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México D.F. Martes 13 de abril de 2004
Magdalena Gómez
Zinacantán: de la autonomía a la "gresca" oficial
El pasado 10 de abril la evocación del asesinato de Emiliano Zapata resultó emblemática en Jech'vo, municipio de Zinacantán, Chiapas, cuando una marcha de bases zapatistas fue emboscada por un grupo de la comunidad de Pasté, al parecer vinculado con las autoridades municipales perredistas.
En la movilización participaron miles de simpatizantes del EZLN procedentes de todos los municipios autónomos de los Altos y del centro de Chiapas. Además de Zinacantán, procedían de San Juan de la Libertad, San Andrés Sakamchén, Chalchihuitán, San Juan Chamula, Chenalhó, Pantelhó, Mitontic, Te-nejapa, Cancuc, Simojovel, Socoltenango, Teopisca, Venustiano Carranza, Amatenango, Villa las Rosas, Nicolás Ruiz, Comitán, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez.
De inmediato intervinieron representantes del gobierno estatal con un discurso que minimiza los hechos y enfatiza el conflicto comunitario por el agua antes que plantear que se está ante la expresión concreta de los costos del olvido gubernamental federal para retomar en serio el proceso de diálogo, enfrentando al Congreso de la Unión con la misma enjundia que aplica en sus llamadas "reformas estructurales".
Nadie se puede llamar a sorpresa: dos meses atrás La Jornada dio cuenta de este conflicto destacando la postura del ayuntamiento de Zinacantán, el cual ha negado a los indígenas zapatistas el suministro de agua, indispensable para la supervivencia de sus comunidades y cultivos. Si el gobierno estatal intervino oportunamente, lo menos que se puede afirmar es que fracasó en sus mecanismos de resolución de conflictos. Los hechos preocupan por lo que son y ameritan investigación, así como deslinde de responsabilidades; preocupa también la tendencia a reducir a "gresca", lo que sin duda es la punta del iceberg de la tensión de fondo. Lo que está en juego es el ejercicio de la autonomía indígena, el avance de las juntas de buen gobierno frente a la regulación de los "ayuntamientos constitucionales".
ƑCómo se explica que la agresión operó y al parecer fue planeada sin que se enteraran las instancias oficiales? Para evitar que se consumara la agresión Ƒnada hizo el presidente municipal de Zinacantán, Martín Sánchez Hernández, quien permaneció reunido con representantes del gobierno estatal durante el tiempo que duró el acto zapatista en Jech'vó? ƑNo incluía su "supervisión" el buen regreso de las bases zapatistas a sus comunidades? ƑCómo entender que el gobierno estatal expresara en su boletín: "El encuentro derivó en una gresca, con un fuerte intercambio de golpes y pedradas, además de escucharse disparos de armas de fuego"?
En este contexto, Ƒcómo puede el gobierno estatal insinuar que el conflicto lo generaron las bases zapatistas al incluir en su comunicado: "Posterior (sic) a la manifestación y fuera de programa, el grupo tomó la iniciativa de realizar labores de reparto de agua a las comunidades que mantienen diferencias por el acceso a un pozo y que es parte de la problemática irresuelta por las autoridades municipales de Zinacantán, emanadas del PRD"?
Las reiteraciones de que se llegará al fondo en la investigación no son promisorias, pues lo primero que deberían hacer es analizar su enfoque sobre el conflicto. El gobernador Pablo Salazar tiene el reto de aplicar los criterios que utilizó de manera beligerante y consecuente en el caso de Acteal para rechazar las posturas reduccionistas al llamado conflicto "intracomunitario"; sería deseable que comparta su experiencia con sus colaboradores, quienes encabezaron su segundo comunicado: "Zinacantán dentro de su normalidad habitual".
Por otra parte, si vamos al discurso de los representantes de las juntas de buen gobierno encontramos otra óptica, otro discurso: el de la autonomía indígena, que difícilmente puede compararse con el oficial de la "gresca": "Nosotros, los zapatistas, estamos en contra de las injusticias, las humillaciones y del sometimiento al que están acostumbrados los malos gobernantes y sus presidentes municipales. Los zapatistas exigimos que nos respeten, que respeten nuestra resistencia, nuestra lucha. Ustedes, como indígenas, no deben quitarnos el derecho del sustento de agua, de tierra, de madera y de la energía eléctrica, que de por sí tenemos poco todos los indígenas. Queremos que entiendan que estamos luchando por el bien de todos los pueblos, indígenas y no indígenas; luchamos para el futuro de nuestros hijos, para que algún día nuestros pueblos tengan el verdadero derecho que merecen". Ahí está el fondo.
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