México D.F. Sábado 28 de febrero de 2004
La protesta pacífica contra el
Consejo Nacional Electoral dejó dos muertos
Reprimen a opositores que intentaban llegar a reunión
del G-15 en Caracas
Reunión de Chávez con Kirchner y Lula;
acuerdan impulsar la integración de Sudamérica
AFP, DPA Y REUTERS
Caracas, 27 de febrero. Al menos dos personas murieron
y otras 54 resultaron heridas en enfrentamientos entre manifestantes opositores
y las fuerzas del orden, que lanzaron gases lacrimógenos para dispersar
a quienes quisieron romper el cordón para llegar a la sede la cumbre
del Grupo de los 15 (G-15).
Los disturbios se extendieron a varios puntos de la capital
en horas del mediodía, en medio de la quema de llantas, cierres
parciales de vías y saqueos de algunos vehículos, sin que
los opositores lograran su objetivo de avanzar hacia el teatro Teresa Carreño,
donde al filo de la 15.10 horas de la tarde comenzó la cumbre.
Entre
los heridos había algunos de bala, incluyendo a un soldado. Otros
dos uniformados sufrieron golpes. Aunque la mayoría de los manifestantes
lesionados presentan contusiones e intoxicación con gases lacrimógenos,
hay unas 25 personas que resultaron con heridas de arma de fuego.
Los muertos fueron identificados como Juan Carlos Lugo,
de 25 años, y Alberto Aumaitre, de 65, informó el Cuerpo
de Bomberos de la capital.
Lugo fue herido en el cuello y falleció poco después
cuando era sometido a una intervención quirúrgica en el hospital
Clínico Universitario, mientras que Aumaitre recibió un disparo
en el tórax y murió en el lugar de los hechos.
"Era una violencia anunciada", señaló el
vicepresidente José Vicente Rangel, al apuntar que esto lo habían
advertido desde la víspera en que se anunció la marcha y
el gobierno dijo que no se permitiría su paso hasta la sede la cumbre
de mandatarios.
Sostuvo que la movilización, en rechazo a la decisión
del Consejo Nacional Electoral (CNE) de cuestionar más de un millón
de firmas que solicitan un referendo contra el presidente Hugo Chávez,
fue "una acción planificada, con el formato repetitivo del 11 de
abril" de 2002, en alusión a los hechos de violencia de entonces
que llevaron a un golpe de Estado de 48 horas contra el mandatario venezolano.
Culpó de lo ocurrido a una "vanguardia de delincuentes"
de los partidos Acción Democrática (AD, socialdemócrata)
y Bandera Roja, que se declara socialista, cuyos activistas impulsaron
las acciones para romper el cordón militar y policial.
Los opositores arremetieron con piedras y palos, pero
sin lograr romper la valla que impedía el acceso a la reunión
del G-15.
El vicepresidente alegó que ante una ac-ción
"deliberada, los efectivos de la Guardia Nacional reaccionaron "como tiene
que hacerlo cualquier fuerza pública en cualquier ciudad del mundo"
en la que se efectúa una cumbre de este tipo.
Sin embargo, Rangel aseguró que la si-tuación
"está completamente dominada, lo que hay es un pequeño reducto
y el resto de la ciudad está totalmente en calma. Es un formato
repetitivo que ahora no tiene el efecto de ese año, primero porque
el gobierno de la república está alerta y la oposición
se ha deteriorado mucho".
Marcha y amenazas antichavistas
La televisión local mostró imágenes
en las que la fuerza pública cargaba con gases lacrimógenos
y toletazos contra los manifestantes. Se vio a un fotógrafo de prensa
y una mujer entre los heridos.
En esta marcha, convocada para protestar contra el fallo
del CNE, que puso en suspenso la consulta contra Chávez, algunos
marchistas afirmaron que fueron objeto de disparos por desconocidos en
la céntrica plaza Venezuela y en la adyacente avenida Libertador.
El diputado opositor Carlos Ocariz, quien estaba al frente
de la marcha, había dicho momentos antes de los disturbios que iban
a intentar pasar la valla de las fuerzas antimotines para comprobar si
el gobierno era capaz de reprimir.
Después los líderes criticaron que hayan
sido reprimidos al señalar que su intención consistía
sólo en que una comisión llegara a la sede de la cumbre del
G-15 para entregar un documento, y lamentaron que no se les haya permitido
pasar "pacíficamente".
Funcionarios del Centro Carter se entrevistaron con la
primera dama y senadora argentina Cristina de Kirchner, a quien dijeron
que el presidente Hugo Chávez podría salir fortalecido de
un eventual referendo e inclusive podría ganarlo, y que por tanto
no debería "interferir" en el proceso.
El mandatario venezolano se reunió previamente
con sus homólogos argentino, Néstor Kirchner, y brasileño,
Luiz Inacio Lula da Silva, quienes se pronunciaron en favor de "impulsar
y acelerar la integración de Sudamérica".
Hablaron también sobre temas energético,
político y geopolítico, así como en relación
a definir una estrategia frente a los organismos multilaterales de crédito.
Sólo el presidente Kirchner habló de la
situación venezolana, al abogar por que este país resuelva
sus problemas en democracia y que pueda seguir creciendo.
Dijo que seguía "de cerca" la situación
y el reclamo de la oposición de un referendo revocatorio, pero que
era "profundamente respetuoso de la autodeterminación de los pueblos",
así como "profundamente pluralista y democrático".
Durante la cumbre, Chávez propuso conformar un
fondo de deudores, instaurar un sistema de preferencias comerciales y promover
las inversiones entre países del sur, y reiteró sus críticas
a las políticas económicas del sistema neoliberal.
En esta conferencia cumbre del G-15, que concluye este
sábado, participan en realidad 19 países: Argelia, Argentina,
Brasil, Colombia, Chile, Egipto, Jamaica, Kenia, India, Indonesia, Irán,
Malasia, México, Nigeria, Perú, Senegal, Sri Lanka, Venezuela
y Zimbawe.
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