No ha traído bienestar, dice el primero; las críticas, mitos populistas, afirma el segundo

Difieren Ortiz y Gil sobre el proceso globalizador

La reforma económica emprendida en México y el resto de América Latina desde hace 25 años no ha dado los resultados esperados en bienestar y reducción de la pobreza, e incluso se advierten "algunos retrocesos", declaró anoche Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México.

"Debemos aceptar que algunas cosas no se hicieron bien, y sólo así se podrá dar un nuevo impulso al proceso de globalización en América Latina", opinó el funcionario en la presentación del libro Globalización, desigualdad y pobreza, escrito por el economista español Guillermo de la Dehesa y publicado por Editorial Alianza.

En un acto que convocó además al secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y al historiador Enrique Krauze, Guillermo Ortiz dijo que los impulsores de las políticas de globalización deben aceptar que algunas cosas no se hicieron bien en estos años. "Los procesos de profundización de la globalización en América Latina deben darse de manera distinta; debe buscarse mayor consenso político, transparencia y mejores mecanismos de comunicación."

En este sentido, planteó que el reto de México es encontrar la forma de hacer que la agenda de modernización del país sea al mismo tiempo la agenda nacional. "Debemos buscar cómo en el actual entorno político, con todo lo que vemos que ocurre en los partidos políticos y en el Congreso, el diagnóstico de la agenda de modernización de México se convierta en la agenda de discusión nacional", dijo.

Guillermo Ortiz planteó que a 25 años de iniciado el proceso de reforma estructural en América Latina se ha registrado un ligero aumento del ingreso per cápita, pero "ha habido un desencanto casi generalizado con las estrategias concretas de la globalización, como la apertura comercial y financiera, las privatizaciones y la reducción del Estado que han hecho los países de la región, y que no han dado los resultados esperados. Esta falta de resultados obedece principalmente a que las reformas no llevaron la secuencia ni la profundidad adecuadas".

Aseguró que esta falta de profundización de las reformas provocó que la apertura no se materializara en un incremento del nivel de vida "y eso ha provocado una reacción en contra de estos procesos". Por su parte, Francisco Gil Díaz aseguró que las críticas al proceso de globalización en el sentido de que crea consorcios privados con más poder político que los estados, o que recurre a la explotación del trabajo en los países en desarrollo, "son mitos".

"Se han difundido nociones falsas que se oponen a la globalización sólo para justificar políticas empobrecedoras y populistas que a corto plazo traen votos a los gobernantes que las promueven."

Se critica también, agregó el secretario de Hacienda, que la globalización se basa en la explotación. Sin duda, añadió, la inversión extranjera, fluye hacia los lugares donde hay más bajos sueldos, pero los extranjeros pagan mayores salarios que los empresarios locales, brindan mejores condiciones de trabajo y una mayor pensión al momento del retiro.

El historiador Enrique Krauze llamó la atención sobre la pobreza del debate en México en un tema como el de la globalización, al tiempo que exhortó a los medios de comunicación a propiciar un intercambio más rico de ideas sobre este asunto.

"Hay una resaca sobre la globalización en América Latina, y no hay que menospreciar la fuerza de esa corriente de opinión." Se debe tomar en serio el debate de estos temas, sostuvo.