México D.F. Miércoles 10 de marzo de 2004
Cynthia Valenzuela obtuvo el primer lugar en
esa especialidad en Austin, Texas
Una mexicana, reconocida como arpista celta de clase
mundial
Interesada en las culturas prehispánicas, la
compositora aprende a tocar la chiwanda, instrumento religioso huichol
El sábado abrirá el Festival Dark Folk en el Salón
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AMALIA RIVERA
"He sido jurado durante 20 años y estoy impactado
por la alta calidad de la interpretación de Cynthia Valenzuela,
de su técnica y su capacidad para la improvisación y la composición,
pero lo más agradable es que se nota que disfruta profundamente
con lo que hace. Es una música irlandesa de primer nivel, de clase
mundial", expresó Thomas Miller luego de anunciar el primer lugar
en arpa celta y el premio de todas las especialidades Irish Feiss Lone
Star 2003, de Austin, Texas, para la mexicana.
Nacida en 1963 en la ciudad de México, Valenzuela
decidió hace siete años fijar su residencia en Jalapa, Veracruz.
"Es de los pocos lugares que quedan en México con un bosque de niebla,
con ríos y manantiales, árboles de arce, orquídeas,
musgos y pájaros multicolores", pero sobre todo "porque el arpa
es el principal instrumento de Veracruz y aquí son continuas las
festividades, las invitaciones a estaciones de radio. Y porque aquí
están los arpistas, los requintistas y jaraneros con los que puedo
hablar", expresa.
Con una maestría en composición e interpretación
de arpa de la Escuela de Música del Instituto de Bellas Artes de
California (Cal Arts), dos años consecutivos obtuvo el primer lugar
en el concurso nacional de arpa celta de Estados Unidos, así como
el premio BNI Internacional de Jóvenes Compositores de Nueva York.
Desde 1987 representa a México en Lark Camp -anteriormente denominado
Lark Camp in The Morning Celebration-, especie de escuela abierta a músicos
y bailarines de todo el mundo que es todo un acontecimiento por la creatividad
y el intercambio que surge al romper con las rigidez de la academia. Esta
experiencia le ha permitido compartir cada verano sus conocimientos de
arpa celta y latinoamericana con otros muchos artistas, intercambiar materiales,
conocer más música.
En
México fue becaria del Fonca entre 1994 y 1996, apoyo que le permitió
dedicarse a su arte. Ha sido directora musical y compositora del Culpable
Theatre Company y del Jasmin K. Dance Company de Los Angeles, California.
En 2000 escribió una pieza para cuatro arpas y orquesta de cuerdas,
que estrenó con la Orquesta Sinfónica de Jalapa en el Festival
del Tajín. Al siguiente año participó de nueva cuenta
en ese evento como solista en un concierto con su Ensamble Kéltica,
junto con el reconocido Alan Stivell, precursor del renacimiento de la
música celta en Europa. En 2002 tuvo otra participación estelar
en el mismo festival.
Ser compositora e intérprete le ha abierto posibilidades,
según reconoce en entrevista: "Los intérpretes tienen un
campo más abierto que los compositores, y como yo interpreto mis
propias composiciones, combino ambas modalidades. No conozco a mucha gente
que haga música celta, somos muy pocos, por lo que tampoco existe
competencia".
-¿Cómo le nació el gusto por la música
celta?
-Empecé escuchando a Allan Stivel, así como
las arpas de la Bretaña francesa. Las atmósferas a las que
me llevaba me inclinaron a componer y a buscar por qué sonaban así
y a indagar en las escalas más antiguas, que vienen de los griegos:
unas eran muy alegres, otras misteriosas y nostálgicas, que transmitían
diversos estados de ánimo.
"Entre 1983 y 1985 estuve en Austin, Texas, en el conservatorio
de música, y al ver a músicos en vivo que tocaban sin leer
partitura y estaban ahí sólo por el gusto de celebrar una
música genuina, nacida de las sociedades campesinas europeas, empecé
en este camino."
