México D.F. Sábado 17 de abril de 2004
Gelem gelem, nuevo espectáculo
del ensamble Egiptanos que se presentará en El Hábito
Sonidos y danzas de gitanos dan cuenta de un crisol
de culturas
Seis artistas rinden tributo a sus tradiciones primigenias
y buscan enriquecerlas con elementos contemporáneos ''Es muy triste
el desprecio y el maltrato histórico padecidos'', deploran
ANGEL VARGAS
Los antiguos llamaban egiptanos a aquella gente libre,
errante e indomable que decía provenir del pequeño Egipto:
lugar imaginario cuya localización no era precisamente en el mundo
árabe, sino cualquier valle que recordara a la fértil región
del Nilo, convirtiendo a esos seres en una especie extraña de ciudadanos
del mundo.
Con
el tiempo, esa gente tomó varios caminos y perdió algunas
letras de su nombre entre las ruedas de sus carretas y los numerosos países
a los que llegaron. De esa manera comenzaron a conocerlos y llamarlos sólo
gitanos.
Ahora, seis artistas, herederos y continuadores de esa
historia, rescatan aquel ancestral vocablo para designar un proyecto mediante
el cual buscan rendir tributo a su cultura y tradiciones primigenias, además
de buscar enriquecerla con elementos contemporáneos.
Tal es la génesis del ensamble Egiptanos, cinco
músicos y una bailarina y cantante provenientes de familias gitanas
que habitan en el país y son de nacionalidad mexicana, que basan
su propuesta en músicas y danzas tradicionales de esa cultura de
nómadas.
Compartir una experiencia vital
A un año de haberse reunido, inicialmente con el
nombre La Noche Mora, el grupo ha creado un nuevo espectáculo, Gelem
gelem (Vamos vamos), que será presentado los jueves de mayo
en el teatro-bar El Hábito (Madrid 13, Coyoacán), a las 21
horas.
El montaje está construido a manera de viaje imaginario
por el tiempo y diversas latitudes que tocan puntos como Hungría,
Rusia, Albania, Turquía, Egipto, Marruecos, España y varios
países de América.
Sonidos y danzas se entremezclan y fusionan para hablar
del ser gitano: de la alegría y la muerte, sin puntos intermedios
ni matices, como es su idiosincrasia, la cual se caracteriza, a su vez,
por ser un crisol de culturas.
''Entre nosotros, los gitanos, hay una emoción
común, sin importar cuál sea nuestro origen.
''Como parte de una tradición, tenemos la misma
ubicación y el mismo sentimiento en el pecho, y una especie de nostalgia,
como un dolor fantasma, que es sufrido por los que pierden una extremidad
y sin embargo tienen la sensación de dolor físico en ella,
a veces para toda la vida", señala la directora de Egiptanos, Lila
Zellet Elías.
''El proyecto es una reunión de familias que se
encuentran en la noche y se sorprenden cantándole a la misma luna.
Son diferentes voces gitanas: hay flamencos, rom y árabes. Más
que un espectáculo, se trata de una experiencia de vida, una ruta
por la que hemos atravesado, desde nuestros ancestros y que deseamos compartir."
Gelem Gelem, más que un rescate, pretende
difundir la cultura gitana, como lo demuestra el nombre del espectáculo,
que son las dos primeras palabras del himno gitano: Vamos vamos.
''Hay muchas ideas y estigmas acerca de los gitanos alejados
de la realidad. Buscamos apegarnos a la tradición musical y dancística,
pero también, como gitanos mexicanos, tenemos propuestas originales
contemporáneas", indica el acordeonista Rodrigo Mejía.
Es muy triste el desprecio y el maltrato histórico
padecidos, como también que en muchos países se desconozca
que, entre la población, hay un sinfín de gitanos, caso del
que México no es excepción, agrega.
''Es muy importante dejar claro que no todos somos la
Carmen (de Bizet) ni Yesenia."
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