México D.F. Martes 2 de marzo de 2004
Powell niega la versión del ex presidente
haitiano; "son tonterías", dice la Casa Blanca
No renuncié; fui víctima de un golpe
orquestado por EU: Aristide
"Estuve 20 horas en un avión sin saber adónde
me dirigía", sostiene el ex mandatario
Se violó la carta de la OEA que nos obliga a
apoyar gobiernos democráticos: Christopher Dodd
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 1º de marzo. El ex
presidente haitiano Jean Bertrand Aristide denunció hoy haber sido
secuestrado como parte de un golpe de Estado orquestado por el gobierno
de Estados Unidos, mientras algunos legisladores estadunidenses pidieron
una investigación sobre el papel de Washington, y un senador denunció
que la Casa Blanca pasó por alto la Carta Democrática de
la OEA al negar asistencia al gobierno de Aristide.
"Este fue un golpe de Estado de estilo moderno a través
de un secuestro", declaró Aristide en una entrevista telefónica
con CNN desde la República Centroafricana. "Soy víctima de
un golpe de Estado", añadió al acusar a Estados Unidos de
orquestar su derrocamiento.
El secretario de Estado, Colin Powell, negó categóricamente
que su gobierno haya secuestrado a Aristide, pero esta noche el ex líder
haitiano sostuvo que Washington miente. Aristide salió de Haití
el domingo en un avión estadunidense, y esta noche dijo que viajaba
como prisionero. "Estuvimos 20 horas en el avión sin saber adónde
íbamos, y sin derecho a comunicarnos con nuestra gente", declaró
Aristide a CNN.
El
senador demócrata Christopher Dodd señaló que el asunto
no es si Aristide fue secuestrado o sólo obligado a salir de Haití.
"El hecho es que le dijimos (el gobierno estadunidense): te puedes quedar
y ser asesinado, o puedes salir. Esa no es una salida voluntaria", dijo
Dodd. "El gobierno (de Bush) es cómplice al limitarse a observar
a un gobierno democráticamente electo dejar el poder. No ofrecimos
ninguna asistencia, a pesar de que firmamos la carta democrática
de la Organización de Estados Americanos, que nos obliga a ofrecer
asistencia a cualquier gobierno democráticamente electo que lo solicite".
El New York Times también condenó
a La Casa Blanca por no actuar en defensa de un gobierno democráticamente
electo. El gobierno de Bush, escribió en su editorial, "está
dispuesto a pasar por alto la legitimidad democrática para permitir
la remoción de un líder que le disgustaba y del que desconfiaba".
Esta mañana Aristide declaró más
o menos lo mismo en una conversación telefónica desde su
exilio en Africa con la representante demócrata Maxine Waters. "El
mundo tiene que saber que fue un golpe", declaró Aristide a la legisladora,
que citó al ex gobernante: "fui secuestrado, me sacaron; eso fue
lo que ocurrió: no renuncié, no me fui voluntariamente, me
obligaron a salir". El mandatario agregó que se sentía como
"si estuviera en la cárcel".
El representante federal Charles Rangel, quien también
habló con Aristide por teléfono hoy, dijo que éste
no sabía siquiera adónde lo conducía el avión
estadunidense que lo sacó de su país. Rangel declaró
a CNN que Aristide empleó la palabra "secuestrado" varias veces
durante la conversación.
Randall Robinson, ex director de la organización
no gubernamental Transafrica, también habló con Aristide.
"Dile al mundo que es un golpe, que soldados estadunidenses me secuestraron",
fue lo que Aristide le dijo, indicó Robinson.
Tanto los legisladores como Robinson afirmaron que Aristide,
en conversaciones por separado, declarando que Luis G. Moreno, el subjefe
de misión de la embajada de Estados Unidos en Haití, llegó
a su casa con un contingente de marines. "Le dijo que tenía
que salir ahora, o que él y muchos más haitianos serían
asesinados."
Aristide dijo que Moreno le informó que ex policías
haitianos y el líder rebelde Guy Philippe marchaban hacia Puerto
Príncipe con ex integrantes de la FRAPH, agrupación paramilitar
que había sido patrocinada por la CIA.
El Miami Herald citó hoy en una nota de
su sitio de Internet la declaración de un hombre que participó
en la salida del ex mandatario de Haití: "para Aristide, llegaba
el momento de decidir si salía en un jet Lear o en una bolsa
como cadáver". El abogado del ex presidente en Estados Unidos, Ira
Kuzban, acusó este lunes en rueda de prensa en Nueva York que los
marines estadunidenses habían secuestrado a Aristide de su
casa en Haití y por la fuerza lo llevaron al aeropuerto para sacarlo
del país.
