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México D.F. Sábado 28 de febrero de 2004
DISCOS
José Agustín Ramírez
El rock industrial, comercial, los farsantes y un chivo
desde Los Angeles
Molotov: dance and dense denso (*** )
EL
TERCER DISCO oficial de Molotov, banda que demuestra que sí
se puede tocar rock pesado y hip hop hardcorero, mientras se mezclan idiomas
enemigos en rudo y divertido espanglish, con letras ingeniosas,
rapeo fluido, gandallez siempre al borde del exceso y odio hacia casi todo,
como buenos raperos mafiosos y roqueros punketones. Demasiado misógino,
pero sin duda su primer disco ha sido el mejor, y aunque este nuevo material
es mejor que el Apocalpshit, y tiene mucha potencia y buena producción
del Santaolalla, la neta no es ni en sueños tan contundente, como
que la fama quiere cambiar el mensaje inicial de los Molotov, o están
más inseguros y más inconscientes, pues canciones como Noko,
parecen de otra banda mucho más convencional, mientras que Hit
me, que pretende ser una parte II de, Gimme tha power, será
lo mejor del disco, pero me temo que no es tan buena como la original.
Creo, carnales, que es tiempo de echarle más coco y menos testosterona.
Ojalá y no me manden matar.
Café Tacvba: Cuatro caminos (*** )
LOS
TACUBOS HAN dado buenas rolas y hasta buenos discos, sorprendiendo
al mantenerse honestos y exitosos, en su ecléctico y disparatado
estilo, que también ha divagado, tratando de tocar todas las tradiciones
de este país y otros más, además de coquetear con
el pop de las Flans, mientras homenajean a Jaime López. Chale. Pero
en Cuatro Caminos experimentan con ingenio en las tecnologías
modernas, intentando conservar su público roquero, y lo logran,
además, con su mejor álbum hasta la fecha, logrando un equilibrado
rock electronicón, con nuevos alientos y direcciones, quizás
demasiadas otra vez, en la palabra del metamorfo vocalista, que se dispara
como en escritura automática, soltando tantos mensajes, que a veces
uno se pierde, como si lográramos, al escucharlo, entrar en los
laberintos de su desbocado viaje lisérgico. Definitivamente una
evolución exitosa de esta banda, consentida de muchos fresas y macizos,
que ya hasta se ganó su maldito Grammy, mientras logra colarse al
festejo zapatista de los 20 y 10, lo cual no sé si sea tan respetable,
pero así es. Suertudos cabrones. Chambean, también.
El gran silencio: Super Riddim Internacional
(***)
YA
LO DIJO bastante claro la camarada Patricia Peñaloza, por lo
que no prolongaré la aburridora: este es uno de los mejores grupos
de rock del país, y su reciente disco no es excepción en
su brillante carrera, que sólo incluye tres materiales, pero tienen
una variedad tan amplia de registros musicales, que parecen varios más.
Rap, ska, norteña, cumbia y su ultra original estilo chúntaro,
todo está ahí otra vez, en esa prendida revoltura con impecable
oportunidad y gran ritmo que los caracteriza, y, sí, la única
bronca de su nuevo material es la rola que le da nombre, que ya
es un autoplagio, y hacerle demasiado a los cumbiancheros sabrosones, opacando
sus múltiples talentos. Ojalá y así se les quite lo
gruperos, y amachinen con la banda maciza.
Control machete: 1, 2, bandera (**)
EL
CONTROL MACHETE sobrevive, ya sin Fermín IV, pero el Toy se
rifa solo, consiguiendo mantener el vuelo, más planeando que agarrando
altura, aunque el estilo de ambos, Mc y Dj, es neto y guarro, aún
suena (a veces) del barrio, oscuro y ominoso, gandalla, pero también
fresón y muy moderado para ser hip hop cholo, pues ya no
suenan tan gangsta rap como en sus inicios, sino más líricos
y nocturnos. Sólo les falta un poco a voz e instrumentación
para ser realmente memorables, pues a veces uno fresea y el otro amachina,
pero de repente no se salvan, y el vocal suena burguesón cuando
intenta ser cachondo o algo así, y frente a los otros raperos que
invitan a la rola En el camino (más comprensibles), es evidente
que el estilo de arrastrar palabras, falta de dicción y rimas sin
sentido del Toy, aunque fluyen y suenan bien, tal vez son un disfraz para
la carencia de un mensaje más contundente, como quisiéramos
los amantes del buen hip hop; eso y una actitud altanera, rebelde y violenta,
narración fiel de la decadencia callejera. Es buen material, pero
sin ninguna rola como el Sí, señor, que marcara
los Amores perros. La neta está mejor el rollo que
agarró el Toy con Resorte, y de hecho, vatos como el Cartel
de Santa o El Chivo, que también hizo su debut en Los Angeles, (Criminal
recordings, 2003) demuestran lo duro que puede ser el hip hop azteca,
mientras el absurdo cover de la tropicalosa Genio del dub,
de los Fabulosos Cadillacs, con que cierra el 1, 2, bandera, hace
ya obvia la confusión, inseguridad y timidez con que Control machete
se ha convertido en dudoso pionero y líder de este ritmo negro en
nuestra Tierra del Sol.
Julieta Venegas: Sí (**)
YA
NI DEBERIA de poner a esta reinita en una lista de rock mexicano, porque
este tercer disco de la Julieta es tan empalagosamente pop, a pesar de
ser muy accesible, estar bien armado y producido; también resulta
un tanto melosodioso, pues Julieta alguna vez sonó mucho más
alternativa, más inocente, pero real e inteligente. Y aunque hay
buenas rolillas como A tu lado o Nada serio, todo
el material es terriblemente acaramelado, rosado y comercial, con menos
acordeón y más juguetes electrónicos, por lo que se
extraña a la Venegas De mis pasos, Sería feliz
(¿será por eso que el cd incluye todo esto en video?) o la
ya lejanísima Pobre de ti, que escribió para la extinta
Tijuana No. Pues ahora Julieta dice Sí, pero yo le digo nel,
mi reina, me temo que no, especialmente por esa portada tan ñoña
con el trajecito de novia, joder, ojalá que no se case con esta
frívola desviación de su camino amarillo, que antes brillaba
como ladrillos de oro. Regresa hermana, regresa, por favor.
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