México D.F. Miércoles 10 de marzo de 2004
Mañana estrenan el montaje de El señor de pies a cabeza, que dirige Raúl Zermeño
Propicia el neoliberalismo ''la pulverización de valores individuales, sociales y nacionales''
CARLOS PAUL
Cómo la macroeconomía y el desempleo de un país van pulverizando los valores del individuo y la sociedad es una realidad que intenta reflejar la puesta en escena de El señor de pies a cabeza, del dramaturgo senegalés Guy Foissy.
La obra -comenta el director escénico Raúl Zermeño- aborda la fragilidad de la sociedad, cómo ésta ha sido durante los recientes años pulverizada en sus valores y estructuras, y por consecuencia también los de la familia y el individuo, quien hoy se ha convertido en un engranaje más de lo que se denomina macroeconomía.
En la actualidad, subraya Zermeño, ''el concepto de empleo ha venido a sustituir la idea de realización, de trabajo, el cual ya no está dentro de nuestras ambiciones, como causa de la brutal necesidad de tener un empleo, lo que nos obliga a ser una especie de criadas, y entiéndase esto no de manera peyorativa o clasista, sino como estar al servicio de una idea o sistema que de ningún modo nos es cercano, pero que se ha convertido en nuestro desesperado modus tragandi".
Los políticos y economistas, abunda el director, ''hablan siempre de determinada situación económica nacional e internacional y afirman que así son las cosas; lo que no dicen, ni nos permiten decirlo, es qué se debe hacer frente a esa pulverización de valores individuales, sociales y nacionales provocada por un sistema neoliberal y no por la globalización, lo cual intentan hacernos creer que es lo mismo".
En la puesta en escena se pone de manifiesto el problema del desempleo y cómo la economía puede llegar a condicionarnos, explica Zermeño; y de manera indirecta, añade, cómo los gobernantes son ahora una especie de sirvientes del autoconfesado imperio que es Estados Unidos, pues en varios países del mundo, incluyendo México, los gobernantes se manejan de manera gerencial.
Entre el desempleo y la diosa televisión
La dramaturgia de Foissy (Dakar, Senegal, 1932), apunta Jennie Ostrosky, se distingue por presentar personajes retraídos, infelices, desempleados, cargados de incomunicación y rabia, sin cauce, inmersos en una sociedad que los abate, desgasta y destroza, mientras la diosa televisión ilumina la estupidez del planeta.
En El señor de pies a cabeza, montaje tratado como farsa, se relacionan ''de manera divertida" tres mujeres (la madre y sus dos hijas) y el esposo de una de ellas, comentan las actrices.
La madre -interpretada por Gema Aparicio- es una mujer jubilada, insatisfecha, cuya relación con sus hijas es voluble y que asume las decisiones tomadas por ''El Señor" (David Villarreal), un burócrata a quien el sistema le ha hecho creer que es muy valioso, y quien con desilusión descubre que eso es una fantasía.
Sofía (encarnada por Violeta Luna) vive en el desempleo, realidad que evade mediante una actitud frívola, y la esposa (Norma Duarte), dividida entre el ámbito marital y el de su madre y hermana, siempre intenta conciliar las necesidades de ambos mundos. Aunque tiene un empleo, no logra realizarse en lo personal. Actrices y actor integran el Grupo Grande y Pequeño.
Traducida por Ilya Cazés, con escenografía, iluminación y vestuario de Arturo Nava y la escenofonía de Rodolfo Sánchez Alvarado, El señor de pies a cabeza se estrenará mañana a las 20 horas en la sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional).
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