La Casa Blanca y el Pentágono tuvieron que negar
varias veces estas versiones en el transcurso del día. El vocero
de la Casa Blanca, Scout McClellan, rechazó que Estados Unidos hubiera
secuestrado a Aristide, e insistió en que esas versiones eran "tonterías".
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, también rechazó
las versiones: "estaría absolutamente asombrado" si tal fuera el
caso, y dio a entender que las versiones promovidas por los legisladores
eran mentira.
Señaló que Estados Unidos encabezará
la fuerza interina de paz aprobada por la ONU en Haití, adonde arribarán
más soldados estadunidenses, que podrían llegar a un total
de mil 500 a 2 mil de una fuerza multinacional de 5 mil.
El gobierno de George W. Bush había aplicado intensa
presión económica y política sobre el régimen
de Aristide durante los últimos tres años, y en los últimos
días no ocultó su deseo de que el presidente haitiano abandonara
el poder. Pero las acusaciones del mandatario ahora exiliado sugieren que
Washington tuvo un papel clave para derrocar al primer presidente electo
de Haití en 200 años de independencia.
Colin Powell negó que su gobierno hubiera secuestrado
a Aristide. Pero en respuesta a quienes han considerado que Washington
debió haber hecho más para apoyar al gobierno constitucionalmente
electo, a fin de evitar el derrocamiento, sostuvo: "esa no hubiera sido
la respuesta correcta porque necesitamos una dinámica política
nueva; necesitábamos que el presidente se fuera o un acuerdo entre
todas las partes".
Ningún funcionario aquí niega que se hubiera
intensificado la presión sobre Aristide para que dejara el poder
en los últimos días. Varios medios habían reportado
que funcionarios estadunidenses habían advertido a Aristide que
Washington no lo protegería. Aristide tenía un contingente
de guardaespaldas privados en Puerto Príncipe, pero el Miami
Herald reportó hoy que cuando el gobierno haitiano intentó
solicitar más guardaespaldas a la empresa privada de seguridad,
con sede en Estados Unidos, funcionarios de la embajada estadunidense la
advirtieron a ésta que no enviara a nadie más a ese país.
Un fin de semana "sospechoso"
Para el ex embajador estadunidense en Haití, Robert
White, la secuencia de hechos en la isla este fin de semana era "muy sospechosa".
En entrevista con La Jornada, White, ahora presidente del Centro
para Política Internacional, agregó: "hemos presionado al
libre y constitucionalmente electo presidente de Haití a abandonar
su puesto y dejar el país.
Hicimos esto ante las incursiones de figuras muy sospechosas
y desagradables que habían sido expulsadas de las fuerzas armadas
de Haití, y que volvieron apoyadas -hay algunas razones para creerlo,
aclaran- por las fuerzas armadas estadunidenses."
White señaló que el año pasado Haití
había solicitado al gobierno de la República Dominicana la
extradición a Haití de Guy Philippe, un líder de los
grupos "rebeldes" que hoy marcharon por Puerto Príncipe. "El gobierno
de República Dominicana preguntó a la embajada de Estados
Unidos cómo responder a la solicitud", contó White, y agregó
que los estadunidenses respondieron que Philippe no debería ser
extraditado.
El Boston Globe informó este lunes que las
fuerzas armadas estadunidenses reconocieron haber descubierto que algunos
de los 20 mil rifles M-16 entregados al gobierno dominicano no pueden
ser contabilizados y podrían haber terminado en manos de los sublevados
haitianos.
Estados Unidos, particularmente a través de la
CIA, tiene una larga historia de apoyo de las fuerzas policiacas, militares
y paramilitares anti Aristide. White señaló que los líderes
de la FRAPH habían estado en la nómina de la CIA durante
años. Aun después de que el gobierno de Bill Clinton restauró
al gobierno de Aristide, Washington permitió que un golpista y ex
líder de ese grupo recibiera refugio en Brooklyn, Nueva York, y
rehusó entregar documentos oficiales que podrían ser utilizados
para enjuiciar a varios ex integrantes de la FRAPH en Haití.
El derrocamiento de Aristide es un tremendo golpe para
el país, ya que marca el fin del primer gobierno democráticamente
electo de Haití y del único líder político
que voluntariamente dejó el poder al concluir su mandato, afirmó
el embajador White en entrevista con La Jornada. Recordó
que Aristide desapareció a las fuerzas armadas de su país
y dijo que una pregunta ahora es si Estados Unidos reconstituirá
esa fuerza, la cual tiene una larga historia de corrupción y brutalidad.
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