.. |
México D.F. Lunes 1 de marzo de 2004
Iván Restrepo
Coronado y el medio ambiente
En estos días se ha comentado en algunos medios, y especialmente en La Jornada, el proyecto de establecer en la isla Coronado, Baja California, una terminal para recibir gas, procesarlo y enviarlo a Estados Unidos. Es un negocio de la poderosa trasnacional Chevron-Texaco al que también se han unido Shell y Exxon.
Este intento de levantar en aguas nacionales una cabeza de abasto de gas hacia Estados Unidos se une a otros que también han recibido severas críticas de la ciudadanía y de los científicos. Como por ejemplo el de la empresa Sempra, en Costa Azul, a 30 kilómetros de Ensenada, donde existe el matorral costero mejor conservado de América del Norte que por su riqueza en flora y fauna únicas figura en la lista de conservación mundial de especies y hábitat. Pese a ello, el proyecto cuenta con todos los permisos ambientales y de uso del suelo. Si se realiza habrá que convencer a las ballenas de que cambien su ruta de migración porque lo hacen precisamente por donde estaría la terminal de Sempra. El gas para esta planta, inicialmente sería adquirido a muy bajo precio en Bolivia, de donde sería sacado por un puerto chileno, ya que no cuenta con costa al Pacífico. Esta propuesta, sin embargo, se sabe que le costó el cargo al presidente boliviano. Ahora piensan traer el hidrocarburo del Sudeste Asiático.
En cuanto al negocio en Coronado no se ha dicho que es la novena isla en extensión del Pacífico norte de México, cuya superficie abarca nueve kilómetros cuadrados en los que existen desde tiempos milenarios flora y fauna únicas: 11 tipos diferentes de lagartijas, una serpiente no venenosa -Masticophis Flagellum-, así como numerosas aves marinas de hábitos nocturnos, resultado de una larga evolución que desarrollaron para protegerse de depredadores, aprovechando la "subida" de peces a la superficie del mar durante la noche para alimentarse de ellos. Cualquier cambio en la iluminación de la isla y sus áreas adyacentes afectaría a estas aves. Alrededor de la isla hay un bivalvo muy preciado por los gourmets que ha sido sobrexplotado y hoy se encuentra en peligro de desaparecer: el callo de hacha.
En Coronado la Chevron-Texaco no construiría una plataforma para recibir el gas, sino una isla artificial y otras instalaciones, fiel copia de las que construye en el Golfo de México, frente a la costa de Louisiana. Aunque los funcionarios sostienen que dar en concesión la isla por 30 años no crea problemas al ambiente ni afecta la soberanía nacional, porque es un sitio sin utilidad práctica para el país que puede convertirse en algo provechoso ya que así México obtendría ingresos y parte del gas que necesita la zona norte, científicos de México y de Estados Unidos piensan de manera muy diferente. En una reunión celebrada la semana anterior concluyeron que una isla artificial en Coronado causará problemas al medio y ningún beneficio a México, pues su papel se restringiría a renviar gas a la costa oeste de nuestro vecino y socio comercial. En el plano de seguridad nacional entregar Coronado para que sea usada como terminal gasera es ponerla en las manos menos convenientes y a unos cuantos kilómetros de la base de la séptima flota del guardián del universo.
Además, como en California la legislación está obligando a las compañías energéticas a ser más eficientes, se espera que en el mediano plazo haya exceso de gas natural en las terminales instaladas en México, lo cual hará que baje de precio. El combustible barato alentaría instalar en Baja California industrias "sucias" muy contaminantes, como son las de acero y aluminio. Esto sería la ruina ambiental para la costa del Pacífico Norte de nuestro país, tan rica y frágil a la vez desde el punto de vista ecológico. Y otra cuestión importante que nuestros "patriotas" funcionarios no consideran: si las obras que construye Chevron-Texaco y sus aliados son tan seguras y no atentan contra el ambiente, como dicen sus directivos, Ƒpor qué no las levantan en la costa de California? En Oceanside, en el condado de San Diego, donde ubicarían su isla flotante en caso de que nuestro país no les entregue Coronado. Así todos ganaríamos: México, al no ceder soberanía ni poner en riesgo sus recursos naturales y la ecología de una de las regiones más importantes en su tipo del planeta, y la influyente trasnacional estaría a gusto en su propia tierra.
|