México D.F. Martes 13 de abril de 2004
Por temor a efectos negativos, los mandos militares
sólo reportan la muerte de 70 soldados
Mueren en Irak 80 mercenarios extranjeros en sólo
ocho días
La orden es capturar o liquidar al líder chiíta
Sadr, advierte el jefe de las fuerzas invasoras
Precaria tregua en Fallujah; la resistencia ataca convoyes
de abastecimiento de los ocupantes
ROBERT FISK Y PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT
Bagdad, 12 de abril. Por lo menos 80 mercenarios
extranjeros -guardias de seguridad reclutados en Estados Unidos, Europa
y Sudáfrica que trabajan para compañías estadunidenses-
han perecido durante la violencia insurgente en los pasados ocho días
en Irak. Las autoridades de ocupación han mantenido en secreto esa
cifra.
El
teniente general Mark Kimmet reconoció este lunes que "por lo menos
70 soldados" de Estados Unidos y otros países occidentales han muerto
a manos de la insurgencia del 1º de abril a la fecha, pero no hizo
mención alguna de los mercenarios, al parecer por temor de que el
total de pérdidas occidentales tenga un grave efecto político.
Tampoco proporcionó una cifra de los muertos iraquíes,
que en todo el país pueden llegar a 900.
Se cree que actualmente hay en Irak por lo menos 18 mil
mercenarios, muchos asignados a proteger a soldados y empleados estadunidenses;
algunos ganan mil dólares al día. Pero sus empresas rara
vez reconocen su pérdida, a menos que las muertes, como en el caso
de los cuatro estadunidenses asesinados y mutilados en Fallujah hace tres
semanas, sean del dominio público.
La presencia de mercenarios en tan elevado número,
revelada por primera vez en el Independent on Sunday hace dos semanas,
tenía por fuerza que desembocar en mayores bajas. Pero si bien muchos
de los agentes de seguridad fuertemente armados trabajan para el Departamento
de la Defensa -y muchos son ex combatientes de fuerzas especiales-, no
se les cataloga como personal en servicio militar. Por consiguiente, su
pérdida puede ocultarse a la vista del público.
Las autoridades de Washington en Irak, sin embargo, tienen
bien claro que en los pasados 14 días perdieron la vida más
mercenarios occidentales que soldados de la ocupación.
La coalición ha buscado confiar en trabajadores
extranjeros por contrato para reducir el número de soldados que
sirven de choferes, guardias y otros oficios que normalmente desempeñan
los militares. Con frecuencia esos trabajadores son ex soldados a quienes
se pagan altos sueldos y, como están dotados de armas automáticas,
los iraquíes los ven como posibles mercenarios o espías.
Las fuerzas de la coalición mantenían
este lunes dos treguas precarias con sus opositores, una en la golpeada
ciudad de Fallujah y otra en las poblaciones sureñas en poder de
Moqtada Sadr, el clérigo radical chiíta, y su ejército
del Mehdi.
Este
lunes, milicianos de uniforme negro de Sadr comenzaron a salir de las estaciones
de policía de la ciudad sagrada de Najaf, en un indicio de que el
clérigo no desea que el combate termine. La coalición
titubea en enviar a sus tropas a abrirse paso a sangre y fuego hacia Najaf,
lugar reverenciado por los 130 millones de musulmanes chiítas del
mundo. No obstante, el teniente general Ricardo Sánchez, comandante
de las fuerzas ocupantes en Irak, señaló que la misión
de la coalición es dar muerte o capturar a Sadr.
La tregua en Fallujah se renovó después
de algunas escaramuzas nocturnas, para permitir que hubiera pláticas
entre líderes locales y mediadores del consejo de gobierno iraquí.
Mohammed Qubaisi, del Partido Islámico Iraquí, quien toma
parte en las negociaciones, señaló que las pláticas
continuarán este martes. El consejo de gobierno, desesperado por
mostrar que tiene alguna influencia ante Washington, también está
en pláticas con el movimiento de Sadr.
La ofensiva estadunidense contra Fallujah ha ayudado a
extender la rebelión a otras zonas, lo cual ha conducido a dañinos
ataques contra las líneas de aprovisionamiento estadunidenses. Un
convoy de camiones de plataforma cargados con vehículos blindados
M133 para transporte de tropas fue emboscado e incendiado este lunes
en un camino que conduce a Latafiya, 20 kilómetros al sur de Bagdad.
Cerca del aeropuerto de Bagdad se le prendió fuego a otro camión
de abastecimientos, cuyo contenido fue vaciado ante la mirada de policías
iraquíes.
Insurgentes locales, a menudo organizados espontáneamente
en ciudades y aldeas, secuestran ahora extranjeros de cualquier nacionalidad.
El teniente general Sánchez informó hoy que dos soldados
estadunidenses y siete empleados del contratista estadunidense Kellog,
Brown & Root están desaparecidos. En la semana pasada 30 extranjeros
de 11 países han sido secuestrados, con frecuencia en circunstancias
confusas.
El camino que va al oeste de Bagdad, hacia la frontera
con Jordania, es particularmente peligroso, porque los pobladores de localidades
como Abu Ghraib dicen estar furiosos por las víctimas que han causado
entre ellos las tropas invasoras. Fue en esa región del Eufrates
central donde dos agentes de seguridad de la embajada alemana fueron asesinados
y muchos otros extranjeros, inclusive nueve chinos, fueron tomados prisioneros.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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