Rodolfo Obregón, autor del libro Utopías aplazadas

Análisis de los directores cuya estética cambió el arte teatral

CARLOS PAUL

Utopías aplazadas es un volumen que informa y reflexiona sobre el quehacer escénico de Tadeusz Kantor, Bob Wilson, Eugenio Barba, Pina Bausch, Ariane Mnouchkine, Peter Brook, Peter Stein y Giorgio Strehler, quienes marcaron durante los últimos 30 años del siglo XX un cambio en la estética del teatro en el mundo.

Escrito por el investigador y creador escénico Rodolfo Obregón, el libro se propone, por un lado, ''poner al día a los teatreros respecto de lo que es hoy el teatro contemporáneo" y, por otro, reflejar ''la apoteosis de la figura del director de escena", ya que en esas últimas décadas dicha figura alcanzó el control absoluto sobre el proceso de un montaje.

Para Obregón, también actual director del Centro Nacional de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU), esos grandes creadores ''probablemente sean el último aliento de la idea del teatro en torno al director de escena".

En el volumen, explica en entrevista, se apunta cómo forjaron sus estéticas en los años 70, alcanzan su plenitud en los 80 y en los 90 comienzan a morir, aunque no es el caso con la estética de Brook.

Asimismo se destaca su postura política y social frente a la realidad y al arte que les tocó vivir, para luego, por separado, abordar la trayectoria de cada uno.

El título Utopías aplazadas obedece a que ''con el trabajo de esos creadores se concretiza una serie de postulados que no pudieron realizar plenamente los profetas vanguardistas, autores como Antonin Artaud, Edward Gordon o inclusive artistas tan logrados como Bertolt Brecht".

Institución ética

El teatro, explica Obregón, ''con las propuestas de Stanislavski, se convirtió también en una institución ética. Con el siglo del director -amén de revolucionar la estética del espectáculo- se refunda dicha ética.

''Esto es importante, porque para los directores que integran el volumen el teatro, más que una sucesión de obras, es una toma de posición frente a la realidad social; el repertorio es consecuencia de su postura política."

Esa actitud ''me sigue pareciendo válida, vigente. De hecho hay un apartado en el libro, Inventario de vituperios, en el que se hace una crítica a la ligereza y evasividad del pensamiento posmoderno que, de acuerdo con Susan Sontang, ha renunciado a tener un compromiso frente a la realidad.

''Hoy parece -destaca Obregón- que los artistas posmodernos han capitulado, parecería que se han rendido respecto de tomar una postura."

Kantor -sintetiza el autor- ''es la encarnación de la ética de la vanguardia. Su propia vida la transformó y fue una parte más de su creación artística".

Wilson ''es quien introduce al teatro en la era de la relatividad, el que rompe con la idea de las visiones unitarias".

Barba ''representa el peligro de convertir la ruptura en una obstinación".

Bausch ''es la encarnación de la modernidad misma en la danza-teatro".

Mnouchkine ''representa al teatro como espacio de convivencia y subversión".

Brook ''es hoy por hoy el creador más destacado, es el equilibrio fascinante entre la ruptura y la continuidad, entre la tradición y la vanguardia, entre lo adquirido y lo desconocido".

Stein ''es la lucidez, el teatro entendido como el espacio de la más alta intelectualidad, aquella que entra por el cuerpo".

Y Strehler ''es la identificación de un teatro bello con una comunidad, que nos permite entrever una utopía".

Ludwik Margulles, Alejandro Luna, Lucina Jiménez y Fernando de Ita presentarán Utopías aplazadas el miércoles 25 a las 19 horas en el teatro de las artes del Centro Nacional de las Artes (río Churubusco y calzada de Tlalpan).