le alcanzaran los disparos".

Durante los días en que no se sabía si Javier Iza sobreviviría, la gente de los barrios encendió velas y juntó por las noches sus oraciones --a las afueras de la Conaie y de la clínica-- "porque merece vivir, porque su entereza tiene que servir de ejemplo".

En un comunicado de Ecuarunari (La Confederación de Nacionalidades Kichwa) que forman parte de Conaie, Patricio Zhingri, director de Comunicación, declaró: "La forma en que actuaron los sicarios deja entrever maniobras que corresponderían a organismos secretos o bandas paramilitares, típicas de países en guerra, que han vivido bajo dictaduras militares o gobiernos represivos. Hubo un plan premeditado. Con este hecho se estaría estableciendo en el país una escalada de violencia, sintomática de un terrorismo de Estado".

La dirigente Nina Pakari dijo que "durante las dos últimas semanas han sido fuertes y contundentes las declaraciones y posición de la Conaie frente al régimen. En el transcurso de la semana anterior hubo amenazas contra Leónidas. Cabe recordar que Humberto Cholango, presidente de Ecuarunari, fue detenido por disposición del Intendente de Pichincha, quien cumplía disposiciones superiores. La detención se produjo argumentando que no se debe atacar al presidente de la república. En días recientes asesinaron también a Patricio Campana, quien estaba al frente de la investigación por irregularidades en el área petrolera. La víspera de la presentación de su informe, en el que daría los nombres de los involucrados en la corrupción, fue vilmente asesinado. En Ecuador, dada la escalada de la violencia, parecería que estamos viviendo vientos fascistas que deben ser denunciados a nivel nacional e internacional".

Las noticias llueven. Uno tras otro, los análisis políticos tratan de entender tanta demencia. Algunos señalan la recomposición de la ultraderecha y suponen que los sicariatos intentan regionalizar la guerra contra Colombia. Otros culpan a la estupidez de las mafias policiales que rodean al presidente Lucio Gutiérrez. Otros dicen que se trata de provocar a los indios, generar una sucesión para que los grupos afines al gobierno se apoderen de Conaie, y establecer un clima de terror.

En menos de quince días el país dio un vuelco: un gris y ladino ministro de energía, desconoce una resolución de la comisión de derechos humanos de la oea a quien habían acudido los indígenas de Sarayacu para detener la militarización de su territorio y la incursión arbitraria de empresas petroleras: "aquí no manda la OEA" --dijo-- "manda el pueblo ecuatoriano que necesita el petróleo para su desarrollo".

En ese clima, la primera dama promueve la realización del "poema humano más grande del mundo", ¡para ser noticia mundial por haber alcanzado un record Guiness! (En navidad la oligarquía guayaquileña gastó 500 millones de dólares en el "árbol de navidad más grande del mundo". No ganaron el premio Guiness, pero si podrían ganar el premio a la ciudad con la más injusta distribución de la riqueza en el mundo.)

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Perspectivas y visiones
Lo cierto es que al entrar al juego electoral del sistema, el movimiento indígena evidenció la insuficiencia del proyecto político y se desencontró rápidamente con las tendencias opuestas de un aparato que rebasa el mero inventario del gobierno gutierrista. Al marcar con más fuerza una dinámica pragmática en la estructura organizativa, al dar un salto mortal desde el discurso de desarrollo hasta la institucionalidad del Estado, desde ser sujetos políticos en construcción a ser el actor-sujeto de cooptación sin solución de continuidad, el movimiento falló. Por eso muchos hablan de que esta es "la primera derrota política del movimiento indígena contemporáneo" ocasionada por una debilidad en la direccionalidad política ideológica ante el conjunto del programa hegemónico.

El espejismo de considerar al Estado separado de las relaciones sociales y económicas, despojado de todo contenido de confrontación de clases (como categoría política), fue violentamente desecho con la ruptura de la alianza entre movimiento y gobierno y, sobretodo, con las continuas agresiones y acecho a las voces que comenzaban a articular una frontal oposición al gobierno de Sociedad Patriótica que detenta el poder, por ahora.

Primero fue un permanente asedio clientelar a las bases organizativas de la Conaie, luego la persecución y amenazas a dirigentes de la Ecuarunari, luego el silenciamiento...

Una verdad irrefutable es que para "las inteligencias" que están detrás del proyecto hegemónico, el mundo de lo indio es indescifrable. ¿Acaso piensan que con matar a uno acallarán a todos? ¿Acaso piensan que con un pico y una pala comprarán la resistencia de tantos años? Su imaginario es demasiado estrecho para comprender el mundo simbólico que nutre al movimiento.

Ahora mismo esa unidad, tejida desde abajo, desde los cantones y comunidades, en las asambleas comunitarias y regionales, en la construcción de alternativas basadas en su tradición y en su lucha política actual, es la esperanza de recurrir al arma sagrada del movimiento, aquella que le ha hecho fuerte frente a un Estado excluyente y racista, aquella que ha permitido convocar a todos, aquella que ha permitido constituir lo indio en referente de la infatigable lucha por la vida y la dignidad: la resistencia. El movimiento indígena está en la mira, pero al mismo tiempo recupera sus miras más lejanas. Las movilizaciones próximas serán decisivas.


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