México D.F. Martes 6 de abril de 2004
Miembros del PP dejaron la marcha cuando empezaron
las críticas a José María Aznar
Más de 30 mil manifestantes exigen el retiro
de tropas españolas de Irak
En el suburbio de Leganés, los habitantes ven
con desconfianza a los árabes
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Leganes, Madrid, 5 de abril. La voz de la actriz
Pilar Bardem retumbó en el recinto ferial del suburbio de Leganés:
"Rechazamos la política de guerra, de invadir a otros pueblos. La
guerra sólo genera más odio, violencia, terrorismo. Pedimos
la retirada inmediata de las tropas españolas de Irak".
Y volvió a repetir la última frase en medio
de los gritos eufóricos de "¡Eso nos pasa por un gobierno
facha!" Las más de 30 mil personas provenientes de los nueve barrios
de Leganés y de distintas comunidades cercanas, como Getafe, así
como del sur de Madrid, apoyaron con fuertes aplausos la demanda de Bardem,
integrante de la plataforma Actores contra la Guerra, que leyó un
encendido comunicado en nombre del ayuntamiento de Leganés: "Pedimos
la retirada inmediata de las tropas españolas de Irak.
"Consideramos que es prioritario prestar atención
a las víctimas" del pasado sábado 3 de abril.
Este
fue el clímax de la marcha que se realizó a convocatoria
de las propias organizaciones vecinales, estudiantiles y obreras de esta
tradicional comunidad de izquierdas.
Lo más destacado, según distintos observadores,
fue la ausencia de políticos del Partido Popular (PP), quienes se
retiraron a última hora calificando la marcha de "partidista". Los
simpatizantes del PP se molestaron ante las numerosas pancartas y demandas
en las que se exigía el fin de la guerra, el retiro inmediato de
las tropas españolas de Irak y ante los gritos que insistían
"¡Aznar, culpable, eres responsable!"
El comunicado de Bardem también expresó
otra de las demandas fundamentales de los habitantes de Leganés,
uno de los sitios con mayor población marroquí: "evitamos
criminalizar a cualquier colectivo que conviva con nosotros en nuestros
barrios y en nuestros pueblos". Y subrayó que la sociedad tiene
que responder "con las armas del diálogo, la tolerancia, la paz
y el respeto a todas las formas de pensar, porque ésta es la mejor
manera de solucionar los conflictos".
La marcha se realizó dos días después
de que un grupo de presuntos terroristas de origen árabe se inmoló
y provocó una explosión en uno de los edificios del barrio
de Zarzaquemada, perteneciente a la parte norte de Leganés. Uno
de los guardias del grupo GEO, la mayoría jóvenes, falleció
y decenas de personas se quedaron sin vivienda.
La combatividad de los habitantes de este sitio, considerado
uno de los bastiones de la multiculturalidad y de los grupos sociales y
vecinales más participativos, ubicado en las afueras de Madrid,
se demostró en cada pancarta, en las consignas y en los comentarios
de las personas que marcharon más de tres kilómetros.
"No al terrorismo, no a la guerra ni a la xenofobia. ¡Que
vuelvan las tropas ya!", era la frase en miles de carteles pegados por
el Sindicato de Estudiantes en las calles. Uno de los volantes de esta
organización señalaba que "el espectro del 11-M ha
vuelto a sobrevolar Madrid. Después de que el pasado viernes 2 de
abril se encontrase una bomba en la vía del AVE Madrid-Sevilla,
el sábado por la tarde cinco terroristas fanáticos se inmolaban
en una vivienda de un barrio de Leganés, al verse cercados por la
policía, provocando un muerto de los GEO y el desastre para decenas
de familias obreras que han visto cómo se ha destruido su hogar".
El volante insiste en que estos "terroristas fanáticos"
demuestran "el carácter reaccionario de lo sucedido el 11-M"
y responsabiliza de los hechos a la "supuesta cruzada de los Bush, Aznar,
etcétera, contra el terrorismo".
José, uno de los vecinos del barrio de Arquesur,
también en Leganés, comentaba mientras portaba una manta
que decía "Paz, aquí y allá": "Nos han metido a una
guerra que no queríamos. Nos molesta que los yanquis nos digan que
hemos cedido, cuando tenemos 30 años de estar luchando contra ETA.
Los yanquis no saben lo que es luchar contra el terrorismo".
Un grupo de 10 ciudadanos marroquíes, con impactante
dignidad, portaba una manta en árabe que decía "No a la guerra,
no al terrorismo". Uno de los jóvenes del grupo subrayó que
"nosotros estamos en contra de este terrorismo". Calculó que sólo
en su barrio más de 300 marroquíes viven en paz y se dedican
a trabajar.
"No
es justo que por unos paguemos todos." Algunos grupos de vecinos, al percatarse
de la presencia de los marroquíes marchando con los españoles,
los aplaudían desde las aceras y balcones.
Y es que el fantasma del moro y de los prejuicios se ha
vuelto a escuchar, inclusive en este barrio, que se caracteriza por su
carácter tolerante. Una señora recordó que por la
mañana, cuando tomó el Metro, vio cómo los pasajeros
veían con desconfianza a un árabe que llevaba una bolsa.
"El pobre se tuvo que bajar, porque no soportó la presión."
Otra, confiada en sus prejuicios, espetaba: "yo ya no les tengo confianza
a los moros". A su lado, un hombre mayor la increpó: "Ya basta.
Los propios marroquíes dicen que desconfían de ellos. Yo
tengo un chaval marroquí y es un buen trabajador. Quienes vengan
a trabajar honestamente deben abrirles todas las puertas".
En la marcha había pancartas con frases como "No
más sangre por petróleo", "Fuera tropas de Irak, ¡ya!,
"Retiro de tropas ya", "Ni guerra ni terrorismo ni xenofobia", "Malditas
las guerras y los que las apoyan", "La clase obrera paga las guerras del
capital".
Uno de los grupos más numerosos, conformado por
integrantes del Sindicato de Estudiantes, coreó consignas que fueron
repetidas a lo largo de la estrecha calle de Fuencarral, por donde miles
de personas desfilaron: "¡Aznar, culpable, eres responsable!", "¡No
se ha ido limpio, se ha ido manchado!", y el más repetido: "¡Esto
nos pasa por un gobierno facha!"
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