México D.F. Lunes 29 de marzo de 2004
Socava los procesos democráticos en la
región al reducir los derechos individuales, dice
Descubre el Pentágono una nueva amenaza en AL:
el populismo radical
Algunos líderes del área "alimentan el
sentimiento estadunidense" debido a sus frustraciones
La crisis argentina provocó cuestionamientos
a las reformas neoliberales: jefe del Comando Sur
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 28 de marzo. Una nueva
amenaza surge en América Latina, según el Pentágono:
el "populismo radical".
Además de las amenazas tradicionales, siempre mencionadas
en evaluaciones de seguridad hemisférica como el narcoterrorismo,
la corrupción y el crimen organizado, el Pentágono ha detectado
una amenaza igualmente preocupante. "Estas amenazas tradicionales se complementan
ahora por una amenaza emergente mejor caracterizada como populismo radical,
en el cual se socava el proceso democrático al reducir, en lugar
de incrementar, los derechos individuales", declaró esta semana
el general James T. Hill, jefe del Comando Sur de Estados Unidos.
En declaraciones en las que evaluó la situación
de seguridad hemisférica ante el Comité de las Fuerzas Armadas
de la Cámara de Representantes, la semana pasada, el general Hill
advirtió que "algunos líderes en la región explotan
frustraciones profundas por el fracaso de las reformas democráticas
en entregar los bienes y servicios esperados. Al explotar estas frustraciones,
las cuales corren conjuntamente con frustraciones causadas por la desigualdad
social y económica, los líderes están logrando a la
vez reforzar sus posiciones radicales al alimentar el sentimiento antiestadunidense.
Adicionalmente, otros actores buscan minar los intereses estadunidenses
en la región al apoyar estos movimientos".
Como
ejemplos citó a Haití, Venezuela y Bolivia, donde líderes
"radicales" han promovido un sentimiento antiestadunidense y a la vez buscan
explotar el frágil contexto de sus países para promover y
reforzar su poder. También señaló que "la crisis económica
argentina ha provocado que muchos cuestionen la validez de las reformas
neoliberales, tal como se manifestó en el Consenso de Buenos Aires
firmado en octubre pasado por los presidentes (argentino Néstor)
Kirchner y (brasileño Luiz Inacio) Lula (da Silva) que hizo enfásis
en el 'respeto por los países pobres'".
Hill advierte que las amenazas tradicionales junto con
esta amenaza emergente se nutren en un contexto en que "estados de la región
en general están marcados por instituciones débiles y economías
en dificultades. Este frágil control estatal puede llevar a espacios
y pueblos ingobernables o mal gobernados, corrupción y clientelismo".
El general Hill, jefe máximo de las fuerzas armadas
estadunidenses en Latinoamérica, agregó que "los militares
con quienes trabajamos en esta área de responsabilidad están
sintiendo la carga tanto de las amenazas como de gobiernos débiles,
pero que en gran medida han apoyado a sus constituciones respectivas, han
permanecido profesionales, y han respetado los derechos humanos". Sin embargo,
informó al Congreso que los militares latinoamericanos "permanecerán
bajo una presión creciente de estos (factores) de estrés
en los próximos años".
Pero el general no ofreció opciones para resolver
estos problemas, ni sugirió un cambio en las políticas económicas
y sociales que nutren a estas nuevas "amenazas". Su única receta
fue que "tenemos que mantener y ampliar nuestros contactos de militar a
militar, a manera de institucionalizar de forma irrevocable el carácter
institucional de estas fuerzas militares con las que hemos trabajado tan
de cerca en las últimas décadas".
La única respuesta ofrecida para enfrentar los
factores de inestabilidad social, según Hill, es ayudar los esfuerzos
de los países aliados para "abordar estas amenazas y los factores
estructurales que están debajo a través de cooperación
consistente y paciente".
Hill alertó a los legisladores que, según
la Organización Mundial de Salud, América Latina es la región
más violenta del planeta medida en homicidios per cápita.
Esto es en parte resultado de la falta de seguridad pública, corrupción
y actividades ilícitas; pero también proviene de problemas
socioeconómicos, sugirió Hill.
También de ahí, añadió, surge
la nueva amenaza del "populismo radical". Según Hill, "el populismo
en sí no es una amenaza. Más bien, la amenaza surge cuando
se radicaliza por un líder que de manera creciente utiliza su posición
y el apoyo de un segmento de la población para transgredir de manera
gradual los derechos de todos los ciudadanos", tendencia que, según
Hill, lleva a degradar la democracia y concentrar "el poder en manos de
unos cuantos en lugar de garantizar los derechos individuales de los muchos".
Al ampliar sobre el punto, señaló que "el
sentimiento antiestadunidense ha sido utilizado para reforzar las posiciones
de los líderes radicales que buscan distraer a la población
sobre sus propias limitaciones", y dijo que ese sentimiento "también
preocupa a nuestras naciones socias", ya que sus líderes electos
se ven obligados a prestar atención a los reclamos de sus bases.
La zona, bajo vigilancia
Hill considera que estas tendencias en la región
"pintan un cuadro negativo en muchos sentidos" y tienen que observarse
cuidadosamente. "Mantendremos la vigilancia", afirmó.
Concluyó que, a pesar de algunos éxitos
en la región, no se ha hecho lo suficiente para limitar "el crecimiento
del populismo radical y la insatisfacción popular en algunos países
donde las reformas han fracasado en resolver los agravios sociales y económicos
fundamentales". Señaló que "continuaremos trabajando para
mejorar tanto las capacidades como el profesionalismo de los militares
de nuestros aliados, para que puedan mantener su propia seguridad y ayudar
a combatir las amenazas transnacionales comunes".
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