México D.F. Lunes 29 de marzo de 2004
''Respuesta irreflexiva o despreciativa'' de
Godoy a su propuesta de restructuración, la causa
Renuncia Cuauhtémoc Cárdenas a todos
sus cargos en el PRD
El presidente perredista también dimite y culpa
a La Jornada de sacar de contexto sus declaraciones
BLANCHE PETRICH Y RENATO DAVALOS
Cuauhtémoc Cárdenas anunció ayer
su renuncia irrevocable a todos sus cargos en el PRD, frente a los mil
500 delegados del octavo congreso nacional de este partido. El ex candidato
presidencial dijo que su decisión respondía a la ''respuesta
irreflexiva o despreciativa'' que tuvo el presidente partidista, Leonel
Godoy, a su propuesta de restructurar la totalidad del comité ejecutivo
nacional, sobre la cual el líder nacional había dicho -en
entrevista con La Jornada- que una medida de esa naturaleza lo convertiría
en un ''dictadorzuelo''.
De repente, en momentos en los que en el PRD se cruza
la tensión de la rivalidad de sus dos principales figuras por la
candidatura a la Presidencia en 2006 con la debacle de los videoscándalos,
una cita periodística de cinco palabras entrecomilladas se convertía
en la razón para que sus dirigentes volvieran a declarar una nueva
guerra interna.
Leonel Godoy, quien minutos después reaccionaría
presentando también su renuncia a la asamblea, acusó a La
Jornada de ''sacar de contexto'' su expresión y haberla manejado
de ''manera facilona''. Reteniendo el llanto por la inesperada ruptura
de Cárdenas y sin haberlo consultado con nadie, ni siquiera con
sus más allegados, también puso su renuncia a disposición
del Congreso ''para que decida lo que quiera''.
Así, en el intento de los perredistas por cambiar
a fondo su partido, este octavo congreso se sumió en una crisis
dentro de la crisis. De pronto, el debate para modificar los estatutos
del partido quedó olvidado. La crisis moral frente a la sociedad
por la corrupción que permeó al PRD pasó a segundo
plano. El firme propósito de refundar a este partido de izquierda
quedó a la deriva. Dos dirigentes volvían a chocar en público,
como en otros congresos, dirimiendo sus diferencias con nuevas rupturas.
El punto central de este nuevo diferendo nació
el viernes pasado, cuando Cárdenas propuso que se diera un voto
de confianza a Godoy y que el resto del comité ejecutivo pusiera
su renuncia a disposición del presidente nacional, planteamiento
echado en saco roto, por lo menos hasta la mañana del tercer día
de este congreso.
La
tormenta que venía se presagió con la inesperada llegada
de Cárdenas al Centro de Espectáculos Polanco, al mediodía,
acompañado por su hijo Cuauhtémoc y Alfonso Mandujano, uno
de sus amigos más cercanos. Ya entonces se decía que venía
muy sentido con Godoy, por la forma en que éste se había
referido a su planteamiento de la víspera.
Cuando Cárdenas solicitó un turno en la
tribuna, los organizadores del congreso intentaron persuadirlo de que ofreciera
una conferencia de prensa para explicar su posición. Cárdenas
insistió en hablar.
Los congresistas abrieron un paréntesis en la larga
discusión del articulado de reformas estatutarias para leer el resolutivo
político. En la apertura de la lista de oradores, Cárdenas
Solórzano subió a la tribuna y, en medio de rechiflas aisladas
y voces que gritaban ''¡Obrador, Obrador!'', dijo: ''Quiero robarles
un minuto. No pido mucho más''. Y soltó la bomba que estalló
en el centro del congreso:
''Leonel, a fin de mantener congruencia conmigo mismo,
te agradeceré ser el conducto para presentar mi renuncia'' como
consejero del PRD y como integrante de la Comisión Política
Consultora y de la de Relaciones Internacionales.
Recordó que aceptó la invitación
de participar en la apertura del octavo congreso para proponer la integración
de dirigencias con legitimidad democrática, con autoridad moral
y capacidad política, y para pedir un voto de confianza al presidente
del PRD para llevar a cabo esta restructuración.
Añadió que hizo esa intervención
''pensando, tal vez equivocadamente, que el presidente perredista procedería
a partir del conocimiento que tiene del mismo con sensibilidad política
y alto sentido de responsabilidad''.
Al esgrimir sus motivos dijo que ''no esperaba que mi
propuesta mereciera de tu parte una respuesta irreflexiva o despreciativa,
al afirmar que, de aceptarla, te convertirías en un dictadorzuelo.
