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México D.F. Viernes 26 de marzo de 2004
ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
La economía moral es convocada a existir como
resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio
del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve
el hambre de la gente
Aportaciones federales: asignación caótica
Los derechos a la salud y a la educación han
sido estratificados
El ramo 33 agudiza desigualdades regionales
LA ASIGNACION DE recursos de la Federación
a las entidades federativas y municipios (las llamadas aportaciones federales)
debería cumplir con los principios de suficiencia, equidad compensatoria
y estímulo a la eficiencia. El primero debería garantizar
que los recursos canalizados aseguren la cobertura de los programas para
toda la población a la que están dirigidos (población
objetivo). El cumplimiento de este principio no siempre es posible a corto
plazo, en cuyo caso debiera trazarse la ruta de acercamiento en el tiempo
hasta alcanzarlo. El segundo principio debiera asegurar la canalización
de recursos adicionales a las unidades geográficas donde el rezago
social (la insatisfacción de necesidades básicas) es superior
a la media nacional, de tal manera que, a mediano plazo, tales diferencias
se vayan cerrando. El tercero busca estimular el uso eficiente de los recursos,
lo que se puede lograr mediante una mecánica de premios (castigos)
al buen (mal) desempeño en la administración de los recursos.
EL CAPITULO V de la Ley de Coordinación
Fiscal vigente, donde se regulan estas asignaciones, no garantiza ninguno
de estos tres principios. Hoy presento algunas cifras de los fondos de
salud y de educación básica y normal que ilustran cuan lejos
se encuentra la asignación vigente del segundo principio. Las cifras
de salud se refieren sólo a 2001 porque no parecen estar disponibles
cifras más recientes que incluyeran no sólo las aportaciones
federales sino también las estatales. En el caso de educación
no encontré cifras de aportaciones estatales.
EN LA GRAFICA 1 se presentan, por entidad federativa,
las aportaciones federales y las "estatales" (incluido el Distrito Federal)
para salud. Dado que este fondo está destinado sólo a población
no derechohabiente de la seguridad social, ésta constituye su población
objetivo, a la que me referiré como personas-objetivo. Las barras
de tono oscuro muestran las aportaciones federales y las claras las "estatales".
Como se aprecia, mientras en Baja California Sur se destinan mil 842 pesos
al año a la atención de la salud por persona-objetivo (el
valor más alto), en Guanajuato se destinan sólo 492 pesos,
el valor más bajo, que representa sólo 27 por ciento de la
primera cifra que es 3.7 veces más alta que la segunda.
TAMBIEN EN LA GRAFICA 1 se pueden distinguir cuatro
grupos de entidades federativas en términos del nivel de aportaciones
federales por persona-objetivo. El primero, las 10 entidades que reciben
más de mil pesos (de Baja California Sur a Nayarit) que, salvo tres
casos, tienen niveles de desarrollo y de vida superiores al promedio nacional.
Las aportaciones que reciben están muy por arriba del promedio nacional
(782 pesos). El segundo grupo se puede formar con aquellas entidades que
reciben menos de mil pesos por persona-objetivo, pero más que el
promedio nacional. Son 11 entidades, desde Sonora hasta el estado de México,
entre ellas algunas de mayor desarrollo relativo y las tres con mayores
niveles de pobreza: Chiapas, Guerrero y Oaxaca. El tercer grupo, ligeramente
por debajo de la media nacional, y por arriba de 600 pesos por persona,
está formado por siete estados, desde San Luis Potosí hasta
Jalisco, que incluye también entidades prósperas y rezagadas.
Por último, cuatro entidades federativas de menor desarrollo relativo
y altos índices de pobreza, reciben menos de 600 pesos por persona
al año.
AUNQUE LA TENDENCIA no es muy fuerte, las entidades
peor situadas reciben menos que las mejor situadas, con lo cual estos fondos
tienden a agravar las desigualdades regionales. Sólo como elemento
de referencia, para apreciar lo que significan 600 pesos por persona al
año, considérese que es lo que suelen cobrar los médicos
particulares en algunos hospitales en la ciudad de México ¡por
una consulta!
NO HAY NINGUNA relación entre los montos
que una entidad federativa recibe por persona-objetivo de la Federación
y lo que aporta de recursos propios para la salud (véase gráfica
1, barras claras). La inmensa mayoría de las entidades federativas
aportan montos muy pequeños. Sólo seis aportan más de 200 pesos por persona-objetivo: Tabasco
(798 pesos), Distrito Federal (691), Sonora (546), estado de México
(503), Aguascalientes (358), Jalisco (341). Se trata de cinco entidades
desarrolladas y una (Tabasco) con una situación fiscal privilegiada.
EN LOS TOTALES del gasto en salud por persona-objetivo,
suma de las aportaciones federales y las "estatales", las diferencias entre
los extremos se ahondan. En el lugar más bajo de la escala está
ahora Michoacán, mientras Baja California Sur mantiene el más
alto. La distancia entre los extremos aumenta. El promedio nacional del
gasto total en salud por persona-objetivo aumenta a 997 pesos, mientras
Michoacán tiene sólo un poco más de la mitad de esta
cifra (546) y Baja California Sur casi el doble (mil 919). También
se mantienen en el extremo inferior Guanajuato y Puebla (con montos de
alrededor de 600 pesos).
EN LA GRAFICA 2 se presentan las aportaciones federales
a los estados (en este caso el Distrito Federal está ausente, porque
la educación básica no le ha sido descentralizada) para educación
básica por habitante de cinco a 14 años de edad. Aunque las
aportaciones son de 2004, la población es de 2000, ya que no se
dispone de cifras de población por entidad federativa (confiables)
más recientes. Nuevamente se aprecia una gran dispersión.
Otra vez Baja California Sur es la entidad que más recibe: 16 mil
pesos por año por persona-objetivo, contra la que menos recibe,
estado de México, sólo 5 mil 219 pesos. La cifra de la primera
es 3.3 veces mayor que la última. Cuatro entidades: Puebla, Jalisco,
Guanajuato y estado de México reciben aportaciones federales menores
de 6 mil pesos por persona-objetivo, mientras otras cinco: Colima, Campeche,
Nayarit, Quintana Roo y Zacatecas, además de Baja California Sur,
reciben montos superiores a los 10 mil pesos.
EN SINTESIS, TANTO en salud como en educación
básica, que constituyen los rubros más importantes de las
aportaciones federales (en 2004 entre ambos representan más de las
tres cuartas partes de las aportaciones federales) el panorama encontrado
es desolador. Sin razón alguna que lo justifique, los derechos a
la educación y a la salud han sido estratificados en términos
financieros según la entidad federativa de residencia de las personas
(desde el pauperismo más extremo hasta situaciones radicalmente
distintas, aunque no necesariamente adecuadas en otros). Es evidente la
urgencia de reformar a fondo la Ley de Coordinación Fiscal
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