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México D.F. Martes 9 de marzo de 2004
René Drucker Colín
Con todo y todo, yo con el PRD; hay diferencias
Lo que ha sucedido recientemente con el PRD, o más
bien en él, me ha dejado un poco entumecido. Pienso que los medios
de comunicación lo han dicho todo y que ya no hay mucho más
que añadir al respecto de los casos en particular. De hecho, así
como se ha construido el partido en los últimos años, es
hasta sorprendente que no le hayan brincado más problemas de corrupción,
pues como escribí hace algunos meses, a través del tiempo
se incluyó en el PRD a los inincluibles, se aceptó a los
inaceptables y se aglutinó a los oportunistas, además de
hacer a veces alianzas incomprensibles. Pero, bueno, tarde o temprano lo
que no cuadra aparece y persigue además de persistir. O, como dicen:
marido que no es casero, canta en otro gallinero.
Pero de todo lo que se ha dicho, poquísimos han
apuntado hacia un punto que a mí me parece muy importante destacar.
No cabe duda de que hubo corrupción en todos los actos mostrados
en los videos, más lo que se descubra aun sin videos, pero a diferencia
de otros partidos, el PRD procura tomar acciones concretas y se preocupa
por encontrar mecanismos de castigo. Si son o no suficientes, si son o
no correctos, si son o no adecuados, se verá a través del
tiempo.
Sin embargo, hay que decir que a diferencia de los otros
partidos, el PRD procura atender, bien o mal, pero atender los problemas
de corrupción. En los otros partidos lo único que se hace
cuando se destacan o descubren actos de corrupción es procurar encubrirlos
y defender a toda costa al cúlprito. Eso fue lo que vimos con el
negocito familiar llamado Partido Verde. Una penosa defensa de un niño
cachirul, en lugar de una condena partidista que lo debía haber
hecho desde hace tiempo, mandándolo con una beca (a ver si se instruye,
aunque sea un poco) a las islas Fidji. El PRI defendiendo al indefendible
Romero Deschamps del Pemexgate. Bueno, y no se diga a Gordillo y
legiones de otros, que aunque no haya videos, su partido los debía
de haber expulsado desde cuando. Y el PAN, defendiendo a la deleznable
Vamos México, en lugar de tener una posición digna al respecto
de este fideicomiso.
En fin, ejemplos hay muchos, pero ningún partido
se ha preocupado jamás por hacer una condena pública de alguno
de sus miembros, ya no se diga expulsarlo, bueno, ni siquiera considerar
expulsarlo del partido por algún asunto de corrupción. Al
contrario, parece que hasta los premian con puestos de lujo, porque siempre
reaparecen los mismos, hagan lo que hagan.
No, todavía hay diferencias: en el PRD hay preocupación
por mantener cierto grado de honorabilidad. Siempre habrá manzanas
podridas, el problema es no hacer nada cuando se detectan como en todos
los otros partidos. Por eso, con todo y todo, el PRD sigue siendo el único
partido fiel al origen que lo vio nacer, de defender un proyecto de nación
que contempla como prioritario luchar por la soberanía nacional
y el ejercicio público honesto.
Ojalá con esto que ocurrió el PRD pueda
y quiera mirar hacia adentro y reconstruirse, pues adentro hay gente muy
honorable, cuyas metas, me consta, tienen mucho más que ver con
el desarrollo de una nación independiente y fuerte que con objetivos
estrictamente personales. En la reconstrucción, por favor, fíjense
con quién se asocian. Con todo y todo, yo todavía le apuesto
al Partido de la Revolución Democrática
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