Así, el diminutivo despectivo según entrecomillado periodístico
del día de hoy''.
Por eso ''renuncio'', dijo, ''con la finalidad de mantener
congruencia conmigo mismo y por respeto a mi persona''. Cárdenas
se dirigió hacia el asiento de Godoy para entregarle la renuncia.
Su antiguo aliado apenas atinó a ponerse de pie y formalmente ofrecerle
la mano.
Cárdenas se alejaba cuando regresó para
entregarle a Godoy el gafete de delegado al Congreso.
Nuevamente, gritos aislados. De un lado del salón
se escuchó un "¡No!" desgarrador. Del otro lado, abucheos
y nuevamente: "¡Obrador, Obrador!" Era la primera vez, en 15 años
de vida, que los congresistas perredistas acogían una declaración
de Cárdenas en esos términos.
El líder se encaminó hacia la salida entre
un remolino de periodistas y congresistas, sin esperar la respuesta del
presidente, quien permaneció, desencajado, al centro del templete.
En su atropellada marcha escuchó gritos de apoyo: "¡Viva Cárdenas!"
y en un ping-pong de preguntas y respuestas más que escuetas; aclaró
a la prensa que no saldría del partido, que seguiría siendo
militante del sol azteca y que no daría marcha atrás: "Las
renuncias irrevocables son irrevocables". Dijo también que esperaba
que este incidente no rompiera el partido: "Espero que no, espero que salga
unificado".
En el salón reinaba el desconcierto. El lema del
octavo congreso, al fondo, en una gran manta, parecía perder sentido:
"Más unidos, más organizados, más PRD". Gestos graves
y ceños fruncidos en el templete y entre los dirigentes contrastaban
con la algarabía de los delegados en algunos rincones del salón.
Sudando copiosamente, dolido, Godoy tomó el micrófono
y enderezó sus críticas contra La Jornada. "Yo no
les concedí (a los reporteros) ninguna entrevista, y no tenían
grabadora. Yo les hice una serie de reflexiones que, obviamente, no tienen
que ver con esa frase, donde yo hacía toda una amplia exposición
de por qué teníamos que irnos a una profunda reforma de los
estatutos.
"Sin embargo, desgraciadamente, yo quiero decir aquí,
asumo las consecuencias, hay una corriente, hay una posición partidista
de La Jornada que ha asumido constantemente y se involucra en los
asuntos internos del PRD."
A continuación el michoacano dijo que si estos
reporteros, "amigos entrañables de nosotros, me hubieran pedido
una intervención, hubiera hablado hacia un medio de comunicación
y no con un grupo de compañeros. Hubiera sido, evidentemente, otra
mi respuesta, que nada tiene que ver con despreciar la propuesta de Cuauhtémoc
Cárdenas ni la de Rosa Albina Garavito. Creo que éstas son
las consecuencias de que a veces hay gente que ha decidido asumir una posición
de partido y no se asume como órganos de comunicación imparciales".
Insistió en que estos reporteros usaron su expresión
"fuera de contexto y de manera facilona" con consecuencias graves. "No
me parece justo para un partido que le abrió las puertas a ese periódico,
que le prestó su imprenta para que trabajara con nosotros."
Un voto de confianza: Fernández Noroña
Concluyó diciendo: "Esto lo he decidido en este
momento, porque era evidente que Cuauhtémoc Cárdenas se iba
a ofender terriblemente con estas palabras. Por eso yo también pongo
a disposición de este proceso mi renuncia".
Godoy no pudo contener el llanto cuando retornó
a su asiento. Proliferaron los gritos de "Uni-dad, uni-dad". Gerardo Fernández
Noroña se apoderó del micrófono y pidió un
voto de confianza para Godoy, que fue bien recibido por los delegados.
En unos momentos se consumó una votación
unánime que rechazó la renuncia del presidente partidista.
Aprovechando la circunstancia, Fernández Noroña se atrevió:
"Demos un voto de censura a La Jornada".
Sus palabras fueron recibidas con una gritería.
De las primeras filas, los congresistas empezaron a levantar los ejemplares
de La Jornada -porque era este diario, ningún otro, el que
leían- y a lanzar sus hojas al aire. En un efecto dominó,
pronto en toda la parte baja del salón, los delegados despedazaron
los periódicos y los lanzaron al aire, generando una lluvia de papel
que cubrió mesas y asientos.
¡Fuera La Jornada!, fue el coro. Nadie se
acordaba ya del ingeniero Cárdenas y su inesperada renuncia.
