México D.F. Miércoles 10 de marzo de 2004
ENTREVISTA /CARLOS MONTEMAYOR, ESCRITOR
Canibalismo y agresividad, signo del PRD en la crisis
actual
SE PASA POR ALTO EL DESMANTELAMIENTO DE LOS RECURSOS
DE LA NACION
Hay un ataque frontal contra el Gobierno del Distrito
Federal, y es lógico que esos ataques provengan o sean aplaudidos
por PAN, PRI o el gobierno federal, pero lo increíble es que a estos
esfuerzos se sumen los propios cuadros perredistas
JUAN MANUEL VENEGAS
En el caso de la relación de algunos de sus integrantes
con el empresario Carlos Ahumada, el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) ha mostrado "su total incapacidad" de mantener lazos firmes de unidad
y un "canibalismo y agresividad" que ponen en riesgo la credibilidad del
partido, afirma el escritor Carlos Montemayor. Dice que es "evidente" que
hay una línea de ataque frontal hacia el gobierno de la ciudad de
México, y que es "lógico" que esos ataques provengan o sean
aplaudidos por PAN, PRI o el gobierno federal, "pero lo que es increíble
es que a estos esfuerzos se sumen los propios cuadros perredistas".
Subraya que esta "fiesta de caníbales" en el PRD
descalifica de entrada al partido, pero no al jefe del Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador. Prevé, inclusive,
que una vez que las autoridades judiciales diriman, aclaren y concluyan
sobre estos casos de corrupción, permitirán una recuperación
"mucho mayor de la causa" del gobernante capitalino que del instituto político.
Inmadurez,
ingenuidad, torpeza y sus históricas confrontaciones internas sin
resolver es lo que está dominando al perredismo en estos momentos
-advierte-, pues es absurdo que ante denuncias como las exhibidas en los
videos transmitidos por la televisión, en un contexto gubernamental
donde las situaciones y campañas mediáticas son características
esenciales, "reaccione por encima de la integración de una averiguación
previa".
Los perredistas siguieron el "juego mediático"
que ha caracterizado a la administración de Vicente Fox, y por falta
de autocontrol tomaron como "cosa juzgada" la imagen de los videos y "procedieron
a su autoinmolación"; la sensatez y la reflexión indicaban
que el mejor camino era integrar una averiguación por las autoridades
competentes, llevar el proceso judicial hasta sus últimas consecuencias
y dar un mensaje a la nación, para que la propia ciudadanía
desarticulara o desmontara el "escándalo mediático".
Y esto precisamente, reflexión y análisis,
es lo que ha faltado al PRD, sostiene el ensayista, estudioso de los movimientos
sociales en el país, que entra así, de lleno, al análisis
de lo que ha sido la actuación de los medios de comunicación
en este y en otros casos de corrupción en el país. Apunta:
hay una selección de escándalos; no es escándalo el
Fobaproa, ni "la entrega" de las islas Coronado a una empresa estadunidense,
ni los contratos de servicios múltiples en el sector energético...
no son, pues, escándalo los "principales ejes de la corrupción
reciente en México".
Estamos en una "selección de escándalos
en aquellas áreas que no son las fundamentalmente corruptas del
gobierno federal y que están desmantelando al país entero",
puntualiza Montemayor en conversación con La Jornada, que
inicia abordando el tema del "descrédito" y el "escándalo"
que son ya una constante entre los políticos y los partidos.
"No debemos perder de vista -conviene el entrevistado-
que la corrupción principal y actual del país se encuentra
en el Fobaproa, en los contratos de servicios múltiples del sector
energético, en la cesión de los yacimientos de gas natural,
en la entrega de territorio nacional en las islas Coronado, y que no se
han resuelto casos de incalculable y evidente corrupción en los
Amigos de Fox, en Vamos México, y en el Pemexgate".
Y con esta introducción, distingue enseguida la
distinta forma en que han actuado los partidos (PRI, PAN y PRD) en esos
temas. Panistas y priístas, observa, tuvieron una reacción
muy similar, casi idéntica: cerraron filas, protegieron a sus cuadros
y no dejaron abierta la posibilidad de que se deteriorara visiblemente
su estructura y su unidad. En cambio, en el caso de "estos acuerdos" entre
algunos perredistas y Ahumada, el perredismo reaccionó muy distinto.
