México D.F. Lunes 29 de marzo de 2004
La alianza oficialista sólo triunfó
en Alsacia; el Frente Nacional, tercera fuerza política
En la segunda vuelta electoral, gana la izquierda francesa
en 21 de 23 regiones
Llama el gobierno a la derecha moderada a evaluar el
mensaje de los electores
AFP Y DPA
Paris, 28 de marzo. La izquierda francesa, conformada
por socialistas, comunistas y verdes, se impuso rotundamente en
la segunda vuelta electoral, celebrada este domingo en 21 de las 23 regiones
del país, resultado que llevó al gobierno conservador a hacer
un llamado a la derecha moderada "a sacar las conclusiones de estos comicios,
que son locales pero tienen una dimensión política que no
se puede poner en duda".
Las
elecciones tuvieron una alta participación ciudadana, 65 por ciento
del electorado emitió su voto, uno por ciento más que el
domingo 21 de marzo, cuando el abstencionismo fue de 37 por ciento.
"La izquierda consiguió entre 49 y 50 por ciento
de los sufragios, lo cual le da la presidencia del consejo regional en
21 de las 23 regiones en las que se finalizó el escrutinio", explicó
el ministro Sarkozy, al dar a conocer los resultados preliminares. Agregó
que la derecha moderada, en el poder, consiguió entre 37 y 38 por
ciento de los votos.
En total, de estos comicios surgirán nuevos concejos
en 26 regiones (22 de ellas en la zona metropolitana de Francia, más
cuatro territorios de ultramar).
Cuando la única región que aún no
daba a conocer los resultados era Córcega, la alianza derechista
de la Unión para una Mayoría Popular (UMP), del presidente
Jacques Chirac, y la Unión Democrática Francesa (UDF), sólo
habían conseguido triunfar en Alsacia, mientras que en el resto
del país se impuso la izquierda.
En Ile de France, región emblemática porque
tiene 11 millones de electores e incluye París, el socialista Paul
Huchon logró mantenerse al frente del gobierno regional, en una
jornada que se anticipaba particularmente reñida, al obtener 49
porciento de los votos, mientras que la derecha logró 40 por ciento.
Huchon se benefició de los sufragios de la extrema izquierda, la
cual decidió adherirse a su campaña.
En tercer lugar, a escala nacional, quedó el Frente
Nacional (FN), de Jean Marie Le Pen. Para Sarkozy el FN "no progresa",
porque "en las regiones donde tiene entre 13 y 14 por ciento de los votos
contaba con 15.3 por ciento en 1998 y 17.2 por ciento durante las presidenciales
de 2002".
Aunque el FN retrocedió, se mantiene como fuerza
política importante desde hace dos décadas, ya que en 1986
consiguió 9.5 por ciento, 13.6 por ciento en 1992 y 15.3 por ciento
en 1998, por lo que en esta jornada recuperó el nivel de hace 12
años.
La hija de Le Pen, Marine, candidata en la región
parisina de Ile de France, expresó su beneplácito porque
el FN "tiene presencia en 17 regiones".
Tras el cierre de los colegios electorales, Le Pen afirmó
que el gobierno del primer ministro conservador, Jean Pierre Raffarin,
"se castigó", ya que despreció a millones de electores del
FN y "se privó así de la mayoría" en estos comicios.
Por su parte, el líder socialista Francois Hollande,
considerado el artífice de las alianzas de la izquierda, estimó
que "los electores han creado una nueva situación política",
aunque advirtió que con este triunfo "la izquierda no tiene ningún
derecho que hacer valer, pero sí tiene el derecho de hacerse escuchar
y presentar propuestas".
Jean Marc Ayrault, líder parlamentario socialista,
calificó las elecciones de "tarjeta roja al gobierno, de una severidad
ejemplar".
Por
su parte, representantes de la alianza oficialista UMP-UDF consideraron
que su derrota es una advertencia de que las políticas del actual
gobierno están generando animadversión popular.
Tras el revés en la regionales, el gobierno hará
cambios en las carteras de Economía y Finanzas y Educación
y Medio Ambiente, mientras que Sarkozy se mantendría en su puesto
con atribuciones ampliadas.
También se esperaba que, tras darse a conocer la
derrota de la derecha, el primer ministro Raffarin renunciara.
Sin embargo, tras reconocer el triunfo de la izquierda,
Raffarin dijo que su gobierno "deberá hacer una acción más
eficaz, una acción más justa", y aceptó la "enseñanza
de las elecciones", por lo que promoverá reformas en los servicios
de salud y en la educación, e impulsará la creación
de nuevos empleos.
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