-¿Cuánto trabajo implica la investigación
y la interpreación de la música celta?
-Meterse a las culturas de Irlanda; de Asturias, España,
de las Bretañas para tratar de absorber su acento, la chispa que
debe tener, atendiendo a tres aspectos: hacer que la gente caiga en un
sueño muy profundo, pero que también la haga saltar de alegría
y luego derramar lágrimas. Se necesitan años de estudio para
lograrlo: siete para aprender el instrumento, ocho para dominarlo y otros
ocho para interpretarlo.
-¿De qué manera has incorporado la esencia
de las culturas prehispánicas en el arpa?
-Me sé varias canciones prehispánicas y
he tenido el honor de estar en ceremonias y rituales prehispánicos,
donde observo y aprendo sus ritos... No nada más se trata de reproducir,
sino de acompañarlos en sus rituales de la siembra o de la cosecha.
Recientemente estuve en una ceremonia huichola y ahora estoy aprendiendo
a tocar la chiwanda, instrumento religioso de cuerdas de metal muy delgaditas
que produce una música etérea, que fabrican los huicholes.
Tuve el honor de que me hicieran uno y la música que se toca tiene
una intención ritual, no de espectáculo.
Comunicación con el público
En este mismo camino se inscribiría su proyecto
de difusión de musicoterapia o de autocuración por medio
de la música, cuya idea surgió de la comunicación
con el público.
-Durante la gira que realicé en febrero pasado
por Veracruz con las casas de cultura, el Fonca y la Secretaría
de Educación y Cultura -ejemplifica un caso reciente- dimos una
serie de conciertos en catedrales. La resonancia en los templos provocó
el éxtasis en los espectadores: nadie se movía. Al final
un hombre se acercó a expresarme que recientemente su esposa había
fallecido y que sólo la música lo había reconfortado.
Y es que si escuchar música en un disco es marvilloso, no se compara
con el momento que logran músico y espectador en un espectáculo
en vivo. La gente debe incorporar la música a su vida para poderse
conectar con el mundo intangible y acceder a otras dimensiones. Esto es
fundamental en momentos tan difíciles como los que vive el mundo
de hoy, para poder abrir el corazón.
En pro de la difusión
-¿Qué siente de ser la única intérpete
de arpa celta en México?
-No sé si siga siendo la única -responde
con aunténtica modestia-, eso fue durante algunos años, y
así se leía en la portada de uno de mis discos, porque hemos
dado talleres y participado en la fundación de Concuerda, AC, que
busca fomentar la difusión del arpa en América Latina. En
esa asociación participa gente de Venezuela, de Cuba y de muchas
partes, así que poco a poco se ha ido abriendo más el espacio
para este instrumento, difícil de conseguir y costoso; hay que importarlo
de Estados Unidos o de Europa. Por eso trabajamos en la fabricación
de arpas en México, cuidando la proyección del sonido, el
material, el diseño, la marca, que hablen con belleza y energía
y permitan jugar con la música.
La arpista dirigió el espectáculo multidisciplinario
que cerró el Carnaval de Veracruz. Está por grabar un nuevo
disco con sonidos sagrados de India (mantrams) con sus composiciones
y música celta; ofrecerá recitales en Irlanda y Gran Bretaña.
"Seguiré con el proyecto de la fabricación de arpas y tomando
clases en la escuela de música irlandesa", finaliza.
En México podrá conocer o volver a disfrutar
del arpa de Cynthia Valenzuela y su espectáculo con instrumentos
antiguos, gaitas, salterios, basuqui y voces con cantos tradicionales estilo
celta-irlandés, ya que abrirá el primer Festival de Dark
Folk el 13 de marzo, a las 17 horas, Salón 21 (Lago Andrómaco
17, esquina Molière, Ampliación Granada). Venta de boletos
en Ticketmaster y taquillas del Salón 21. Más informes: 1113-1200.
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