"En lugar de cerrar filas, el instituto político
ha mostrado su total incapacidad de mantener lazos firmes de unidad y ha
mostrado un canibalismo y una agresividad que ponen en riesgo la credibilidad
del partido como tal y, posiblemente, dejan a salvo solamente el rumbo
de personalidades que no requerirán del propio instituto para afirmarse
y reafirmarse en la vida política nacional o regional".
Añade que los ejemplos de desmembramiento, de descalificación
interna, se dieron también en el PRI durante el periodo en que fue
desconocida Elba Esther Gordillo como coordinadora parlamentaria en la
Cámara de Diputados; también se observó una fuerte
división en "el descalabro" en el Partido Verde. Pero lo destacable
es que en los casos de grave corrupción (Pemexgate, Vamos
México y Amigos de Fox), ni priístas ni panistas "han creado
fisuras" en sus partidos, "y en ocasiones es muy posible que hayan contado
con una clara protección gubernamental, particularmente en el caso
de Lino Korrodi, Carlota Robinson y Carlos Romero Deschamps".
Es indudable también "el interés por proteger
los malos manejos del rescate bancario, al grado que el Presidente mismo
interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia
de la Nación (SCJN) para evadir la obligación de auditar
a fondo las cuentas, los movimientos que la Auditoría Superior de
la Federación detectó como injustificados".
Se trata de deudas gigantescas, de "actos de corrupción
absolutamente descomunales" que, curiosamente, no ha provocado ninguna
grieta ni en el PRI ni en el PAN, sino todo lo contrario: han provocado
en ellos una gran unidad de criterios para que no se vean afectados los
intereses de los grandes banqueros.
Por otra parte -continúa su análisis-, un
rasgo característico de la administración Fox ha sido el
de "confundir la vida política y el ejercicio de gobierno con un
posicionamiento de objetos o artículos en el mercado; confunde el
ejercicio de gobierno con el marketing y sigue en función
de su tarea de convencer a través de los medios de situaciones,
avances o mejorías que no existen en la realidad, sino sólo
en su discurso mediático. No es raro que en estas condiciones se
confunda también la negociación política, los acuerdos,
las diferencias o confrontaciones políticas, con la campaña
en los medios".
-Y la izquierda representada por el PRD, ¿no cayó
ya en ese juego y en esa misma confusión?
-Ignoro si lo que el PRD está demostrando en estos
tiempos es su ingenuidad, su torpeza, su inmadurez o sus confrontaciones
sin resolver en el interior del partido. Pero es absurdo que ante denuncias
así en los medios -se refiere a los videos-, en un contexto gubernamental
donde las situaciones y las campañas mediáticas son características
esenciales, un instituto político reaccione por encima de la integración
de una averiguación previa, por encima de un juicio ante autoridades
judiciales, y quieran resolver la destrucción, el desmoronamiento
de sectores de un partido, a partir de una información en los medios
que no tiene, no ha tenido y no ha pasado por un análisis profesional,
legal, institucional.
Con esa reacción, afirma, el PRD está "demostrando
que, como partido político, no entiende el país en que vive
y no entiende la responsabilidad con la que debería actuar".
-Habla usted de incapacidad, ingenuidad, de un canibalismo
notorio. ¿Puede enfrentar así el PRD esa guerra mediática
por el 2006 en la que, al parecer, ya se metió? ¿Cuál
va a ser la representación de la izquierda social?
-Mire, si por un escándalo en los medios a cuento
de una corrupción que no tiene punto de comparación con los
contratos de servicios múltiples, con la cesión del sector
energético, con el Fobaropa, con la entrega de territorio nacional
en las islas Coronado... si por un escándalo en los medios reacciona
así el PRD, entonces no está demostrando un juicio ecuánime,
está demostrando que no tiene paciencia suficiente para aquilatar,
reaccionar, analizar el contexto mediático donde este escándalo
nace, porque el análisis de la información no es igual al
escándalo de la proyección de las filmaciones mismas.
Montemayor abunda entonces en el error y la actitud "irreflexiva"
del PRD: "su reacción ha sido sustituir el análisis político
de esas filtraciones de videos, por el apoyo total al escándalo
mediático, puesto que a partir del escándalo mediático
toma como prácticamente investigaciones concluidas las acusaciones
y procede a su autoinmolación".
-El PRD, el mismo López Obrador, insisten todos
los días en que se trata de un "complot" orquestado desde el Estado.
¿A usted, entonces, no lo convencen esos argumentos? ¿Cree
que lo que les ha fallado son las formas para la autocrítica?
