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México D.F. Jueves 4 de marzo de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
Del verbo gestionar
El toque femenino
Bejarano, el operador de confianza
El PRD y las complicidades
LA CLAVE EN LA descomposición que hoy viven el PRD y el gobierno capitalino es la pareja empresarial constituida por Carlos Ahumada Kurtz y Rosario Robles. El 26 de mayo del año pasado, en uno de dos Astilleros consecutivos dedicados al tema, se escribió que el personaje nacido en Córdoba, Argentina, en 1964, "ha hecho fortuna concurriendo a la arena siempre bajo sospecha del contratismo, en especial haciendo negocios de construcción con gobiernos priístas, panistas y perredistas en delegaciones políticas de la capital del país". En aquellas entregas se advertía que "perredistas de prosapia hay que llegan al extremo de avizorar signos de infiltración del salinismo en la cúpula de su partido a través de Ahumada Kurtz, gran amigo de Ignacio Morales Lechuga, quien fue procurador capitalino y federal de justicia durante el sexenio del ex presidente hoy activísimo en política, y que ha sido notario público de muchas operaciones del empresario al que el sol azteca hoy bien calienta. Robles, según sus apasionados opositores internos, habría cambiado vertiginosamente su forma de vida de manera inexplicable, o solamente explicable a partir de la prosperidad de un empresario beneficiado por el poder perredista". Tales fuentes internas aseguraban a este tecleador que Robles se había cambiado a "una lujosa residencia que fue propiedad de Guadalupe Rivera Marín, en la zona de San Angel (...) Además relatan viajes familiares, usos aéreos, compras de vestuario y otros gastos que les llenan de azoro".
FUENTES INFORMATIVAS DE similar confiabilidad a las que en su momento alertaron sobre la desatada vocación empresarial de la pareja mencionada, ahora han asegurado a esta columna que en el escándalo del financiamiento de Ahumada a campañas electorales perredistas la parte femenina de esa pareja habría asumido con frecuencia el papel de abierta gestora, no sólo en delegaciones políticas del Distrito Federal, sino incluso en estados en los que consideraba tener especial influencia, como el de Michoacán, donde habría pretendido cerrar un negocio de 300 millones de pesos. Indicios de esas gestiones femeninas de alto nivel estarían presentes en la delicada investigación del gobierno capitalino sobre el Grupo Quart, que Andrés Manuel López Obrador había ordenado dar a conocer la mañana del lunes, aunque el procurador Bernardo Bátiz pidió más tiempo para poder integrar mejor las averiguaciones, con lo que dio tiempo al revire en video que informó la noche de ese lunes del secretario de finanzas apostador.
AHUMADA QUE AYER volvió a estremecer al aparato capitalino de gobierno al exhibir a René Bejarano como en escena de películas de mafiosos, recibiendo fajos de billetes y acomodándolos en un portafolio e incluso en las bolsas del saco ejecutivo. Golpe directo a la línea de flotación de López Obrador, pues Bejarano era hasta ayer su operador político de más confianza, sobre cuya base social (la corriente denominada Izquierda Democrática, de larga y densa historia de corporativismo y prácticas clientelares al mejor estilo priísta) había construido el tabasqueño su plataforma para ganar la jefatura de gobierno, y a cuyo oficio político sombrío había encomendado el nacido en Belén, Macuspana, el tejido de una parte importante de la red paralela al PRD que le lanzará a la Presidencia de la República. Bejarano que siempre había rendido buenas cuentas políticas a un jefe deseoso de no enterarse de qué manera se habían conseguido los resultados que luego serían blanqueados con prosa de presuntas buenas intenciones.
SIN EMBARGO, LA BALA mediática que atravesó a Bejarano y ha salpicado a López Obrador, también significa daño mortal para el propio Ahumada, que así confirma la conocida especie de que se había dedicado en años recientes a cortejar económicamente a perredistas en trance de ocupar cargos públicos, o que ya estaban en ellos, para hacer negocios mediante los cuales le devolvieran al dueño de los equipos Santos y León las inversiones originales, de preferencia con excedentes que luego serían repartidos con gran camaradería. La prostitución del oficio político perredista no se ha dado, sin embargo, sólo a partir de la aparición del empresario favorito de una fracción del perredismo. De hecho, a lo largo del país, el pegamento que mantiene unida a buena parte de los militantes del partido del sol azteca es el de las complicidades, pues un notable número de ellos está regido por el sentido del chantaje económico, de la venta o el alquiler de las siglas o las declaraciones (en favor o en contra, apasionadas o ligeras) para gobernantes diversos, por la búsqueda de los negocios y el agandalle.
NO ES EXAGERADO DECIR que a partir de los escándalos recientes con los que se ha bombardeado a López Obrador (y el gusto declarativo con que le han arreado algunos de sus presuntos compañeros de partido, que en realidad son competidores por el 2006) ese aparato de convivencia a fuerza que se ha llamado PRD estaría en ruta de necesaria desaparición. Los agravios entre López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas, así como el papel de la pareja empresarial Ahumada-Robles, parecieran hacer inviable cualquier posibilidad de recomposición real, a menos que se estableciera un nuevo pacto sucio de reacomodos en busca de botines políticos venideros. Ayer, René Bejarano pidió licencia, en tanto se aclara su situación, para dejar no sólo su asiento en la Asamblea Legislativa y la jefatura política de ese órgano, sino también la militancia partidista. ƑNo habrá llegado el momento de que otros, y otras -como diría el Presidente que sigue montado en hacer creer que la desgracia de la corrupción sólo ha caido en los corrales de sus vecinos y no en el propio- tomen decisiones similares? (šChin: ya ni tiempo hubo, Ƒqué pasa en Radio Red?) Fax: 5605 2099 [email protected]
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