México D.F. Jueves 19 de febrero de 2004
Se reúne la cúpula del oficialismo
obrero en el 38 aniversario del CT
"Sí, somos charros, pero charros mexicanos":
Rodríguez Alcaine
El líder cetemista llama a dirigentes sindicales
a recuperar espacios en el Congreso
FABIOLA MARTINEZ
"¡Sí, somos charros, pero charros mexicanos
que montamos mulas y respondemos cuando nos pican!", exclamó el
dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM),
Leonardo Rodríguez Alcaine, ante los representantes de las organizaciones
que integran el Congreso del Trabajo (CT), central que celebró ayer
su 38 aniversario.
Esa fue la expresión en la que devino el discurso
del cetemista, hilvanado, como siempre, al vapor de sus emociones. Esta
vez, ante sus compañeros, los del sector obrero del PRI, intentaba
mandar un mensaje de unidad que los lleve a "fajarse los pantalones" y
decir "¡no a los despidos unilaterales que ejecutan los patrones!",
pero sobre todo hallar el camino para que en 2006 su partido no los deje,
también como suele ocurrir, apenas con los saldos en el reparto
de los puestos de elección popular.
"Sí
-repetía-, tenemos que hacer política ahora que vienen elecciones
en 14 entidades del país, recuperar espacios en el Congreso de la
Unión y desde ahí representar a los trabajadores... No para
el asunto del corporativismo, ¡noooo!"
Carcajadas charras
Fue entonces cuando concedió -quizá sin
querer- a las críticas de sus opositores, al secreto a voces, al
mote popular que al paso de las décadas ha refrendado a los del
CT como el lugar de los charros, palabra que en la jerga del sindicalismo
es sinónimo de corrupción o, dicho de otra forma, dígase
de aquellos representantes sindicales que permanecen en sus cargos hasta
que el cuerpo aguante, selecto grupo de quienes gustan de vivir bien pero,
sobre todo, saben de las bondades que dan las cuotas sindicales.
La respuesta de la charriza a esa parte del mensaje
de Rodríguez Alcaine fue una carcajada colectiva. Ahí estaba,
en la mesa principal del salón 18 de Febrero, del viejo edificio
del CT, el líder ferrocarrilero Víctor Flores Morales, nuevo
presidente de esta central, quien además de su década al
frente de ese gremio es conocido por su gusto de repartir dinero a diestra
siniestra -apoyos, les llama su equipo-, producto de las cuotas
de más de cien mil afiliados a esta organización.
Esas palabras también provocaron risas del dirigente
de la burocracia, Joel Ayala Almeida, integrante del selecto grupo de legisladores
que lleva más de 20 años en el oficio de "líder" y
quien sabe del destino de una décima parte de las cuotas de casi
2 millones de empleados públicos.
Lo mismo pasó con el representante de los empleados
bancarios, Enrique Aguilar Borrego, con 13 años al frente de la
federación del ramo; Ignacio Cuauhtémoc Paleta, histórico
dirigente de la histórica Confederación Regional Obrera Mexicana,
la primera central obrera el siglo XX; asimismo, el secretario general,
desde hace varios lustros, del sindicato del Infonavit, Rafael Rivapalacio
Pontones, o del hijo de quien dirigiera por cuatro décadas al sindicato
minero, Napoleón Gómez Urrutia, entre muchos otros.
Así, la frase del cetemista se tornó inclusive
graciosa para ellos o por lo menos desvaneció las caras de seriedad
que asumieron ante el discurso central del 38 aniversario del CT, pronunciado
por Gómez Urrutia, quien dejó en claro a sus compañeros
que "sin unidad real" no podrán defender derechos ni mantener conquistas.
Les dijo que no sólo se trata de acceder a diputaciones
y senadurías por el interés de ocupar curules y escaños,
sino de "actuar políticamente en un proyecto nacional"; crear un
"frente amplio de sindicatos" en el que la voz de los trabajadores sea
escuchada y atendida por el gobierno de corte más empresarial. "Es
claro que hoy el Congreso del Trabajo no vive su mejor momento", reconoció.
"Para ninguno de nosotros es un secreto que la membresía
sindical disminuye peligrosamente, no sólo por el creciente desempleo.
Existen fuertes intereses políticos, ideológicos y económicos
que actúan en contra de la sindicalización", agregó
el representante minero.
Los charros mexicanos (Rodríguez Alcaine dixit)
escucharon atentos, asentando con la cabeza, como quien concede que
es justo el momento de rescatar los compromisos de las corrientes sindicales
que hace 38 años decidieron formar el Congreso del Trabajo.
Viejos y reviejos charros
Luego, en el turno del cetemista, guardaron un minuto
de silencio en memoria del ex presidente José López Portillo.
Todo solemnidad en el desayuno ofrecido por Flores. Atrás quedaron
las notas de Perfume de gardenias que entonó el grupo musical
llevado para la ocasión.
Rodríguez Alcaine dejó ayer la presidencia
del CT -aunque permanecerá en la CTM hasta 2010 y en su sindicato,
el Unico de Electricistas de la República Mexicana. Advirtió
que hoy les to-can tiempos difíciles, un tránsito en que
"los viejos y reviejos" tienen que actuar.
Y es que, con todo y la bravura de los charros, reconoció
que ahora los patrones corren por mera voluntad, sin tomar en cuenta al
líder sindical. Al final, pasó la estafeta a uno de los suyos:
"Víctor, ahora te toca a ti, estamos juntos en beneficio de México".
El ferrocarrilero, en respuesta, sólo se llevó la mano al
corazón y concedió una reverencia a su "jefe de jefes".
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