-Lo que pasa, creo, es que están confundiendo la
autocrítica con la autodestrucción. Creo que las autoridades
del PRD han reaccionado precipitada e irreflexivamente, porque han contribuido
a que las filtraciones tengan no sólo la importancia mediática
que tuvieron, sino que además tengan una importancia concluyente,
como si se tratara de procesos de investigación judicial. No hubo
reflexión; no tuvieron la paciencia para integrar una reacción,
una respuesta analítica, reflexiva tanto de los procesos detectados
o ya investigados como corrupción, como del contexto político
en que esto se da.
Aquí es tajante Montemayor:
"Si el canibalismo es parte del complot del gobierno federal,
pues yo no lo creo; si la precipitación en la reacción del
PRD es parte del complot, tampoco lo creo; si la ineficiencia, poca preparación
o candidez en la reacción del partido han sido parte del complot,
tampoco lo creo. ¡No! Es mejor analizar más a fondo ese posible
complot que fortalecer el espacio mediático en el que la administración
Fox ha centrado toda su atención".
Remarca para cerrar con el tema:
"El PRD actuó irreflexivamente porque siguió
el juego mediático del gobierno federal en lugar de haber dado un
mensaje a la nación para que la ciudadanía pudiera desarticular
o desmontar este juego mediático que caracteriza a la gestión
de Fox".
Hay una invasión de funciones...
-En todo este contexto, ¿cuál ha sido el
papel de los medios de comunicación?
-Hay una invasión de funciones. En la medida en
que se confunda el ejercicio del gobierno con una campaña en los
medios, en esa misma medida los medios están expuestos a creer también
que cumplen o pueden cumplir más funciones de las que son capaces
de cumplir. Una cosa es la investigación periodística y otra
es la investigación en un juicio, las investigaciones que son responsabilidad
del Ministerio Público. No es posible que esta invasión nos
esté llevando a escenarios donde los conductores de los noticiarios
de radio o televisión confunden su papel de informadores con el
de jueces o agentes del Ministerio Público.
-Ahora parece que es más fácil juzgar a
alguien en los medios que ante las autoridades competentes. ¿El
gobierno se está prestando a ello? ¿Nos estamos quedando
en el escándalo, por encima de la aplicación estricta de
la ley?
-En estas campañas hay una selección de
medios y de escándalos. Y en este sentido, yo no me explico por
qué el Fobaproa no puede convertirse en materia de escándalo,
por qué los contratos de servicios múltiples en el sector
energético no son motivo de escándalo, por qué entregar
las Islas Coronado a una empresa estadunidense no es motivo de escándalo.
No me explico por qué la protección a Lino Korrodi y a los
Amigos de Fox no es motivo de escándalo. Estamos ante la especialización
del escándalo; de una especialidad del escándalo en aquellas
áreas que no son las fundamentalmente corruptas del gobierno federal
y que están desmantelando al país entero.
Aclara que esta "selección" no es nueva. Viene
de años atrás. "Que ahora le haya tocado al PRD, es otra
cosa... pero, insisto, si los escándalos en los medios se concentran
en zonas periféricas de lo que es desmantelamiento del Estado, del
sector energético o la cesión territorial, de la entrega
de los recursos naturales y del sistema financiero nacional... si no hay
escándalos en esos temas, entonces está claro que hay una
selección mediática".
-¿Tiene esto que ver con lo que algunos han señalado
como desgaste de las instituciones y la falta de mando, de orden en el
país? ¿De verdad todo está tan revuelto que hoy no
se discuten las cosas de fondo que hay en el país?
--En realidad, yo no veo nada revuelto. Yo veo que la
administración Fox va trabajando con mucha claridad en el desmantelamiento
de los recursos de la nación. Lo que no desmantelaron en los gobiernos
de Carlos Salinas y de Ernesto Zedillo, lo está desmantelando el
gobierno de Fox... Me parece muy claro que está avanzando la privatización
del sector energético, el desmantelamiento de instituciones públicas
que hubieran sido vistas como esenciales 20 o 30 años atrás;
todo está funcionando bien para las empresas trasnacionales. La
administración Fox va a lo suyo, y lo está consiguiendo.
Que nosotros le demos más importancia a cierta selección
de escándalos mediáticos y que no seamos capaces de llevar
a los espacios en los medios los puntos de verdadera corrupción
y de verdadero desmantelamiento de la nación, esa es culpa de todos:
de los ciudadanos, de los partidos políticos y de los medios mismos.
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