México D.F. Viernes 27 de febrero de 2004
"Es una acción ilegal; queremos que se
detenga": vocero de Naciones Unidas
Gran Bretaña espió a Kofi Annan antes
de la guerra en Irak, denuncia ex ministra
Blair niega las afirmaciones de Clare Short y dice que
su país siempre actúa legalmente
AFP, DPA, REUTERS Y THE INDEPENDENT
Londres, 26 de febrero. Clare Short, ex ministra
británica de Desarrollo Internacional, desató hoy un escándalo
al afirmar que agentes de su país espiaron, mediante intervenciones
telefónicas, al secretario general de la Organización de
Naciones Unidas (ONU), Kofi An-nan, antes del comienzo de la guerra en
Irak.
Durante su conferencia de prensa mensual en Downing Street,
el primer ministro Tony Blair, visiblemente contrariado, calificó
de "profundamente irresponsables" las declaraciones de Short, y dijo que
Gran Bretaña "actúa siempre de acuerdo con las leyes nacionales
e internacionales".
Blair también afirmó que las declaraciones
de su ex funcionaria "minan la seguridad nacional", si bien no explicó
en qué forma lo estarían haciendo.
Sin
embargo, en el ámbito de la ONU parecía dudarse más
de la palabra de Blair que de la de Short. El vocero de la organización,
Fred Eckhard, exigió que se "suspendan inmediatamente" las escuchas,
si efectivamente se están llevando a cabo, e informó que
se reforzarán las medidas para prevenir la intervención telefónica
en la secretaría general.
Pero Short le respondió a Blair, en entrevista
que la cadena Channel Four divulgó por la noche: "La seguridad nacional
no está en juego cuando se dice que las llamadas de teléfono
privadas de Kofi Annan fueron difundidas de forma incorrecta, y decir esto
públicamente no representa un peligro para nadie que trabaje en
los servicios de seguridad británicos".
Antes, al ser entrevistada en el programa Today,
de BBC Radio 4, Short denunció que Annan fue espiado por Londres.
"Estas cosas sucedieron y, en el caso de la oficina de
Kofi (Annan), ocurrió durante algún tiempo", declaró,
tras añadir que ha-bía "visto transcripciones de conversaciones
de Annan".
"De hecho, hablé con Kofi Annan antes de la guerra
y me dije: 'Dios mío, habrá transcripciones y la gente sabrá
lo que dijimos el uno y el otro'".
Al ser interrogada sobre si los espías británicos
recibieron órdenes para llevar a cabo operaciones en la ONU, Short
respondió: "Sí, absolutamente".
Es "el camino de mi conciencia", explicó durante
una entrevista concedida a la cadena Channel Four, difundida a primera
hora de esta noche.
"No digo que sea un itinerario perfecto, pero es una (cuestión
de) conciencia y no tiene nada que ver con la ley sobre secretos oficiales
ni con la seguridad nacional", explicó la ex funcionaria.
"La seguridad nacional británica no está
en juego cuando se dice que las llamadas de teléfono privadas de
Kofi Annan fueron difundidas de forma incorrecta, y decir esto públicamente
no representa un peligro para nadie que trabaje en los servicios de seguridad
británicos", afirmó Short al periodista de Channel Four,
en respuesta a lo dicho por el primer ministro Blair.
"Lo que va a pasar ahora es que (las escuchas) cesarán
y Kofi Annan tendrá el respeto y la intimidad a los que tiene derecho",
predijo la ex ministra.
Preocupación en el organismo mundial
Short dimitió en mayo de 2003 al gobierno laborista
de Blair para protestar contra la intervención angloestadunidense
en Irak sin el acuerdo de la ONU.
"Siento un inmenso respeto por Annan", dijo Blair en su
conferencia mensual. "También es un amigo personal y alguien por
quien siento el más profundo respeto político. Trabajamos
extremadamente bien con Naciones Unidas", agregó.
En el ámbito de la ONU, sin embargo, las acusaciones
de Short se tomaron con seriedad. Annan dijo que estaría decepcionado
si se confirmaran estas afirmaciones, indicó su portavoz Fred Eckhard,
recalcando que sería "efectivamente ilegal".
"Hemos visto hoy las noticias de la prensa que aseguran
que los servicios secretos británicos grabaron las conversaciones
telefónicas del secretario general. Nos decepcionaría si
fuera verdad", agregó.
"Todo lo que (Annan) trate de hacer puede ser socavado
si la gente con la que habla no tiene la seguridad de que lo que le dicen
será mantenido en reserva", enfatizó Eckhard.
El vocero incluso advirtió: "Queremos que esta
acción se detenga, si realmente se está llevando a cabo,
puesto que según el derecho internacional la sede de la ONU y sus
pertenencias son inviolables".
Puntualizó: "El secretariado toma rutinariamente
medidas técnicas para hacer frente a tales invasiones de privacidad
y estos esfuerzos serán intensificados".
Eckhard recordó que el acuerdo entre Estados Unidos
y la ONU, de 1947, contiene una cláusula relacionada con la inviolabilidad
de las instalaciones de la organización internacional.
Sin embargo, el vocero afirmó que Naciones Unidas
no tomará medidas policiales ni judiciales ni demandará a
Gran Bretaña si se verifica que es cierto el espionaje.
"No vamos a ir más lejos que reafirmar el principio
de inviolabilidad de la organización e instar a los estados miembros
a cumplir sus compromisos", señaló.
Por
su parte, el embajador de Rusia en la ONU, Serguei Lavrov, declaró
a los periodistas en Nueva York que "todo esto debe ser objeto de una investigación"
de la seguridad en la ONU.
"Esto demuestra que los servicios de inteligencia británicos
al menos son muy eficientes, imagino", agregó. "Pero es ilegal".
El embajador chino ante la ONU, Wang Guangya, presidente
en ejercicio del Consejo de Seguridad, integrado por 15 países,
dijo que "ciertamente lamentamos esto si el incidente es cierto".
Las declaraciones de Short ocurrieron un día después
de que la justicia británica decidió no juzgar a Katharine
Gun, ex traductora de la Agencia de Seguridad Nacional, quien filtró
a los medios de comunicación un correo electrónico de la
depencia equivalente en Estados Unidos, en el que pedía a los servicios
de inteligencia británicos espiar a delegados de países miembros
del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El memorándum estadunidense -del cual un cotidiano
británico publicó extractos- fue enviado a las autoridades
británicas en momentos en que Washington y Londres buscaban infructuosamente
apoyo para aprobar una resolución del Consejo de Seguridad que avalara
la invasión a Irak, realizada sin el visto bueno de la ONU.
Angola, Bulgaria, Camerún, Chile, Guinea y Pakistán
eran los países nombrados en el memorándum.
La guerra dejó al consejo profundamente dividido
y Annan admitió luego que la credibilidad de la ONU había
sido cuestionada ante el mundo a causa de no haberse logrado un consenso
sobre Irak.
Analistas han sugerido que Short decidió hacer
sus acusaciones una vez que quedó claro que la justicia no encontró
crimen qué perseguir en el caso de Gun, al no poder comprobar que
la traductora puso en peligro la seguridad nacional.
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