México D.F. Martes 13 de abril de 2004
Presenta informe el WWF sobre dicha actividad
Deforestación y escasez de agua, entre los problemas que causa la agricultura
ANGELICA ENCISO L.
La producción ineficiente de alimentos y los subsidios a la agricultura están causando la deforestación, escasez de agua y contaminación de suelos por el uso de plaguicidas en las naciones en desarrollo, sostiene un informe reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
El reporte World agriculture and the environment, elaborado por Jason Clay, señala que aun cuando el agro emplea alrededor de mil 300 millones de personas y produce anualmente bienes por un valor aproximado de 1.3 billones de dólares, genera también serios problemas ambientales, sociales y económicos.
Indica que la agricultura utiliza alrededor de 50 por ciento de las áreas habitables del planeta, incluidas tierras que no son aptas para la actividad, con lo que se destruyen al año 130 mil kilómetros cuadrados de bosques, lo que equivale a cuatro veces el tamaño de Costa Rica.
Con esa actividad, dice el estudio, se dañan hábitat críticos como sabanas, áreas montañosas y humedales, con las consecuencias devastadoras para las biodiversidad que reside en esos sitios frágiles. El aceite de palma es uno de los productos de mayor amenaza para animales en peligro de extinción, como los mamíferos, sostiene.
El texto refiere que la agricultura desperdicia 60 por ciento -mil 500 de billones de litros- de los 2 mil 500 billones de litros de agua que usa al año. Los recursos de agua son explotados más allá de su límite, sobre todo en América, Africa del Norte, la península Arábica, China e India. Y considera probable que el impacto del calentamiento global altere aún más el abastecimiento de agua.
Recomienda fomentar nuevos tipos de agricultura que produzcan alimentos necesarios para una población creciente y que permita albergar todas las demás formas de vida sobre el planeta, pero admite que para ello se requiere que los gobiernos trabajen con los productores y la industria alimentaria, a fin de desarrollar mejores prácticas de manejo.
Menciona que países de alto consumo como China, Japón, Estados Unidos y la Unión Europea deberían redireccionar los fondos destinados a subsidios y las barreras de mercado y orientarse hacia la adopción de mejores prácticas de manejo.
Destaca que los subsidios gubernamentales estimulan las prácticas agrícolas intensivas de monocultivo, las cuales usan productos químicos y maquinaria pesada que dañan el ambiente. En Inglaterra, por ejemplo, estas prácticas han llevado en los recientes 30 años a una disminución de 77 por ciento en la población de aves.
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