México D.F. Lunes 1 de marzo de 2004
Cuerpos sucesivos, reciente novela del
autor español
La mujer se enamora de quien le da batalla imaginativa:
Manuel Vicent
CESAR GÜEMES
Plantea Manuel Vicent en su más reciente novela,
Cuerpos sucesivos (Alfaguara), que a las personas las define la
pareja que eligen. Y afirma, en entrevista, que las mujeres vinieron al
planeta a pasarla bien y bailar el chachachá, porque en tanto seres
más realistas que los varones, resultan siempre más imaginativas.
Cuerpos sucesivos es una novela con un trabajo
particularmente cuidadoso con el lenguaje, y sobre esa labor dice Vicent:
"A medida que avanzo en el oficio he considerado que la sencillez es una
conquista; escribir claro y directo es un trabajo arduo. Llegar al fondo
de lo que uno quiere expresar y que el lector pueda mirar en el texto como
si viera el fondo de un estanque de agua limpia es una meta muy buscada.
Y eso normalmente se consigue al final de una etapa o experiencia literaria".
La
mayor dificultad de la obra, sin embargo, no radicaba sólo en la
técnica, sino en el tema, dice el escritor, quien obtuvo en 1999
el Premio Alfaguara: ''Este es un libro en que las pasiones son tumultuosas
y que aborda directamente al amor. Sabía que con una sola línea
podía poner en ridículo a todo el libro. El peligro de caer
en el romanticismo idiota o en la cursilería era muy grande. A esta
altura de los tiempos se puede ser malvado, ladrón o asesino, pero
no cursi; la cursilería no encaja en el siglo XXI. Y como de hecho
la materia amorosa bordea siempre la cursilería, la forma de eludirla
es que las palabras sean metálicas; es necesario ahorrar adjetivos
y buscar que sean los verbos los que califiquen''.
-Parece que el derecho a la cursilería se ha perdido,
a diferencia del que ejercieron los relajados habitantes del siglo XIX.
-Lo que pasa es que en aquel momento no sabían
que nosotros los íbamos a calificar de cursis. El juicio viene siempre
a posteriori. En cambio, hoy sabemos que cabalgamos un tigre y vemos
crecer la hierba, hecho que sucede a una velocidad asombrosa. Hoy miramos
como cursis a los que en siglo XIX pensaban que lo suyo era la cima de
la pasión y la sabiduría amorosa. En la actualidad sabemos
que tan llega al corazón un navajazo como una palabra bien empleada
y que la violencia une. Sabemos que nada hay más unido que el asesino
y la víctima, y también somos conscientes de que a una mujer
se la puede encender con palabras, aunque esas palabras con los días
que corren hayan de ser de un voltaje muy alto.
-Dice su narrador que la persona se define por la pareja
que elige.
-Por la que se elige y no tanto por la que se soporta.
Hoy nos define todo: somos lo que la gente cree que somos. Tenemos una
identidad biológica y digital, pero somos lo que la sociedad califica.
El sitio en que se vive, el trabajo que se practica, el salario que se
percibe y la pareja con la que se vive, nos definen ante los demás.
Lo que le da volumen a nuestra existencia es la mirada de los otros y no
parece haber salida: vivimos de manera exterior.
-¿Cómo hace para evadirse de ese condicionamiento
y dedicarse a lo suyo?
-No tengo una edad como para saltar charcos. Ahora sé
cuál es mi medida. Es muy notorio que hoy nadie tiene tiempo para
leer. Las personas llegan a casa prácticamente a dormir. Y hay quienes
antes de ir a la cama leen un libro. Es raro, pero se da. Si uno escribe
de forma que ese lector abra el libro en cualquier parte y le encuentre
sentido, aunque después se duerma, entonces habrá logrado
conseguir lo que todos buscan, despertar interés y ser claros en
lo escrito.
''Los textos que trabajo para el periódico también
son literarios, y estoy al tanto de que si se lee será en un ascensor,
una oficina, una sala de espera, un transporte público o en el cuarto
de baño. Si se lee, habremos conseguido colar un poco de literatura
en medio del fragor en que transcurren nuestros días.''
-En otra de las líneas del argumento señala
que una mujer en peligro prefiere a un héroe que a un poeta.
-Pero pasado el peligro se queda con el poeta. Las mujeres
vinieron a este mundo a pasarla bien. Son más realistas que los
varones y por tanto más imaginativas. Al contrario de lo que parece,
el realismo es imaginación. Las mujeres son más realistas
que los hombres y han venido a este planeta a bailar chachachá.
Todo lo que el hombre les proporcione de imaginación y alegría,
lo aceptan encantadas.
''Una mujer puede llegar al heroísmo con un hombre,
lo mismo limpiarle la baba a los 95 años que seguirle si acaba de
atracar un banco, pero en cuanto a enamorarse hasta el fondo lo hace sólo
del que la hace reír y le da batalla imaginativa. Al resto sólo
los quiere, y eso está planteado en la novela.''
-De algún modo Cuerpos sucesivos podría
tomarse, además de como una novela, como un manual de convivencia.
-Curiosamente es casi como una novela pop: no tiene una
narración sucesiva sino superpuesta, como un cuadro en el cual hay
varios objetos familiares unidos por el mismo lenguaje plástico.
En este caso creo haber reunido diversas formas de entender la relación
amorosa, formas que están al alcance de cualquiera. De suerte que
no es una obra autobiográfica, sino biográfica, porque a
cualquiera puede pasarle lo que aquí digo, si no es que le ha pasado
ya o sueña con que le pase.
|