México D.F. Domingo 18 de abril de 2004
Aficionadas, la mayoría de organizaciones; sin recursos ni equipo, dice especialista de la UAP
En materia de rescate espeleológico, serias deficiencias en México, afirman expertos
Son eficaces en términos convencionales, no en situaciones extremas: Arturo Montero
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 17 de abril. El caso de los espeleólogos ingleses atrapados en las grutas Alpazat, en Cuetzalan, así como el frustrado rescate del cadáver del espeleólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Mariano Fuentes Silva, quien pereció en una caverna del sistema de Oztoque, del municipio de Tzicatlacoyan, evidenció las serias deficiencias en materia de cuerpos de rescate espeleológico en el país, así como las enormes limitaciones de recursos y equipo que padecen los grupos de auxilio especializados en esta rama, y que en México sólo se limita al Cuerpo de Espeleosocorro que tiene la Cruz Roja Mexicana (CRM).
Las carencias en ambas situaciones obligaron a solicitar la intervención de expertos de otros países: los ingleses sólo quisieron ser rescatados por homólogos de su país; para la recuperación del cuerpo de Fuentes Silva se llamó a los espeleobuzos estadunidenses Robert David Milhollins y Steve Ormeroid, provenientes de Texas y Ohio, respectivamente.
Al conocer las dificultades que implicaba el rescate de Fuentes Silva, la Cruz Roja local tuvo que pedir la intervención del Grupo de Espeleosocorro que tiene la institución en la ciudad de México. La mañana del domingo de la semana pasada, la búsqueda del científico de la UNAM fue suspendida por compleja, por lo que sus familiares, los integrantes de la Federación de Espeleología de América Latina y los rescatistas de la CRM decidieron solicitar ayuda al extranjero.
Armando Parada Pinto, fundador del extinto Grupo Universitario de Investigaciones Subterráneas de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) consideró que las diferencias en equipo y capacitación que caracteriza a los espeleólogos mexicanos es la razón fundamental por la que se solicita auxilio a los especialistas extranjeros.
Además de poseer equipo especializado, Parada Pinto afirmó que los espeleólogos estadunidenses y franceses toman con mucha seriedad esta actividad, por lo que en su mayoría son extraordinarios deportistas, como pentatletas o escaladores profesionales, que también dominan las técnicas más sofisticadas de exploración en cuevas.
Por el contrario, dijo, la mayoría de los poco más de 15 grupos mexicanos dedicados a la espeleología en México están constituidos por "aficionados" que no tienen contacto permanente con las cavernas y que combinan sus profesiones con esta actividad. Salvo grupos de espeleólogos de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Yucatán -institución que cuenta con espeleobuzos dedicados al estudio de los cenotes- el resto de los espeleólogos mexicanos son grupos "de vacaciones o de fin de semana", con muchas limitaciones en recursos y equipo.
Para Arturo Montero García, vicepresidente de la Unión Mexicana de Agrupaciones Espeleológicas (UMAE) y ex director de la Escuela Nacional de Espeleología de la CRM, el caso de Fuentes Silva salió del esquema convencional de rescate, "ya que el científico era una persona muy preparada para este tipo situaciones, hábil y con gran capacidad física.
"Estamos hablando de una persona extraordinaria, a quien su gran capacidad permitió penetrar hasta un lugar de difícil acceso para los hombres comunes. Es como el alpinista que alcanza la cumbre del Everest; para que otra persona y más aún un rescatista consiga la misma proeza que ese atleta es muy difícil", ejemplificó Montero García, quien participó en las labores de auxilio del espeleólogo.
"Muestra de lo complejo del rescate fue el hecho de que uno de los espeleobuzos estadunidenses -uno de los mejores en el ramo- tuvo dificultades para enfrentar la situación; inclusive estuvo a punto de sufrir un grave accidente", destacó.
"Los cuerpos de rescate mexicanos son eficientes en términos de lo convencional pero no en situaciones extremas como la ocurrida con Mariano", señaló.
Pinto Parada consideró un error que el científico haya entrado solo a la caverna de Oztoque, ya que una premisa de la espeleología es el trabajo en equipo, y que sus compañeros hayan esperado varias horas antes de avisar a los cuerpos de rescate. Lamentó que no se haya podido recuperar el cadáver, "porque conocer la causa de su fallecimiento habría aportado información importante para evitar accidentes futuros a sus homólogos".
Montero García aseguró que el Grupo de Espeleosocorro de la CRM posee amplios conocimientos para dominar la técnica de caverna no inundada, aunque admitió ciertas limitaciones cuando se trata de rescates extremos.
"Técnicamente tenemos capacidad. Hemos sido adiestrados por la Sociedad Francesa de Espelología con las técnicas más modernas, pero no contamos con equipo. Tan sólo armar una cueva para las prácticas cuesta entre 250 y 500 mil pesos", reveló.
Refirió que el grupo de Espeleosocorro de la CRM está formado por estudiantes voluntarios, que además de no recibir ninguna remuneración por su actividad, tienen que comprar su propio equipo espeleológico. Montero García aseveró que se solicitó ayuda a los extranjeros para rescatara a Mariano Fuentes porque los "espeleólogos formamos parte de una comunidad internacional que trabaja en equipo y brinda auxilio a cualquiera".
Señaló que con frecuencia los grupos de auxilio y protección civil convencionales del país carecen de la capacidad técnica para ayudar a personas atrapadas en las cuevas, ante lo difícil que es conformar cuerpos de rescate espeleológico.
"Formar espeleorescatistas no es fácil; para ello primero hay que ser un espeleólogo entrenado y con conocimientos en las áreas de geología, biología y hasta arqueología. En suma, los espeleorescatistas forman parte de un cuerpo de elite muy costoso", sostuvo.
Criticó que en México se carezca de un control de las personas que ingresan a las grutas y cavernas del país, y exhortó a las autoridades a trabajar más en la materia.
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