En medio del alboroto, Gerardo Unzueta, delegado y viejo
comunista, subió a la tribuna y expresó: "Está muy
bien que apoyemos al presidente del partido, pero es necesario también
que tomen en consideración a Cárdenas. Cuauhtémoc
presentó proposiciones, no fueron aceptadas, vamos a discutirlas".
Godoy volvió a la tribuna para pedir un resolutivo
de rechazo a la renuncia de Cárdenas y agregó:
"Pido disculpas porque ése no era el sentido de
la frase coloquial que señalé. Yo no puedo hacer ese tipo
de análisis frívolos con una gente tan querida para mí."
Su propuesta fue aprobada por unanimidad y se decretó un receso.
Con ese ánimo terminaba la sesión matutina
del último día del congreso que estaba destinado a refundar
el PRD.
Resolutivo de la discordia
El resolutivo político que fue el origen de la
crisis dentro de la crisis partidista fue debatido por la tarde. Contiene
16 puntos, entre los que resalta la creación de una comisión
especial investigadora que retomará, en la medida de lo posible,
el informe de la Comisión de Legalidad y Transparencia (el informe
Del Villar). También hará una indagatoria en torno a los
actos de corrupción conocidos.
También se aprobó la creación de
otra comisión para la "transformación a fondo" del partido
que pondrá a debate la revisión de principios y programas
de la izquierda, evaluará las líneas de organización
y la normatividad partidistas y elaborará un programa de gobierno
con el fin de que se forme un polo electoral para los comicios de 2006.
El punto 12, objeto de una áspera discusión,
otorgó a Godoy un voto de confianza y un reconocimiento por su desempeño
y le encargó la "evaluación" del comité ejecutivo,
para que en el próximo consejo nacional proponga, "en su caso",
la restructuración.
Pero esta forma de soslayar la propuesta de Cárdenas
no pasó de largo sin polémica. En la tribuna, Rosa Albina
Garavito volvió a la esencia de la crisis: "Ya no solamente es el
golpeteo de los videos. Ahora es el golpe del compañero Cárdenas,
que prefirió dejar su liderazgo, que todos le reconocemos". Preguntó
si el PRD resistirá la exhibición de nuevos videos, como
aquellos que revelaron la entrega de dinero de Carlos Ahumada a René
Bejarano y a Carlos Imaz. "Ojalá que sí", pero insistió
en su propuesta original de una restructuración total de los puestos
de dirección y concretó el plan; que Godoy convoque a la
constitución de una dirección provisional que en un plazo
de tres meses pueda nombrar una nueva directiva.
La dirigente fue secundada por Unzueta, quien también
se pronunció en favor de un relevo de todos los funcionarios del
comité ejecutivo, del Consejo Nacional y de la Comisión Política
Consultiva, como una forma "de dar mensaje de autocrítica frente
a la sociedad". Sugirió que además del voto de confianza
a Leonel Godoy, de quien dijo que "ha sido el único capaz de dar
respuestas a esta crisis", es necesario crear un secretariado para renovar
a toda la dirección del partido.
Pablo Gómez replicó admitiendo que debe
haber una restructuración, "pero con calma en el asunto; no conviene
cambiar en medio de la tormenta, no es responsable". Dijo que el PRD necesita
un nuevo padrón para sus procesos electorales internos, y que para
ello es necesario que la elección de nuevos directivos no se adelante,
sino que se realice en un año. Salidas como las de Cárdenas
y Rosa Albina "profundizan la crisis, no nos sacan de ella", dijo el coordinador
parlamentario en San Lázaro.
También expresó que ante el dilema perredista
"hay que hacerle un homenaje a la base por su interés y su combatividad".
Sobre Cárdenas manifestó: "Es el más destacado dirigente
del partido, nos guste o no. Ha tomado una decisión, lo respetamos
y le pedimos que siga aportando a la causa fundamental".
Para profundizar las diferencias partidistas, por la noche,
en una votación de 315 por 257 votos, a la senadora Maricarmen Ramírez,
esposa del gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, le fue
negada la posibilidad de ser candidata al gobierno de esa entidad con la
aprobación de un artículo en el que se prohíben las
candidaturas a las esposas o esposos de funcionarios y familiares en primer
grado. La propuesta fue hecha por los delegados de ese estado. La legisladora
informó que acudirá al Instituto Federal Electoral y, si
es necesario, al Tribunal Federal del Poder Judicial para impugnar la decisión.
Al cierre de esta edición, la encerrona perredista
continuaba para modificar 41 artículos de su estatuto.
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