México D.F. Lunes 1 de marzo de 2004
Más de 126 mil personas ingresaron a
la feria, calculan
Cuando menos, creció 10% la asistencia a Minería
CESAR GÜEMES
La clave de la lectura, dice Fernando Macotela, titular
de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, está
en gran medida en la familia: ''Lo importante es que mediante programas
como Hacia un País de Lectores se creen iniciativas que auspicien
la lectura en familia. En ese núcleo está una de las claves
que no podemos dejar de atender". El ensayista y promotor cultural anunció
que en un corte preliminar entraron a la feria 126 mil 186 personas, lo
cual representa un crecimiento real no menor a 10 por ciento en relación
con el año pasado. Cinco de los libros más vendidos durante
el encuentro fueron Diablo Guardián, de Xavier Velasco; Harry
Potter y la orden del fénix, de J. K. Rowling; Rayuela,
de Julio Cortázar; RecetaRius, de Rius, y El mundo de
Sofía, de Jostein Gaarder.
Macotela da cuenta de lo anterior luego de 10 días
en que el encuentro libresco estuvo abierto: ''Hay un gran interés
del público por acudir a la feria -dice el también catedrático-,
y no sólo por visitarla, sino por adquirir libros. Nuestra feria
tiene un público leal. Desde siempre ha habido un grupo de mexicanos
interesados en leer entre los que se cuentan nuestros asiduos.
"Creo que las ferias son trabajos a los que es preciso
dar apoyo porque estimulan la lectura. Debemos continuar con ellas y ya
cada feria sabrá con qué programas sirve a su público.
En el caso nuestro, reforzar la oferta editorial con programas culturales
es lo que nos hará leer o leer más".
Si
bien este último domingo de la emisión número 25 de
la Feria de Minería mostró una afluencia que implicó
en varios momentos de la tarde que la fila para adquirir boleto llegara
por lo menos al Palacio Postal, Macotela prefiere tomar con cuidado las
estadísticas de lectura que se ofrecen de tanto en tanto en el país:
''No hay que llevar las estadísticas a ninguno de los extremos sino
buscar el justo medio'', explica, y da un ejemplo: ''con nosotros ha estado
en dos ocasiones Juan Domingo Argüelles para dar a conocer algunos
de los puntos de vista de su libro, Qué leen los que no leen.
Y a través de su análisis, que se acerca mucho al justo medio,
nos permite entender que no podemos ser terminantes con las personas que
se acercan con cautela a los libros, pero sí acuden a las publicaciones
semanales.
''Un país crece, en cuanto a lectura, poco a poco,
y precisamente por eso no vamos a despreciar a quien lea una fotonovela
o una publicación ilustrada. Si alguien empieza así es muy
posible que luego se interese por novelas, si se quiere ligeras, pero ya
con una trama más avanzada, y eso lo llevará, paso a paso,
al resto de la literatura que sea de su interés personal. Lo mejor
es que cada quien se acerque a los libros por el camino que más
transitable le parezca".
Lo único que no podemos hacer -señala Macotela-
es obligar a nadie a leer, mucho menos a los niños, porque entonces
se pierde, primero, a un potencial lector adolescente y, luego, al adulto.
Y hace una propuesta concreta: "Lo importante es que mediante programas
como Hacia un País de Lectores se creen iniciativas que auspicien
la lectura en familia. En ese núcleo está una de las claves
que no podemos dejar de atender. Es muy evidente que los padres que adquieren
libros para sus hijos y los acompañan en el proceso de comprensión
logran mucho más que con medidas forzosas.
''Por otra parte, dejar todo en manos de los profesores
y de las políticas de lectura de cada escuela, es injusto, porque
en una escuela lo que se enseña es todo un programa específico
y no necesariamente el gusto particular por la lectura.''
-Si bien la feria no está pensada para crecer,
en parte por su circunscripción al Palacio de Minería, observamos
que aumentó en número de visitantes.
-Desde el punto de vista físico sabemos que en
esta ocasión nos visitaron más personas en días en
que, en años anteriores, el número de interesados decrecía.
Esto es: lunes, martes y miércoles creció la cifra de personas
que entraron a la feria.
"Luego, tenemos un estimado interesante: los fines de
semana aumenta la venta de todos los libros, pero más de aquellos
considerados best-sellers, mientras entre semana las editoriales
que crecen en ventas son las que manejan títulos especializados.
Eso es muy interesante y ahora ya lo entendemos gracias a que hemos hablado
con los editores y con los visitantes".
Una de las explicaciones del crecimiento de la afluencia
es, según señala el ensayista y promotor cultural, el fortalecimiento
y multiplicación de programas de lectura al interior de la feria:
"Al público le pareció muy interesante escuchar la lectura
en voz alta. La poesía dicha, por ejemplo, va para arriba desde
hace cuatro años. En cuanto a la lectura de libros completos hemos
aprendido que hay algunos que le llegan más al asiduo que otros
y eso nos permite determinar cuáles serán las propuestas".
La conclusión de Fernando Macotela este domingo
en que cerró sus puertas la Feria Internacional del Libro del Palacio
de Minería es determinante: "Al público nunca hay que subestimarlo,
jamás".
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